El príncipe maldito

Introducción

Desde pequeña escuché historias sobre él tío Klaus, sobre el misterio que rodeaba cada centímetro a su alrededor, de lo frío que se mostraba a veces y de la gran fortuna de su familia, nadie supo cómo conoció a mi tía pero cuando se le llegaba a preguntar solo decía que fue amor a primera vista, desde el momento en que se casaron mi tía Julia se alejó de todos, sus visitas semanales se convirtieron en cartas todos los días 19 cada 3 meses, ambos se fueron a vivir a Escocia a la hermosa vivienda de él y no volvimos a verla, no viva.

Cuando tenia tan solo 5 años ella murió, fue la segunda vez que la vi en mí vida, metida en esa ataúd de cristal con el mismo vestido con el que contrajo nupcias, si me lo preguntan un detalle bastante extraño, ese día también conocí a Klaus, un hombre tan atractivo como distante, con ese aire un poco medieval, recuerdo verlo de pie frente al cuerpo de su esposa sosteniendo una rosa blanca que dejo sobre esta antes de marcharse con los ojos rojos pero con las facciones serias, ese día no habló con nadie, no acepto ningún pésame, no se quedó si quiera mucho tiempo, se marchó apenas dejo la rosa.

Las cartas siguieron llegando sin falta, ahora escritas por él, nunca leí ninguna, aunque las ganas no me faltaron pero ninguna fue dirigida a mí, con los años la curiosidad por saber de él se fue disipando, mis preocupaciones se transformaron en las de cualquier adolescente, fui a otros funerales y eso quedo en el pasado, nunca se dirigió a mi hasta una semana después del peor día de mi vida la única carta en destiempo, que no entraba en él patrón, después de la muerte de mis padres en un accidente vehicular el día de su aniversario, a mis exactos 17 años con 10 meses, casi a mis 18, a 3 meses de graduarme de la preparatoria, con varias de las fechas más importantes de mi vida a la vuelta de la esquina, ellos se fueron y lo único que trajo eso fue una carta, una carta que puso mi vida de cabeza y que leí llena de dudas, de tristeza y de frustración, solo unas líneas que marcaron un futuro que nunca creí tener:

"Amelia, sé por el dolor que te acontece y a sabiendas del cambio abrupto que has de vivir a partir de este suceso he decidido como el único familiar con las facultades mentales adecuadas y las posibilidades económicas para darte un futuro prometedor, el adoptarte.

Lamento no haberte pedido opinión alguna pero el papeleo ya ha sido realizado, el día 17 de marzo a las 6:00 am se te esperará en el aeropuerto para que vengas a vivir a Escocia conmigo, te he dejado unos días para despedirte de tu abuela y de los amigos que tengas.

Att: Klaus Mac Gilles"




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