El Príncipe Del Reino Vecino

10 - Lorcan

 

Entre al castillo con calma, me había estado corriendo de Kian lo más que podía, el seguía con la idea de salir y comprarme distintas cosas para mi uso, intentaba ignorar al guardia que Kian me puso, era bueno, pero no tan bueno. Yo había vivido toda mi vida pendiente a los demás, a los guardias, a los asesinos. Así se escondieron entre las sombras con magia, yo los sentía

Mire a la sirvienta acercarse a mi apenas me vio, hizo una reverencia

Su majestad- saludo ella con una reverencia, asentí a ella- su baño ya esta listo su majestad- informó ella- el príncipe Kian pidió cenar con usted.- suspire de forma pesada

Otra vez, maldición Kian, ya rindete...

Me saque la gabardina azul con cuidado y deje de lado la corona en la cama, las ropas de Kian me quedaban ligeramente grandes, pero eran cómodas en cierto aspecto. Olían bien, eran suaves, pero al mismo tiempo era incómodo porque no estaba acostumbrado a vestir "tan bien" solo porque sí

Dile a el príncipe de Calia que no podre asistir, me siento mal de salud.- mentí, la sirvienta me miró un momento, asintió e hizo una reverencia

Su baño ya esta listo su majestad, en un momento le traeré su cena- hizo una reverencia- con permiso.- alego antes de salir de la habitación, suspire y me senté en la cama pasando mis manos por mi rostro

Siempre insistía, siempre intentaba verme... luego de esa noche, yo lo evitaba con toda mi alma, me desvestir completamente y entre al baño para lavarme, me sentía sucio por el sudor y la tierra que tenia en mi cuerpo. Pasé el día en el pueblo trabajando un poco para ganar algunas monedas de plata

Me di un baño rápido y me cambie, mire la ropa en la cama en silencio, sonreí sin poder evitarlo. Siempre mandaba mudas de ropa para cada cambio, y cada muda tenía su aroma, suspire y tome la ropa para vestirme y disponerme a dormir un poco aunque sea

Mi idea fue desechada casi de inmediato cuando la puerta de la habitación fue tocada, me senté en la cama mirando a la puerta

Su majestad- llamaron, baje de la cama con cuidado y me acerque a la puerta para abrir

¿Si?- dije a el guardia, era aquel peli-naranja que me seguía, el guardia de Kian

Su majestad el rey lo solicita en la salón principal- informó, me miró de pies a cabeza, me removi inquieto ante su mirada

Entiendo, ya iré.- dije a él antes de cerrar la puerta, lo detuvo con su mano, le mire

Le recomiendo que se cambie de ropa, el rey reconocerá las ropas del príncipe Kian de inmediato.- dijo, me contuve a rodar los ojos y lo empuje para así cerrar la puerta

Respiré de forma profunda, pasé mis manos por mi cabello, estaba cansado, demasiado. Me fui a la cama para así tomar la corona, Kian me había mandado esta corona al día siguiente, se tomó muy literal eso de que desecharia todo lo que tenía yo de Deyanira. Las ropas que había traído las quemo frente al balcón de mi habitación y la corona que había lanzado por el balcón esa misma noche, la aplastó con alguna piedra enorme

Me cambie por lo que tenia en la habitacion, era lo que me había puesto ayer. Poco a poco, el closet se llenaba de las ropas de Kian que usaba yo; me cambie sin importarme ni un poco lo que dijo el guardia, acomode la gabardina sobre mis hombros y coloque aquel broche de zafiro verde que me obsequio Kian por la mañana, solamente lo usaba porque era el único broche que tenia para sostener la gabardina

Tome la corona y suspire, me la coloque en la cabeza con cuidado. Los diamantes negros y rojos resaltaban por mi cabello negro, así como el oro blanco. Y un enorme zafiro verde en el centro de la corona, era costosa, más que costosa. Esas joyas eran únicas y valiosas; solo la acepte porque como príncipe heredero, tenía que andar una corona en la cabeza y no se cuanto más me explico la sirvienta personal de Kian

Suspire y sali de la habitación para ir hacia el salón principal como ordenaron. Este lugar destilaba lujos, aun más que el palacio de Deyanira, y había notado, que eso le molestaba a su majestad Vesper

Al llegar al lugar, el guardia de Kian me miró de forma frívola, los ojos de Kian brillaron, evité su mirada a toda costa. Estaban ahí también Honora, Isley, Raven que tenía cara de querer matar a alguien, Vesper y mi madre.

Estaba Kian, los reyes de Calia, un par sirvientas, y una mujer que vestía un traje de caballero. Entre al lugar saludando con cortesía a los reyes de Calia

Lamentamos haber interrumpido su descanso, príncipe Lorcan- se disculpo el rey, le sonreí de forma tranquila y negué

No se preocupe su majestad, de echo, no lograba conciliar el sueño.- mentí con calma, el asintió con una sonrisa, entrelazando su mano con la reina, se veía que eran una pareja muy feliz y amorosa

Linda fantasía.

Es un alivio, bueno, lo mandamos a llamar porque era necesaria su presencia en el lugar también, al ser algo que ocurrió con uno de sus... súbditos...- dijo con cuidado, sin encontrar palabras correctas parecía, le mire con curiosidad

¿"Súbdito"?- repetí sin entenderlo, el asintió

Tome asiento príncipe, será una conversación algo larga.- señaló una silla que estaba frente a Kian, tome asiento

¿Qué había pasado?


 

 

 




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