El príncipe Belkam : Legados de Sangre ll

CAPÍTULO 3: "Nuevos Amigos"

Esta vez me quedo en completo silencio, con la vista fija en el libro que tengo enfrente, la biblioteca del colegio es agradable así que no puedo quejarme ya que al parecer este sería mi nuevo lugar de confort y estoy segura de que todo seguiría bien, así, calmado cuando de momento el repiqueteo de unos zapatos capta más que mi atención.

Esos ojos, los he visto antes, en clases de literatura, completamente ido y envuelto en su propio mundo.

Solo que ahora mismo me sostiene la mirada embelesada, que debo tener, hacia su persona: ¿Qué es lo que haces Davina? Vas a espantarlo, ya quita tus ojos de su figura pulcra y fina.

Él está sentado sobre una de las carpetas vacías probablemente leyendo un libro o haciendo alguno que otro trabajo.

—Ohm…— el carraspeo de alguien más me devuelve a tierra firme y levanto la vista para ver quién es— Hola, no nos hemos presentado mi nombre es Lot Danchev.

¿Danchev? Ese apellido me suena y es que creo haberlo escuchado en clases de literatura.

—Davina Carusso— le dedico una sonrisa amigable mientras le tiendo la mano, él toma asiento enfrente mío con toda la confianza posible y recibe mi gesto.

—Sí lo sé, bueno exactamente tu nombre no lo sabía pero si sé que eres nueva en Melnik— sonríe mostrando los dientes, tiene una linda sonrisa— y es que… te vi algo sola en tu primer día y creí que querrías tener alguien con quién charlar.

—Y atinaste— mis ojos se desvían hacia la carpeta dónde se encuentra el chico raro de ojos azules.

Él sigue en lo suyo claramente pero cada cierto rato me observa con desdén. No entiendo que pude haberle hecho para que tenga ese comportamiento conmigo.

Lot gira la cabeza para ver lo que yo y sonríe a medias en cuanto sus ojos se topan nuevamente con mi rostro desencajado y algo avergonzado.

—Debí imaginar que serías una más de las fans del club Montec— suelta un suspiro algo agotado— todos los años los muchachos de esta escuela tienen que lidiar con ello.

Echa una carcajada tomándose el asunto como broma o algo que verdaderamente a él no le molesta en lo absoluto.

— ¿Montec? ¿Su apellido o nombre?

—Yo diría apellido— hace una pausa leve— Belkam, es su nombre del misterioso príncipe azul de todas las mujeres.

Arqueo ambas cejas, Belkam, que hermoso nombre.

—Y supongo que es el capitán de fútbol y novio de alguna hueca porrista que en definitiva cae mal a toda la escuela porque se ocupa en arruinar vidas y humillar a los nerds— me adelanto con todo lo que seguramente vendría a continuación.

Lot echa otra carcajada.

—No este Davina, este no es el cuento indicado— niega con la cabeza suavemente— Belkam Montec no es como todos nosotros ¿Lo entiendes? Es más como un ermitaño que solo hace acto de presencia en este colegio. Como un sujeto anónimo al que no le importa nada ni nadie, es más… no sé si sea legal ser tan aislado como él.

¡Oh mi Dios! Un sujeto prohibido pero anhelado, típico cliché al que toda mujer atrae ¿Qué más siguen? Las reglas de alejarse de él porque es peligroso.

—No sé qué decir— admito con franqueza— ¿Y por qué parte del pueblo vive?

—Es nieto de la Señora Potts, la anciana que es dueña de la biblioteca principal de Melnik— Lot me sonríe— ella es realmente agradable y muy querida por todos los habitantes.

—Entiendo.

Mis ojos nuevamente se posicionan en donde está el joven extraño, es tan hermoso que es imposible no mirarlo y seguir con más ganas de hacerlo. Como un imán que atrae el ser acosador que todos tenemos dentro y vaya que el mío no descansaría en paz hasta nuevo aviso al parecer.

Belkam parecía ser un poco gótico respecto a sus facciones físicas: cabello negro lacio revuelto y un poco crecido de lo normal, ojos azules como un mar, profundo, parecía algún ser mítico por su belleza tan perfecta, como si fuese esculpido y es que a pesar de ello tenía el rostro duro varonil.

—Tienes un poco de baba por ahí novata— una muchacha de cabellos rubios se posiciona enfrente de mí y cubre el impecable aspecto del joven ermitaño con su presencia.

—Tardaste como siempre— Lot la mira y revolotea los ojos.

—Me encerraron ¿De acuerdo?— ella toma asiento a mi lado sin quitarme los ojos de encima— Diana Bodgan, crush y mejor amiga de este personaje— le echa un suave palmeo en el hombro a Lot y este la acusa con la mirada.

—Por Dios ¿Siempre tienes que ser tan especial a la hora de presentarte con las personas?— las mejillas de Danchev se enrojecen.

—Un gusto Diana— le dedico una sonrisa, a pesar de su entrometida aparición me da la espina de que parece ser buena y algo chistosa.

— ¿Y qué tal? ¿Ya estas enterada de todas las leyendas de Melnik y su horrorosa costumbre del toque de queda a partir de las 12 am?— pregunta más que entusiasmada.

Frunzo el ceño, no podía ser cierto, por un momento y pensé que todo era cosa del pasado. No que realmente lo precediera en este futuro.

—De hecho solo estaba poniéndole al tanto de Montec— dice Lot.




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