El psicólogo incompetente

Capítulo 26

Dejo la capucha sobre la cama, Ann entra directo al baño, hay demasiado para procesar en mi mente. Vampiros, criaturas que siempre pensé mitológicas son reales. Ann sale con una toalla enredada alrededor de su pecho.

—Sé que esto es algo difícil de procesar. —se sienta a mi lado.

— ¿Cómo lo hiciste tú?

—Yo era una niña, me enseñaron su existencia como a ti te enseñaron a escribir, no tuve la necesidad de cuestionarlo.

— ¿Qué te enseñaron? ¿De verdad son criaturas del infierno?

Ella rie, como si mi ocurrencia fuera absurda.

—No somos una institución religiosa.

— ¿En serio? Porque la iglesia y ella crucifijo indican lo contrario.

Ella vuelve a reir.

—Debemos mezclarnos con el mundo.

— ¿Y ellos? ¿También lo hacen?

—Ellos son una raza, una raza sin cuerpo propio que puede ocupar los de otros como carcaza para cazar a sus presas. 

— ¿Y si son una especie como cualquier otra por qué el mundo no los conoce?

—Porque que la gente piense que cualquiera puede ser poseído por otro ser puede crear histeria, la gente terminaría matándose entre ella sin razón, de hecho, ya pasó una vez, hace cientos de años.

— ¿Qué pasó?

—Hubo un tiempo en que vampiros y humanos vivían en paz. Los vampiros renunciaron a beber sangre humana y a la totalidad de potencia de sus habilidades a cambio de armonía, se alimentaban de animales, le daba suficiente fuerza para sobrevivir. Creamos un balance entre ambos mundos. Debes saber algo, son criaturas muy inteligentes y se rigen por un sistema monárquico. El rey de los vampiros tuvo una hija, Killzabett, creía que no debían reprimirse y vivir doblegados, que el orden natural no debía alterarse y que las presas eran presas y los cazadores cazadores.

 — ¿Pero cómo pueden reproducirse si no tiene cuerpo propio?

—Dividen su alma, su esencia cuando encuentran una pareja.

—Continúa la historia, por favor.

—Killabeth mató a su propio padre para reclamar el trono, lo absorbió y con ello se hio millones de años más poderosa. Muchos lo apoyaron y otros no tanto. Por supuesto que cuando los humanos se enteraron de esto se desato la mayor guerra entre las especies, incluso contra aquellos que se oponían a Killzabett. Pero… —Ann hace silencio 

— ¿Pero?

—Le costó años a la humanidad entender verdaderamente como destruirlos sin que su forma original saltase a otro cuerpo. Sin descifrar sus secretos sólo se asesinaron realmente a muy pocos, mandaron a la resurrección a muchos y permitieron que otros tantos se ocultaran.

— ¿La espada y el relicario son parte?

—Si, son el sello de nuestra organización, los “Yo soy la Luz”; la fina espada de plata vincula alma y cuerpo para que no escapen y al matar el cuerpo humano matas ambos. Fueron muchos años de cruzada, pero consiguieron acabar con casi toda su especie, incluso se dice que con Killzabett.

— ¿Y que pasó?

—Ella siempre fue por un paso por delante, ay algo que no te dicho. Ay otra especie, una línea humana capaz de controlar el entorno y más, los brujos.

— ¿Brujos? ¿Cómo magos?

—No, esos son maestros del ilusionismo y el engaño, pero los brujos no, son reales, poderosos, pero muy pocos. Viven en comunidades rehuidos de la humanidad y de todo lo que tiene que ver con ella, su sangre es toxica para los vampiros, pero si un brujo y un humano se mezclan la sangre mágica se corta en esa línea. Por eso para preservar su raza viven lejos de nosotros.

— ¿Qué tienen que ver en todo esto?

—Ellos normalmente no se meten en los conflictos entre humanos y vampiros, pero cuando la humanidad se encontró en su punto más débil nuestro líder, Arman le suplicó a los brujos por su ayuda. Y ellos nos dieron esto —Ann señala una marca de nacimiento, —esto evita que podamos ser poseídos por ellos y nos hace más fuerte y veloces, oponentes dignos. Se transmite de generación en generación. Pero solo entre dos miembros de la organización.

— ¿Por qué yo no tengo una?

—Porque lo que tu padre no te dijo, es que tu madre violó la ley y se enamoró de un mortal común. Heredaste la habilidad de tu estirpe, pero no la protección. Pero eso te lo explicaré luego, déjame terminar de contarte la historia.

—Lo siento.

—Al enterarse los vampiros de que nuestra ventaja era mágica, reclamaron su venganza contra los brujos. No sabemos que pasó, pero secuestraron a una parte de los niños de nuestra comunidad, anularon su sello y los poseyeron. 

— ¿Confiaron que sus padres no los matarían?

—Fue peor, verás, era como una especie de hibernación y la ve un castigo para nosotros. Algunos creyeron en un bien mayor e intentaron sacrificar los niños, pero el alma vampírica brincaría a otro niño de la organización. 

— ¿Y qué pasaba si lo dejaban dentro?

—Al cumplir los dieciocho la hibernación se completaba, pero de una forma peor, el alma vampirica se funcionaba con el cuerpo humano, dándoles lo que siempre han deseado, un cuerpo. El único momento vulnerable era el momento de la fusión, ahí podemos matar al alma vampírica.

— ¿Entonces, matan a ambos?

—Si.

Eso suena desgarrador.

— ¿Y en que acaba todo esto?

—En reformatorios como el que trabajas. Los brujos, dolidos por el mal que nos hicieron hechizaron sus contornos para que mientras estén dentro el alma vampira no pueda controlar al humano que posee y retenerlos ahí hasta que cumplan los dieciocho.

—Pero entonces, ¿Qué pasa con esos niños?

—Una vez su alma libre se reincorporan a la organización, pero hay algunos que no soportan el proceso.

—Yo, mi madre…

—Esa es una historia que te haré en otro momento, báñate, descansa, hemos tenido un día duro.

—Lo haré, pero esta conversación no acaba aquí.

—James, —Ann toma mi mano —Debes entender algo, ellos no son buenos, son incapaces de sentir amor o alguna lealtad por alguien que no es de su especie. En nuestra organización desconfiar es morir, debemos confiar en el que tenemos al lado para sobrevivir.



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En el texto hay: misterio, amor, vampiro

Editado: 10.11.2022

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