El Príncipe Del Reino Vecino

18 - Kian

Se escuchó un bullicio fuera del enorme comedor, me queje entre dientes y suspiré, Lorcan se miraba completamente tranquilo sin darse cuenta del desorden de fuera mientras degustaba lentamente cada bocado de la tarta, sonreí.

¡Su majestad!- la puerta se abrió de par en par, Lorcan dio un salto en su lugar y se puso en pie a la defensiva, respire hondo tratando de calmarme.

Sabía que ellos no tenían malas intenciones, y que Aldraril había hecho lo posible por retenerlos lo más que pudo. Pero seguramente cuando las criadas dijeron que él había bajado al comedor real no pudieron contenerse más y se escabulleron en el palacio para verlo.

Lo siento su majestad.- rápidamente se disculpo Aldraril, aunque no me miraba a mí, lo miraba a él. Sonreí.

Tranquila, supongo que no se pudo evitar más.- dije mirandola, rápidamente la orden principal de los leones blancos se formaron frente a él, hicieron reverencias al mismo tiempo. Note su expresión de desconcierto total ante tal acción. Sonreí apenas y me hice a un lado.

Note a Aldraril arrodillarse frente a él, asi como antes lo habían hecho mis Padres.

Su majestad, príncipe heredero, Lorcan Calia.- dijo ella en tono solemne, encabezando a sus hombres. Me quedé sentado en mi lugar sin decir nada.- los leones blancos de Deyanira.- siguió.

Po- por favor. Pónganse en pie comandante...- se quejó él en tono nervioso.

Estamos en deuda con usted. No solo nos protegió a nosotros- hablo uno de los principales mandos de los leones blancos luego de Aldraril-, si no que también, protegió y salvo la vida de nuestro príncipe heredero y nuestro rey.- siguió, elevó la mirada a él- cómo sabra, el rey de Deyanira no es un soberano que se quede tras los escudos de sus guerreros o sus protecciones mágicas. Nuestro señor estaba en ese momento en el campo de batalla también, si no hubiera sido por usted, no solo hubiéramos tenido aún más perdidas de las que ya tuvimos. Sí no que también hubiésemos perdido a nuestro soberano y príncipe heredero.- siguió, mira si firmemente a Lorcan, él cual se notaba más que aturdido sin saber cómo reaccionar.

Igual que cuando mis padres le agradecieron.

Por un lado lo entendía, seguramente era demasiado confuso para él, tanto agradecimiento luego de semanas sin estar al tanto de lo ocurrido. Y él recién despertaba, y solamente se le había explicado lo que realmente era importante decir de forma inmediata; pero por otro lado, me molestaba el echo de que él se sintiera incómodo o desorientado con el simple echo de que me tratarán de "su majestad" o "joven príncipe".

¿Qué tan poca ética profesional tendrían los criados de Calia?, ¿Acaso no sabían cómo tratar correctamente a la familia real?

Lorcan dio Dos pasos atrás aún mirándoles sin poder decir nada. Le di una mirada a Aldraril, la cual sintió de inmediato, se puso en pie y lo miró.

Joven príncipe de Calia, no sabemos cómo mostrar nuestra gratitud a usted actualmente. No solo nos protegió a nosotros, como guerreros del reino vecino de su reino, si no que también protegió y guardo la vida de nuestro soberano y futuro soberano arriesgando su vida de esa forma.- lo a él y me miro, intercaladamente- no entendió aun que hacía en el campo de batalla, y si le soy honesta, no agradezco o celebro ese echo, porque si hubiese sido otro el destino, usted también hubiese salido muy lastimado en ese enfrentamiento. Más estoy consiente de que los caminos de las diosas están marcados por algo y con gratitud pongo mi espada y la de los leones blancos a su disposición para cuando usted lo desee o necesite.- mire completamente sorprendido la situación, Lorcan retrocedio tres pasos tropezando con la silla detrás de él, me puse en pie de inmediato y lo sostuve con firmeza teniendo se lastimará.

Aldraril, y todos los de la guardia principal desenfundaron sus espadas y colocaron sus puntas en el suelo, y sus frentes junto a sus puños que sostenían firmemente sus mancos de cada arma.

« La orden de caballeros de los leones blancos de Deyanira, estará más que encantado de ayudarle cuando usted lo desee.- siguió Aldraril, demostrando de esa forma de que el que estuvieran aquí no era algo no previsto.

Ante el silencio de Lorcan, me asuste, le mire y su rostro estaba pálido, blanco como una hoja. Rodee su cintura con mi brazo sosteniéndolo con firmeza.

Ya basta. Leones, regresen a su lugar.- ordene, ciertamente irritado ante el malestar de Lorcan por esto, todos elevaron sus miradas a nosotros y se quedaron en silencio, bajaron la mirada otra vez, enfundaron sus espadas luego de ponerse todos en pie.

Tengo nuestras espadas en mente su majestad, cada vez que quiera o necesite algo. Estamos eternamente agradecidos con usted.- siguió Aldraril.

Ya basta, comandante. He dado una orden.- me moleste, ella me miró, hizo una reverencia para ambos y dio la espalda para salir. Fue la primera en salir del comedor, los demás guerreros la imitaron y salieron detrás de ella de aquel lugar, ayude a Lorcan a sentarse, le mire preocupado.

«Cariño, ¿Qué pasa?- me queje asustado ente su mirada vacía y aterrada.

Oh mi madre...- murmuró él en tono de aflicción, me tense, le mire atentamente.

Lorcan, cariño. ¿Qué ocurre?- me queje tomando sus manos, estaban frías. Le mire atentamente preocupado.

Kian...- murmuró, me miró a los ojos, abrió su boca para decir algo. Negó inmediatamente y se puso en pie, separándome de él de inmediato.- regresaré a la habitación, gracias por la comida príncipe heredero...- dijo, mi corazón peso ante su tono de voz, nuevamente estaba ese título.

Lo miré prácticamente correr fuera del comedor, quise ir tras él pero me contuve para no agobiarlo más... Suspiré ligeramente.

¿Qué había pasado para que reaccionará así?, ¿Qué pasaba por su cabeza?, ¿Por qué tales muestras de gratitud él las miraba como una amenaza para él?




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