¿Dónde estaba Desmont?
Mis pies no dejan de trotar sin parar, meditando en cómo reaccionaría al verme cerca de su habitación, sólo él podía darme las respuestas que necesitaba. Sin darme cuenta he llegado a dicho lugar y me detengo en la entrada, la ansiedad se hace presente ya que no sabía si estaba siendo inoportuna.
Mientras tomo una bocanada de aire, levanto una mano para tocar las compuertas gigantes y tan pronto se abren dejan ver al príncipe desde el otro lado.
No tenía que preguntar como hizo para apartarse tan rápido de la puerta.
— ¿Por qué has venido al último lugar al que querría que se aproximen? — su voz suena áspera, pero eso no me preocupa.
—No te he visto días y estoy aquí por una urgencia, lamento molestarlo— hago una pausa breve, temerosa por su respuesta ante su rostro rígido— no habría venido a ti de no ser tan importante.
— ¿Qué podría ser importante para mí?
—Es sobre Báthory, la princesa Báthory— trato de conservar la calma— estoy alucinando con ella y con usted, puedo ver escenas del pasado, no sé si solo son alucinaciones, pero me están atormentando.
Frunce el entrecejo estupefacto.
—No es posible, mi hermana falleció hace años, tú solo buscas verme.
Su voz me deja exasperada.
¿Quién se cree que es?
¿Por qué de pronto ya no es el príncipe refinado que solía ser antes?
A veces sus cambios de humor solo me daban dolor de cabeza. En cuanto se da la vuelta, procurando dejarme con la palabra en la boca, me trago el poco orgullo que tengo.
— ¿Tu primer beso con Vasilisa fue en un baile real de máscaras?
Se queda estático como una efigie.
Pude notar como la atmósfera cambiaba de cargado a plácido, pero yo seguía alarmada.
¿Qué podía estar ocurriendo conmigo? ¿Por qué podía sentir la tristeza cada vez que me tocaba ver el pasado de Desmont? No era sólo empatía.
Él se gira hacia mí con ambos ojos desorbitados, parecía ansioso y enfurecido.
— ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo has adivinado eso? — mantuvo el ceño rugoso.
—Yo no puedo adivinar las cosas Desmont ¿Por qué no solo me crees? No es una estúpida excusa para verte, eres más arrogante de lo que pensé— mi mandíbula se mantiene rígida.
—Es fácil acertar, después de todo eres de un futuro y estudiaste el pasado.
Quiso evitarme, pero de nuevo me interpuse en su camino.
—Aquella noche tu hermana Báthory te cuestionaba sobre la razón por la que habías visitado al rey de Polonia junto a tu padre, estabas incomodo, te fuiste al otro extremo del salón y encontraste a Vasilisa. Era una mujer muy hermosa...
—Olía a tulipanes— casi se quiebra en lo que cierra los ojos, parecía volver a vivir más que recordar el momento.
No podía imaginar cuánto la amaba.
—Aquel día fue la primera vez en el que me atreví a besar a una muchacha— me mira afligido— nunca me había sentido tan atraído por nadie así, me enamoré de ella desde el primer momento en que la vi. Entonces... es cierto, no son alucinaciones tuyas.
— ¿Por qué estoy contemplando el pasado? No lo entiendo— entrecierro los ojos.
—Es Báthory, está viva— sonríe a medias— tarde o temprano la encontraría. Sólo así podrías ver el pasado, no hay otra forma.
— ¿Está viva? — dejo caer, literalmente la mandíbula, al suelo.
¿Cómo podía ser cierto eso?
Dios mío.
Esto tenía que ser una broma, entonces… eso significaba una sola cosa.
—Eres libre— me observa sigiloso.
Sonrío tan ampliamente que casi llego a pensar que me habían cortado la boca como al Guasón.
¡Tenía mi libertad!
Todo gracias a Báthory, ella estaba viva. Podría volver a casa, ver a mis padres, a Patt, recuperar mi vida y tener a Gordon otra vez en mis brazos, mi adorado gato.
—Aunque algo no está bien— mira hacia un lado sintiéndose extrañado por algo— las cosas no pueden ser tan fáciles ¿Y si es otra trampa? No es normal.
— ¿Por qué? ¿Quién estaría detrás de todo esto? — pongo los ojos en blanco. No podía arruinarme la felicidad así sin más.
—Porque si estuviera viva, ella no querría que la encuentre, no le conviene. Hades quiere a Báthory, después de que Perséfone muriera él la eligió para que sea su compañera, el trato consistía en revivir a mi hermana y a cambio se la entregaría por el alma de Vasilisa.
Un frío anegó mi cuerpo.
¿Qué estaba diciendo? ¿Qué clase de ser maligno era? ¿Por qué Desmont le haría una cosa así a su hermana?
— ¿Qué clase de monstruo entregaría a su hermana al rey del inframundo? — lo miré incrédula. Él no era bueno, alguien digno no actuaría de esa manera.
—Ella no es quién crees que es— baja la mirada melancólica— por culpa suya mi padre mató a Vasilisa— me volvió a contemplar esta vez implorante— yo amaba a mi hermana más que a cualquiera en este mundo, habría dado mi vida también por ella y cuando me traicionó, entendí que no podía confiar en la familia. Báthory no solo se parecía a Magnus físicamente.