El Protocolo de Cronos . (parte 4 )

Capítulo 4: El Asalto en las Profundidades.

​El Punto Ciego.
​Kira mantuvo su arma de dardos electromagnéticos fija en la oscuridad. El único sonido era el burbujeo de sus sistemas de respiración y el zumbido constante de la Bóveda Geotérmica.
​—¡Elías, no abras la bóveda! —ordenó Kira—. Seraphina nos está observando.
​—Pero no veo nada, Capitana. El sonar está limpio —respondió Vance, su voz filtrada por el comunicador.
​—Seraphina nunca ataca de frente. Ella prepara el escenario. El punto ciego es demasiado perfecto.
​Kira disparó un dardo de localización a la oscuridad. El dardo se adhirió a algo que no era roca ni sedimento.
​—Elías, tenemos compañía. Un vehículo sumergible sin motor, camuflado en el sedimento.
​El Combate Submarino.
​Tres figuras emergieron del camuflaje, enfundadas en trajes de inmersión tácticos de El Fénix. Los mercenarios, armados con arpones modificados y lanzadores de pulso.
​—¡Asalto! —gritó Kira.
​El campo de batalla era la negrura y la presión de 500 metros bajo el mar.
​Kira se enfrentó a dos mercenarios, usando la cúpula de la Bóveda como cobertura. Su entrenamiento en combate submarino era superior. Ella esquivó un arpón y devolvió el ataque con una ráfaga de dardos, inutilizando el sistema de propulsión de uno de ellos.
​Vance se centró en la defensa. Él no era un luchador, pero era un experto en desorientación. Usó el submarino monoplaza para crear una cortina de burbujas, cegando temporalmente al tercer mercenario.
​El objetivo de El Fénix no era la muerte, sino la captura de Vance para obtener el Pergamino de Metal.
​La Intervención de Ariadne.
​La lucha era brutalmente lenta debido a la resistencia del agua.
​De repente, la voz de Ariadne interrumpió la estática.
​—¡Vance! ¡Hay un pulso electromagnético acercándose por el oeste! ¡Es Seraphina!
​Seraphina venía en un vehículo más grande y rápido. Tenían menos de cinco minutos antes de que ella llegara para tomar el Pergamino por la fuerza.
​Vance se dio cuenta de que no podían ganar el combate y proteger el artefacto.
​—¡Kira! ¡Plan B! ¡Tenemos que abrir la bóveda ahora! —gritó Vance.
​La Apertura de la Bóveda
​Kira neutralizó al último mercenario con una descarga eléctrica controlada y corrió hacia Vance..
​—¡Si la abres, Seraphina ganará el acceso! —objetó Kira.
​—¡Ella lo hará de todos modos! Pero si el Protocolo de Cronos está activo, es más fácil de rastrear. ¡Necesitamos la firma de energía!
​Vance colocó el Pergamino de Metal sobre el sello de Oricalco de la Bóveda Geotérmica. Runas azules brillantes se encendieron. El metal de la Bóveda se retrajo con un gemido sónico, revelando un cilindro central en su interior.
​Era el Protocolo de Cronos: un artefacto que parecía una esfera de cristal tallada con mecanismos de reloj.
​El Protocolo se Activa
​En ese instante, el sonar del submarino monoplaza explotó por la cercanía de otro vehículo. Seraphina había llegado.
​—¡Gracias por el servicio de conserjería, Profesor Aelarion! —La voz fría de Seraphina resonó desde el comunicador de Vance.
​Seraphina salió de su vehículo con dos mercenarios intactos. Su objetivo se había cumplido: la Bóveda estaba abierta.
​Ella no dudó. Disparó un pulso electromagnético dirigido al cilindro que contenía el Protocolo.
​El Protocolo de Cronos se encendió con un resplandor dorado. Una onda de choque invisible se expandió, y por un instante, Kira vio la imagen distorsionada de la bóveda: un segundo se repitió una y otra vez.
​—¡Se activó! ¡Estamos en el campo de anulación temporal! —gritó Vance.
​Kira, sabiendo que no podían luchar contra el tiempo, se aferró a la única arma que Nido les había dado. Ella sacó el dispositivo EMP miniatura.
​—¡Es hora de detener el tiempo, Elías! —gritó Kira.




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