El protector: El sexto inmortal

La historia de Adalet

En cualquier tipo de secta, tribu o sociedad, cada integrante desempeña siempre un rol específico. Ya sea el del valiente, o en mi caso, su polo opuesto; la cobarde. Aquella persona que jamás peleó por sus ideales y mucho menos por los de los demás simplemente porque creía que no lo lograría. Creyendo que estaba bien como estaba, pues desconocía todo lo que hay afuera. Todo por lo que vale la pena luchar; y sí, es cliché, pero obviamente estoy hablando del amor. Quién no ha luchado por amor, realmente, me atreveré a decir que no ha vivido.

Yo era joven y siempre evitaba destacar. En el fondo sabía que podía ser la mejor en lo que me propusiera, pero me faltaban agallas, y es que ¿cómo destacar cuando tus hermanos inmortales tienen los mejores poderes? Faysal poseía una gran labia que podías votar por él para presidente apenas de haberlo conocido cinco minutos. Valeria es omnipresente, era especialmente difícil poder tener secretos con ella, que prácticamente todo lo veía y me podría seguir así cuando el punto del problema es que mi enfoque estaba en ellos y no en mí. Eso era lo que me convertía en introvertida.

Todos tenían una historia que contar, fuera interesante o aburrida, le daban la vuelta para narrarla de forma fantástica por más simple que fuera. Por el contrario, yo no tenía historias y aunque las tuviera, sería la más sencilla que no valía ni siquiera la pena recordarla.

Como inmortal, simplemente dejas que el tiempo fluya, ¿qué es lo peor que puede pasar? Es imposible hacernos viejos… por lo que me limitaba a disfrutar, mañana se podrá —me decía— pero a pesar de tener todos los mañanas, ese día nunca llegaba.

Me dedicaba a leer poesía y me encantaba como los humanos se volvían como yo gracias a las palabras. Habían pasado más de doscientos años y el primer poema que leí seguía ahí. Lo leía todos los días, y sentía el mismo sentimiento que cuando él me lo escribió, Emir se había vuelto inmortal dentro de mi corazón. Sé que él por obvias razones ya no vive, pero seguro sí su nieto, bisnieto o la descendencia que fuera. Por lo qué me puse el objetivo de encontrarlo. Hasta que después de algunos años, me enteré que su papá había huido de Estambul y junto con él mis sueños de conocerlo. Ningún inmortal ha dejado esta hermosa Cuidad desde qué la oscuridad nos invocó para destruirla, y yo no podría ser la primera, ¿qué dirían?

Pasaron diez años y no hubo un solo día en el que no deseara escapar. Salir directito a explorar el mundo, pero sobre todo, ver al descendiente de Emir. Sin embargo, mi miedo al ser juzgada era mayor.

El tiempo siguió pasando, año tras año, todo cambiaba excepto yo. Hasta qué el destino me obligó; recuerdo perfectamente esa justo como si fuera ayer, Faysal y Vizier organizaron una junta y me di cuenta que todos compartían el miedo conmigo, ese sentimiento que te atemoriza e impide actuar. Salvo que ellos lo tenían porqué corría el rumor de que Estambul contaba ya con el qué sería el primer protector de la Ciudad; así es, estoy hablando de Harun. El primer humano que es capaz de matar inmortales, o al menos ese era el mito, y como todo mito, hubo quienes no lo creyeron hasta que tuvieron que morir para poder apreciar que era verdad.

Era evidente que yo no era un rival digno. Si ni siquiera lo era para mis hermanos inmortales, mucho menos para el gran Harun. Por lo que decidí armarme de valor y huir de Estambul.

Cada noche que pasaba fuera de la ciudad la pasaba en vela, no podía dormir del miedo de lo que me pudiera hacer la Señora oscuridad al enterarse que renunciaba a mi objetivo de destruir Estambul, pero nada ocurría.

Viajé de ciudad en ciudad y conocí increíbles seres humanos que me enseñaron mucho más que todos los cientos de años que viví en silencio y sola.

Les parecerá un cuento de hadas, pero a escasos meses de mi partida, me topé con el bisnieto de Emir. Ya tenía los ochenta años y me contó que lamentablemente ahí había acabado su linaje, pues nunca fue capaz de tener hijos. ¿Se imaginan esa frustración? Vencer tu peor miedo con el fin de encontrar el amor verdadero y darte cuenta que al final sólo fue un sueño. Qué todas tus ilusiones y noches de desvelo pensando en cómo será su encuentro ahora están en el bote de basura. Cuanto tiempo desperdiciado caray. Sin embargo, me dijo aquella frase que nunca olvidaré; “no importa el tiempo que amaste, importa la intensidad con la que lo hiciste” —Sólo de esta forma, su amor sin importar duró un segundo o diez años, durará toda la eternidad en tu corazón— me di cuenta que no es necesario una persona para amar toda la vida, que en mi caso, ya saben que es más que imposible, sino que puedo amar a una persona cada que yo quiera. Emir VI me dijo que eso no era lo que me quería decir, pero no me importó.

Viajé prácticamente por todo el mundo, o lo que en ese entonces creía era todo el mundo hasta que decidí volver. Ver tantos países y tan diferentes culturas me hizo abrir los ojos. No fue valentía el buscar a Emir IV, fue cobardía huir de Estambul por culpa de Harun.

Una vez que me encontraba de regreso en mi ciudad, convoqué una junta y les dije que tenemos que pelear y defender nuestro territorio, somos muchos inmortales y él un solo protector. El resultado fue fatal, todos me llamaron traicionera y entre más de uno me ahorcaron, dejándome inmóvil, por no decir inerte.

Recobré mi sentido unos cuantos cientos de años más tarde, gracias a mi es que se dieron cuenta que la sangre del protector nos puede revivir. Huí otra vez de Estambul y así pasé unos cientos de años más. Hasta que vi en las noticias que Vizier controlaba Estambul. Había convertido a la mayoría de sus habitantes en inmortales, en súbditos de nosotros.



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En el texto hay: fantasia, accion, amor

Editado: 15.10.2020

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