El Príncipe Del Reino Vecino

14 - Lorcan

 

Sentía mi vista nublada, los gritos de la gente rasgaban mis tímpanos, el sonido de los filos de las espadas chocando con las gruesas pieles de las bestias

Jamás había visto esas bestias tan de cerca, eran asquerosas... no me deje reparar en ello, no quería que el miedo me helara los huesos y me distrajera de mi misión: Buscar a a Kian y sacarlo de aquí lo más pronto posible.

Busque a Kian con desesperación por todos lados, esquivando a los aldeanos que corrían de un lado a otro siendo guiados por algunos guardias que apenas hacían sus entrenamientos iniciales para guerreros mientras que los guerreros luchaban con valor contra las bestias

Un grito ensordecedor de una bestia me hizo estremecer hasta los huesos, mire a todos lados asustado. Una enorme Coulvat se deslizaba de un lado a otro soltando chillidos desgarradores mientras lanzaba ataques con magia, mis tímpanos dolieron ante sus gritos

Corrí en dirección contraria, la enorme cosa venía directamente hacia mi, su piel escamosa verde, sus ojos saltones color blanco. Soltaba gritos mientras venía detrás de mi, corrí lo las rápido que podía, estaba cansado, mis pulmones ardían y sentía mi corazón en mis oídos

"Que manera tan patética de morir."

Solté un grito cuando uno de los aldeanos choco conmigo, tropecé y caí al suelo golpeandome fuertemente, solté un quejido de dolor tratando de ponerme en pie otra vez

El grito del Coulvat llamó mi atención otra vez, estaba demasiado cerca ahora... cerré mis ojos esperando el ataque, el final de mi patética vida

Como si fueran flashes, mi cabeza se inundo de los lindos recuerdos que tenía... todos ellos eran solo cuando estaba con Kian, sentí mis ojos picar

¡Su majestad!- escuche un grito a lo lejos, no me atreví a abrir los ojos, el pánico me había congelado

¡¡Lorcan!!- escuche, detrás de mi, cerca. Mi corazón se detuvo por un instante, abrí los ojos por instinto, Kian venía hacia mí, lleno de sangre negra, sangre de las bestias; quise gritarle que se detuviera, que no viniera a mi, pero las palabras no se formularon en mi garganta preso del terror

El grito del Coulvat me hizo voltear la mirada del otro lado, era frenado por algunos guerreros que eran afectados por sus ataques mágicos, la líder de la guardia de caballeros de Calia estaba en primera fila luchando con el Coulvat, lanzando hechizos mágicos protegiendo a sus hombres

Regrese en si cuando sentí a Kian sosteniéndome, dejo su espada en el suelo y me tomó del rostro con ambas manos. Le mire a los ojos aliviado de que estuviera bien

El grito de la pelirroja se robo nuestra atención, el Coulvat se las arreglo para desasarse de los guardias que lo detenían e intentaban matarlo. Kian me protegió con su cuerpo rápidamente aferrándose a mi, sus ojos grises miraban fijamente a la bestia, el terror me invadió otra vez

No, no, no... Kian, lárgate- lo sacudí rápidamente mientras sentía mis ojos picar, el me miró y sonrió, mirándome como a mi me gustaba, mi garganta seco

No se iría... 
Moriría por mi culpa...

La mente se me nubló, mire a la bestia abrir su enorme boca listo para tragarnos de un solo bocado, sentí mi cuerpo desaserse como si fuera una enorme explosión desde dentro. Mi cabeza palpito con fuerza, mi vista se nubló y caí en la inconsciencia rápidamente sin saber la razón con certeza

Pero de algo estaba seguro.

Kian estaría bien.
 

Desperté por las voces de la habitación, mi cuerpo dolía demasiado, mis ojos pesaban y la luz que entraba en la habitacion era molesta. Intenté recuperar la conciencia completamente de a poco

Luego de mucha lucha, logre abrir los ojos, el enorme candelabro de cristal colgando sobre la cama fue lo primero que miré, solté un quejido de dolor cuando una punzada atravesó mi pecho

Me suspendí de golpe al recordar todo

¡Kian!- me queje entre un alarido, mi garganta dolió mucho al hablar, como si yacía tiempo que no decía una sola palabra, sentí todo darme vueltas, sostuve mi cabeza cuando el chirrido de la puerta de la habitación se abrió y eso hizo punzarme los tímpanos

Su majestad...- escuche, eleve la mirada apenas, era Nelecar quien estaba frente a mi con expresión consternada y sorprendida, rápidamente salió corriendo de la habitación otra vez gritando algo que no entendí

No solo hasta momentos después muchas personas llenaron la habitación, sus voces me aturdian demasiado

Ver a Kian fue lo único que me calmo, rápidamente intenté bajar de la cama para ir a él sin reparar en los demas que llenaban este lugar. Los ignore completamente, simplemente quería asegurarme de que el estuviera bien, de que nada le hubiera pasado

Kian noto mi desesperación y termino de llegar a mi sosteniendome, me aferre a él como si mi sola existencia dependiera de ello, me abrazó también con fuerza, las voces que antes desgarraban mis oídos desaparecieron de un momento a otro, no supe si fue porque dejaron de hablar o porque se callaron. Sea cual fuera, lo agradecía infinitamente, estaba a punto de arrancarme los oídos para dejar de escucharlos

Sentí como Kian empezó a jugar con mi cabello, sonreí apenas manteniendo mis ojos cerrados, enterré mi rostro en su pecho sintiéndome relajado. Pronto, me dormí entre sus brazos, como antes




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