Pensé que estaba soñando, sentía que estaba dormitando en una cama placida, no sé si es verdad pero lo que sí puedo decir es que se siente más que real, a pesar de tener los ojos cerrados traté de abrirlos y no pude, me esforcé por hacerlo y al conseguirlo solo pude ver una silueta borrosa que se conserva enfrente mío.
No tenía los ojos abiertos del todo, tan solo había logrado abrirlos un poco, los sentí tan pesados que creí que el sueño me vencería en cualquier momento, no obstante, yo quería saber quién era la silueta que me anhelaba. La imagen se vio borrosa por segundos hasta que pude ver a Desmont, era él quién se mantenía a mi lado, sentado y con la cabeza inclinada.
Él estaba triste y de alguna manera me rompió el corazón de solo verlo así.
No podía solo abrir los ojos del todo, algo no me permitía hacerlo a pesar de que combatiera contra la fuerza que me obligaba a mantenerlos cerrados.
—Se agota mi tiempo— dice sin levantar la mirada— me estoy perdiendo Vasilisa, me siento cada vez más dentro del camino de la muerte a pesar de ser un ancla que se mantiene entre la vida y…
Se entrecorta y se queda en silencio por segundos ¿Vasilisa? ¿Por qué estaba diciéndome aquel nombre? ¿Acaso él ya lo sabía? El tiempo… claro, él tenía poco tiempo, pronto se terminaría y dejaría el mundo real, el Dios Hades se lo llevaría para siempre y no volvería a verlo nunca más.
Desmont… quería verlo, ver su hermoso rostro y aunque traté de moverme no pude, sentí que no era capaz de articular un solo musculo, sentí mi cuerpo tan dormido que me creí prisionera de mi misma.
Sin embargo, el príncipe levantó la vista y se quedó observándome fijamente, seguía afligido hasta que tomó mi mano y la acarició suavemente, entonces solo abrí los ojos ahogando un respiro y me levanté de golpe. Mis ojos vagaron en la habitación en la que me encuentro, no era el mismo lugar en el que me había encontrado antes, era otro y Cassandra quién ha llegado recién flota hasta mi frunciendo el ceño.
— ¿Estás bien Kat?— pregunta confundida.
Niego con la cabeza suavemente mientras me tocó la mano en la que ha acariciado el príncipe anteriormente.
—No fue un sueño— trago saliva con dificultad, angustiada y con un nudo en la garganta.
— ¿De qué hablas?
Unas cuantas lágrimas brotan por mis mejillas mientras sigo con la mirada perdida, he sentido su tacto tan claro que todavía tengo el cuerpo adormecido y un cosquilleo leve revolotea en mi vientre.
—Es que yo… me siento vacía Cassandra y no sé porque…
—Lo siento— dice acomodando ambas manos por delante de su cuerpo, aferradas a su largo vestido que siempre trae puesto, me mira clemente— mantenerte lejos del príncipe luego de que sepas la verdad es cruel y es que me siento culpable.
Levantó la vista y sostengo su mirada.
—Quiero saberlo todo— hago una pausa breve— quiero recordarlo todo por favor…
—No creo sabio que pidas eso Katrina.
La aparición de Báthory me deja quieta como una efigie, la princesa trae puesto un vestido negro corsé a la diminuta cintura que tiene, su cabello se encuentra suelto pero todavía mantiene su corona, su largo y rubio cabello tiene ondas.
—Tú puedes hacerlo— tomó aire y reúno fuerza— no es justo que solo Desmont recuerde todo y sufra solo el estar condenados a mantenernos lejos ¿Lo entiendes? Quiero saberlo todo, quiero recordar…
Báthory me mira compasiva.
— ¿Por qué alguien querría sufrir? A eso se le llama masoquismo— levanta la barbilla y yo hago lo mismo— ¿Quieres saberlo? ¿Recordar el dolor que se causaron el uno al otro? Pues perfecto pero recuerda una cosa, no soy tan clemente de volver a borrarte los recuerdos de tu vida pasada cuando estés implorando para no sufrir más.
De improviso me toma la mano y cierra los ojos, un gélido viento nos envuelve mientras las ventanas de la habitación se abren abruptamente y de pronto un sinfín de imágenes sobre mí pasado se cruzan por mi mente, cierro los ojos mientras los veo y a medida que pasan los segundos un dolor leve anega mi cabeza. Siento un poco de agua correr por mi nariz y antes de llevar una mano para tocarme y ver lo que es, me desvanezco y caigo al suelo.
Las imágenes paran y veo borrosamente como Báthory y Cassandra se acercan hacia mí.
— ¿Katrina? ¿Katrina?— la princesa parece atemorizada por su tono de voz— ¿Qué es lo que ocurrió? ¿Katrina?