El Protocolo de Cronos . (parte 4 )

Capítulo 7: Ascenso a la Superficie.

​El Túnel del Ascenso.
​El dron submarino de rescate, programado por Nido, ascendió por el pozo geotérmico a una velocidad vertiginosa. Kira, dentro del pequeño habitáculo, protegía el contenedor blindado que contenía el Pergamino de Metal y el Protocolo de Cronos.
​La luz del día polar, un tenue crepúsculo azul, tardó en aparecer. El ascenso fue tenso y silencioso, solo roto por el ping rítmico del sonar. Kira aprovechó ese tiempo para procesar la captura de Vance y la amenaza temporal que había enfrentado.
​«Ella lo quiere vivo. Él es la clave del Protocolo», pensó. Esto le daba una pequeña ventaja. Seraphina no lo mataría, no hasta que hubiera extraído el conocimiento necesario.
​La Cabina de Extracción.
​El dron rompió la superficie del Ártico. Kira salió a un entorno caótico: bloques de hielo flotante, una neblina densa y el sonido del hielo crujiendo.
​El plan de contingencia de Vance (el Plan B) era una cápsula de extracción rápida camuflada. Kira usó un código en su traje, y a unos trescientos metros de distancia, una pequeña estructura metálica cubierta de hielo se abrió: era la Cabina de Extracción Rápida, una embarcación sigilosa diseñada para viajes de larga distancia.
​Ella nadó entre el hielo hasta la cabina y subió a bordo. Tras asegurar el Pergamino y el Protocolo en el compartimento de la nave, activó los sistemas.
​—Nido, aquí Kira. Estoy en la cabina de extracción. Dime: ¿cuál es el estado de la persecución?
​El Rastro en el Pacífico Norte.
​La voz de Nido sonó clara en la cabina, con un matiz de urgencia.
​—Capitana, El Fénix se dirige a la Base de Operaciones 7 en el Pacífico Norte, cerca de la Fosa de las Marianas. Es una plataforma petrolera camuflada. Estarán allí en 18 horas.
​—Dame la ruta más rápida.
​—La cabina tiene un motor de pulso silencioso. Es lenta. Tu única oportunidad es interceptar el Jet de Operaciones de La Vigilancia. Está a 1.200 kilómetros de tu posición, pilotado por un contacto de Lena.
​Kira calculó el tiempo. Necesitaba estar en el Jet en menos de cuatro horas si quería llegar al Pacífico a tiempo para la infiltración.
​—Ariadne, envíame todos los planos de la Base de Operaciones 7 que tengas de los Hijos de Teseo. Quiero saber cada túnel, cada sala de interrogatorios y cada punto ciego.
​—Enviando los archivos, Capitana. Pero ten cuidado: esa base es la fortaleza personal de Seraphina. Nadie ha salido vivo de ahí.
​La Soledad de la Misión.
​Kira dirigió la Cabina de Extracción hacia el sur, hacia el punto de encuentro con el Jet. Miró el contenedor que guardaba el Protocolo de Cronos y el Pergamino de Metal. Eran su única moneda de cambio, y su única responsabilidad.
​La soledad de la misión era abrumadora. Vance siempre había sido la voz de la razón, la mitad intelectual que equilibraba su impulso de acción. Ahora, sin él, el riesgo de cometer un error fatal era inminente.
​Ella activó el comunicador de emergencia, la línea directa al canal encriptado que Vance solía usar solo para ella.
​—Elías —susurró Kira—. Voy por ti. No te atrevas a darles el Protocolo de Cronos. Yo no lo permitiré..
​Mientras la Cabina se deslizaba silenciosamente bajo la luna ártica, Kira sintió que la caza no era solo una misión de rescate, sino una promesa personal que no podía romper. La cacería de Seraphina comenzaba, y el Pacífico Norte sería el escenario de la confrontación final.




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