El Protocolo de Cronos . (parte 4 )

Capítulo 9: El Salto en la Oscuridad.

​La Infiltración a 10.000 Metros.
​El Jet de Operaciones, pilotado por Jafar, se acercó al límite de la zona de exclusión de la Base 7. El cielo estaba negro y el océano, debajo, invisible.
​Kira estaba lista en la rampa de carga, con su traje de infiltración sellado y el contenedor blindado (con el Pergamino de Metal y el Protocolo de Cronos) asegurado en su espalda.
​—Capitana, estamos a 10,000 metros. El viento es de 180 km/h. Una vez que salte, me alejaré y enviaré el pulso spoof a su radar —dijo Jafar por el intercomunicador.
​—Entendido, Jafar. Y buena suerte.
​Kira abrió la rampa. El ruido del viento era atronador. Dio un paso firme hacia el vacío. El salto era una caída controlada, una aguja invisible cayendo hacia un pajar de acero.
​Nido se comunicó por el canal encriptado: —Capitana, le he dado a Seraphina un cebo falso: una señal de que el Pergamino se dirige a una base en Guam. Tendrás unos quince minutos de gracia.
​El Descenso Fantasma.
​Kira cayó en picada, usando las aletas de su traje para estabilizar la caída libre. Su paracaídas se abriría a baja altura, un HAHO manual, para evitar ser detectada por el radar secundario.
​Mientras caía, su mente se centró en Vance. Recordó la última conversación que tuvieron, las coordenadas que él le había enseñado a memorizar. Su determinación se hizo de acero.
​El tiempo se agotó. Kira activó el paracaídas. El velamen negro se abrió silenciosamente, deteniendo su caída justo a tiempo.
​La Seguridad Externa.
​Kira usó la brisa para deslizarse hacia la Base de Operaciones 7, la plataforma petrolera camuflada en la inmensidad del Pacífico. El helipuerto principal era su objetivo.
​Aterrizó con la precisión de un fantasma. Apenas tocó la superficie de acero, su traje se desprendió automáticamente del paracaídas, el cual fue absorbido por un pequeño mecanismo interno (otro truco de Nido).
​Activó el sensor de calor en su casco. Tres guardias patrullaban el helipuerto.
​Kira se movió rápidamente, usando su entrenamiento de combate. El objetivo no era matar, sino neutralizar. Ella usó descargas de pulso de bajo voltaje en sus guantes. Tres toques rápidos en el cuello, y los guardias cayeron silenciosamente, paralizados por la descarga.
​El Descenso por el Conducto.
​El mapa holográfico de Ariadne se iluminó en su guante. El conducto de ventilación principal estaba en el borde del helipuerto.
​Kira abrió la rejilla. Dentro, el aire olía a metal caliente y aceite. Era un descenso vertical de cuatro niveles hasta el nivel de la sala de interrogatorios. Ella usó un arnés portátil para deslizarse, la luz de su linterna frontal apenas revelaba las profundidades.
​Ariadne se comunicó. —El túnel es seguro por ahora, Capitana. Pero la sala de cerámico de basalto está custodiada por tres equipos.
​—Necesito llegar antes de que Seraphina descifre el Pergamino.
​Alarma y Confrontación.
​Kira llegó al nivel inferior, emergiendo en un pasillo estrecho. Desactivó una cámara de seguridad con una onda de pulso de su guante.
​Pero justo entonces, un sensor láser de piso, que Ariadne no había detectado, se disparó.
​Una voz metálica resonó por los altavoces de la plataforma: "INTRUSIÓN EN EL NIVEL DE OPERACIONES. ALERTA ROJA."
​El engaño de Nido había terminado.
​El pasillo se inundó de luz de emergencia. Una puerta blindada al final del pasillo se abrió, y dos mercenarios de élite de El Fénix aparecieron, armados con rifles.
​—¡Es la Capitana! ¡Fuego! —gritó uno.
​Kira, atrapada entre la pared y el fuego enemigo, se lanzó a un lado, su espalda golpeando un conducto de servicios. La misión de rescate había pasado de la infiltración silenciosa al combate total. Tenía que llegar a la sala de cerámico, y rápido.




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