La niebla envolvía el pasillo en un abrazo gélido mientras Ryan y yo nos apresurábamos hacia la salida. Sentía que el tiempo se desvanecía, y la urgencia de encontrar a Emma nos empujaba hacia adelante. El profesor Paredes se quedó atrás, su mente claramente atrapada en una lucha interna.
“Mason, ¿estás seguro de esto?”, preguntó Ryan, con un destello de preocupación en sus ojos. “¿Y si no encontramos a Emma?”
“No tenemos otra opción”, respondí, mi voz firme. “Si la figura tenía razón, debemos llegar al lugar del sacrificio antes de que sea demasiado tarde.”
Finalmente, llegamos al jardín, que ahora parecía un laberinto de sombras y niebla. “¿Dónde está este lugar del sacrificio?” preguntó Ryan, mirando alrededor con ansiedad.
“Recuerdo que en el libro de historia había una mención sobre un altar antiguo en el centro del jardín”, dije, recordando las páginas que había hojeado. “Sigamos adelante.”
A medida que nos adentrábamos más en la oscuridad, la niebla se volvía más espesa, y las sombras parecían moverse a nuestro alrededor. De repente, un grito resonó, y mi corazón se detuvo. “¡Emma!”, exclamé, corriendo hacia el sonido.
Al llegar a un claro, vi su figura, atrapada entre los árboles. “¡Emma!”, grité, corriendo hacia ella. Su rostro estaba pálido, y su mirada reflejaba terror. “¡Mason! ¡Ryan!”, dijo, extendiendo su mano hacia nosotros.
“Estamos aquí. Vamos a sacarte de aquí”, respondí, sintiendo que la esperanza comenzaba a renacer.
Pero antes de que pudiéramos llegar a ella, la niebla se espesó y la figura oscura apareció una vez más, bloqueando nuestro camino. “No pueden llevarla”, dijo con una voz que resonaba como un trueno. “Ella es parte de la oscuridad.”
“¡No! ¡Emma es mi hermana!”, grité, sintiendo que la desesperación me consumía. “¡No te la llevarás!”
La figura se acercó, y la niebla giró a su alrededor. “Lo que ha sido llevado debe ser devuelto. Solo así podrás liberarla.”
“¿Qué debo hacer?”, pregunté, sintiendo que la ansiedad se transformaba en una determinación feroz.
“Restaurar el equilibrio”, respondió la sombra. “El sacrificio debe hacerse en el altar.”
“¿Qué sacrificio?”, pregunté, sintiendo que la respuesta me llenaba de terror.
“Tu miedo. Tu voluntad. Solo al enfrentarlo podrás liberarla”, dijo la figura, señalando hacia un altar cubierto de sombras.
Sin pensarlo dos veces, me acerqué al altar. “Haré lo que sea necesario”, afirmé, sintiendo que el miedo se convertía en una fuerza poderosa dentro de mí. “Emma, estoy aquí. No te dejaré.”
Con un último grito, levanté las manos hacia el cielo y sentí que el peso de la niebla comenzaba a levantarse. La figura oscura se retorcía, y el aire a mi alrededor se volvió más ligero. “¡Ahora!”, gritó Ryan, mientras la sombra comenzaba a desvanecerse.
Justo cuando creí que todo estaba perdido, el altar brilló con una luz intensa. La niebla se disipó, y la figura oscura gritó, desvaneciéndose en la oscuridad. “¡Emma!”, grité nuevamente, y ella apareció, libre de las sombras.
“¡Mason!”, exclamó, y corrí hacia ella, abrazándola con fuerza. “Pensé que no volvería a verte.”
“Gracias por venir por mí”, dijo, sus ojos llenos de gratitud.
Pero justo cuando el alivio me invadía, sentí un tirón en mi pecho. La visión se desvaneció, y todo se volvió negro.
Desperté de golpe, mi corazón latiendo con fuerza. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en el sofá de mi sala. La luz de la mañana entraba por la ventana, y el silencio del hogar me rodeaba. Era solo un sueño.
Me senté, confundido y aturdido, tratando de asimilar lo que había vivido. La niebla, la figura oscura, Emma, todo había sido parte de una pesadilla. Pero el miedo persistía en mi pecho, una sensación de que algo no estaba del todo bien.
“¿Mason?” La voz de mi madre me sacó de mis pensamientos. Entró en la habitación y me miró con preocupación. “Te quedaste dormido en el sofá. ¿Estás bien?”
“Sí, solo... solo tuve un sueño extraño”, respondí, sintiendo que la realidad era un alivio y una carga al mismo tiempo.
Mientras trataba de calmarme, me pregunté si había algo más detrás de ese sueño. ¿Era solo mi mente procesando el miedo, o había una advertencia en todo esto? Decidí que necesitaba hablar con Ryan y Emma, para asegurarme de que todo estaba bien.
Con determinación, me levanté del sofá y me dirigí a la puerta. Aunque el sueño había terminado, sabía que el verdadero desafío apenas comenzaba. La niebla podría haber desaparecido, pero la oscuridad siempre encontraría la manera de regresar.
Fin.