El problema de Emma y la solución de Bruno

una visita inesperada

Y hay estaba aquella chica de cabello corto hasta el cuello, mostrando su reluciente sonrisa mientras sostenía dos cervezas en sus manos

- ¿y ahora que quieres Emma? - dijo mientras bostezaba con ojos dormidos

La chica no dejaba de sonreír y le hizo una señal con los ojos para que Bruno se fijara en las cervezas, él las observo, pero su rostro continuo inexpresivo, Emma siguió moviendo los ojos y tras unos segundos de silencio se escuchó el cierre de la puerta detrás de bruno, el caminaba hacia la cocina en busca de un emparedado cuando la puerta de su apartamento se abrió de nuevo

-tal vez no fui muy clara- dijo la chica pensativa

–ten, esta cerveza es tuya y hay más si te portas bien- añadió mientras lanzaba una cerveza en dirección a bruno

-de hecho, espérame un segundo-

Bruno noto como la chica salía rápidamente del apartamento y entraba en el de enfrente, eran vecinos, compañeros de trabajo y recientemente amigos, pasaron algunos minutos y cuando él recién había prendido un cigarrillo se pudo divisar a aquella chica intentando con qué esfuerzo arrastrar una enorme canasta llena de cervezas desde su apartamento hasta la sala del apartamento de Bruno, él seguía inexpresivo ante aquel acontecimiento bebiendo la cerveza que Emma le había ofrecido

-vamos tu puedes Emma, demuestra quien es el hombre en nuestra relación- dijo Bruno con una leve sonrisa desde la cocina y mirando de reojo mientras buscaba el cenicero

De pronto los ojos de la joven chica se concentraron en él demostrando que no le había hecho gracia aquel comentario

- ¿porque no mueves tu trasero de orangután y me ayudas?, ¿dónde quedo el espíritu de la navidad? ¿dónde quedo tu honor de hombre?... basura-

-me lo comí- añadió Bruno mientras se ponía el cigarrillo en la boca y se dirigía a dejar la canasta encima del comedor

- ¿tienes comida, cariño? - dijo Emma con entusiasmo frotándose las manos

-si, en la nevera hay varios… - Bruno se detuvo al ver que algo parecía moverse en el apartamento de Emma, ella había dejado las puertas de los apartamentos abiertas y por esa razón él podía notar como aquel animal parecía estar pasándoselo bien repartiendo picotazos a diestro y siniestro por toda la vivienda de Emma

- ¿pero qué carajos le pasa a esa gallina?, parece que necesita un exorcismo-  pensó mientras observaba los revoloteos del animal

- ¡oye Emma! -

- ¡¿si?!- respondió la chica con la cabeza metida en el refrigerador

- ¡creo que a tu monstruo le pasa algo! -

- ¿Cuál monstruo?... aahh ¿te refieres a gloria? - dijo mientras cerraba la nevera y se disponía a preparase un sándwich

- ¿le has puesto nombre a esa cosa? - pregunto asombrado de que ella la hubiera adoptado como mascota

La gallina y un vino de lo más costoso fueron los regalos por parte de los padres de Emma, regalos para la cena de noche buena, se suponía que ella tenía que matar y cocinar a la gallina, sin embargo era obvio que este regalo era una broma que le habían hecho los padres a su querida hija, una broma incentivada por un acto de rebeldía por parte de la joven chica, pues ella se había negado a pasar la navidad en Rusia con ellos,  debido a que en la anterior navidad los padres de Emma habían cocinado un pavo el cual venían criando desde hace un tiempo y al que Emma le tenía gran cariño, ella lo proclamaba como su alma gemela, y al enterarse de la traición de sus padres juro que la siguiente navidad no la pasaría con ellos y ahora estaba cumpliendo su promesa

- ¿y porque no debería ponerle un nombre?, todos necesitan uno, además gloria es muy simpática, no la puedo llamar solo “gallina”, sería muy raro 

-como sea- dijo Bruno soltando un suspiro y destapando una nueva botella de cerveza

- al menos cierra las puertas de los apartamentos, porque si tu pollo pasa a mi sala… digamos que terminara igual que tu pavo-

- ¡ni te atrevas a ponerle un dedo encima a gloria! - dijo con la boca llena y apuntando con el sándwich a bruno

Tras decir eso salió corriendo en dirección a su apartamento y tras unos minutos se aseguró de dejarle comida al animal y luego cerro las puertas de los apartamentos, y desde la puerta se quedó mirando a Bruno fijamente

-hoy voy a patearte el trasero… y si, no me hagas esa cara… esta será una noche muuuy larga para ti-

-aquí vamos otra vez- pensó mientras le daba un sorbo a su cerveza



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En el texto hay: romamce, humor y comedia, alcohol y otras adicciones

Editado: 26.05.2020

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