El silencio en la sala de cerámico de basalto era ensordecedor, roto solo por el goteo de agua. Kira estaba en el centro, el Protocolo de Cronos y el Pergamino de Metal a la vista. Seraphina, al ver los artefactos, dejó caer el vial del suero, que se estrelló inofensivamente en el piso.
—¡Capitana Rourke! —El asombro de Seraphina se convirtió rápidamente en una sonrisa depredadora—. ¡Siempre la heroína, siempre tarde!
—Déjalo ir, Seraphina —ordenó Kira, apuntando con su arma a la cabeza de la villana—. Y no muevo un músculo.
Seraphina no se inmutó. Ella se acercó a Vance, que estaba atado a la silla.
—¿Crees que puedes negociar con El Fénix, Capitana? Entregue los artefactos. No tengo el dinero ni el imperio, pero tengo la llave del tiempo.
El Intercambio Tensión.
Kira sabía que esta no era una negociación. Era una trampa. El cerámico de basalto impedía que Nido le diera apoyo con un EMP, y la sala estaba aislada.
—Yo tengo el Pergamino de Metal. Solo Vance puede descifrar la secuencia de activación total del Protocolo —dijo Kira, manteniendo su voz firme—. Lo soltarás, y te entregaré los artefactos. Solo a ti.
Seraphina rió, un sonido seco y cruel. —¡Tú lo has dicho! Solo Vance puede hacerlo. Si lo libero, perderé mi única ventaja.
Seraphina tomó un cuchillo táctico de su cinturón y lo puso sobre la garganta de Vance.
—Dame los artefactos, Capitana. Ahora. O el Profesor se va a ahogar en su propia sangre.
La Distracción de Vance.
En ese momento de máxima tensión, Vance hizo lo inesperado.
—No lo hagas, Kira —dijo Vance, su voz baja y firme, mirando a Seraphina directamente—. Ella solo quiere el Protocolo para borrar a Arcadia. No le des el poder de reescribir la historia.
Seraphina estaba furiosa. —¡Silencio, traidor!
Vance ignoró la amenaza. —¡Kira! El Pergamino tiene una secuencia de destrucción irreversible dentro de la secuencia de activación. ¡Úsala!
Seraphina, al escuchar la palabra "destrucción", se distrajo y lanzó una patada al estómago de Vance. El golpe fue brutal.
Kira no dudó. El sacrificio de Vance le dio la fracción de segundo que necesitaba.
—¡Trato hecho, Seraphina! —gritó Kira.
Ella lanzó el Protocolo de Cronos a un rincón opuesto de la sala. Seraphina se lanzó hacia el artefacto con una velocidad salvaje.
La Verdadera Secuencia.
Mientras Seraphina recogía el Protocolo, Kira se dirigió al Pergamino.
—¡Yo me encargo del Pergamino! —gritó Seraphina a sus guardias.
Seraphina se dio cuenta de su error. El Protocolo no funcionaba sin la activación del Pergamino. Ella corrió de vuelta, pero fue demasiado tarde.
Kira había colocado el Pergamino de Metal en el panel de control de la sala. Ella no tecleó una secuencia de activación ni de destrucción. Usó la secuencia de interferencia temporal que Vance le había enseñado como último recurso.
El Pergamino brilló con una luz azul. La sala de cerámico, diseñada para el aislamiento, comenzó a vibrar.
—¡Estás interfiriendo con la Bóveda Geotérmica! ¡No puedes! —gritó Seraphina.
—No estoy interfiriendo con la Bóveda, Seraphina —dijo Kira, sus ojos fríos—. ¡Estoy saturando la capacidad de aislamiento de esta sala!
Las runas del Pergamino forzaron una onda expansiva de frecuencia a través del techo. El cerámico de basalto se saturó, y por un instante, la sala de interrogatorios quedó conectada a la red externa.
El Ataque de Nido.
Justo cuando Kira completó la secuencia, el comunicador de su traje gritó:
—¡Ahora, Ariadne! ¡Nido, pulso de anulación en mi marca!
La voz de Ariadne se escuchó por el canal externo: —¡Activando el pulso en 3, 2, 1!
Nido, aprovechando el breve momento de saturación, lanzó el Pulso EMP de Frecuencia directamente al Protocolo de Cronos.
El Protocolo, en manos de Seraphina, lanzó un arco de energía dorada y se apagó por completo, quedando completamente inactivo. Seraphina sintió la descarga de retroalimentación y cayó al suelo, gritando de rabia.
Kira aprovechó el shock del EMP. Ella usó un gancho rápido en su guante para romper las ataduras de Vance.
—¡Vámonos, Elías! —gritó Kira.
Vance se levantó, cojeando, pero sonriendo. Seraphina, al darse cuenta de su doble derrota (la neutralización de Cronos y la liberación de Vance), lanzó un grito de pura frustración.