El Pueblo de Noche

Día 2 : Kisin

Después de buscar durante aproximadamente una hora la mansión, finalmente la encontramos y nos sorprendió ver que era más grande de lo que habíamos imaginado. El patio era enorme, con dos fuentes y un sendero de rosas de diferentes colores. Creímos que era demasiado simple como para pertenecer a un vampiro; pues la mayoría de las personas tienen la idea de que los vampiros viven en castillos enormes y tenebrosos.

Caminamos hacia la puerta y no parecía que algo o alguien nos fuese a atacar, el lugar aparentaba haber sido abandonado hace no mucho tiempo, a pesar de su aspecto, se podía sentir una enorme presión en el pecho; de esas sensaciones en las que no puedes respirar con normalidad, como si alguien estuviese arriba de ti. Conforme más nos acercabamos a la puerta más fuerte era esa presión.

Al entrar, la puerta se cerró bruscamente, a lo que por alguna razón se me vino de repente a la mente una pregunta “¿Esto no será una ilusión creada por el tal Silva?”. Se me hizo razonable que todo lo que habíamos visto fuese en realidad una ilusión creada por ese sujeto. Al final no le di tanta importancia a eso, tal vez lo imaginaba demasiado.

Estando adentro, caminamos un poco, vimos unas grandes escaleras que se dirigían hacia los pisos de arriba, la mansión parecía ser de 4 ó 5 pisos.

El lugar estaba tapizado con enormes alfombras rojas, las ventanas tenían cortinas de color negro que bloqueaban la luz exterior dando así ligera oscuridad al interior. Se veían alguna que otra lámpara de gas colgadas por las paredes, algunas encendidas brindando una tenue luz; por el lugar volaban pequeños círculos de fuego de un lado a otro, espectros de bajo nivel, pueden causar quemaduras pero son fáciles de exterminar.

 

—Deberíamos separarnos en dos grupos— propuso Bryant— podríamos llamar la atención si estamos todos juntos—.

—Supongo que no es mala idea, yo iré con Luis— respondió rápidamente Jonathan.

—Decidido, entonces iré con Charles y Bryant, será interesante verlos en acción un poco más— Dariel parecía algo interesado en ir con Charles y Bryant, era normal pues ellos no ha mostrado mucho de sus habilidades.

Jonathan y yo fuimos a explorar hacia los últimos dos pisos en cuanto a los demás, investigarían los primeros pisos.

—Debemos encontrar a Silva lo más rápido posible o despertará de verdad— dijo Jonathan mientras sabíamos las enormes escaleras.

—¿Qué quieres decir con eso?— no comprendía lo que trataba de decirme.

— Aquél que luchó contra mí en el pueblo no era más que una ilusión creada por Silva.

—¿Quieres decir que una ilusión te dio tantos problemas? ¿Por eso es que usaste ese extraño poder del que no quieres hablar?¿Una ilusión?.

—Si se tratase únicamente de una ilusión común y corriente, no me habría transformado, esa ilusión iba dirigida a mí.

— No entiendo nada.

— El poder que usé no es precisamente la de un demonio, o al menos no uno normal, creo que Silva sintió la presencia de ese poder aunque yo no lo estuviese usando. Tal vez fue por eso que comenzó a despertar y mandó una ilusión para obtener información, !y no me Di cuenta de eso! ¡Maldición!.

— Eso quiere decir que. . .

— Que sabe lo que puedo hacer y también debe saber de que poder se trata—

— Oye ¿entonces lo vas a sellar antes de que despierte?.

— Esa es la idea.

— ¿Siquiera sabes dónde está?

— Tengo una ligera sospecha.

— ¡Me temo que no puedo dejarlos avanzar!— razonó una peculiar voz en uno de los corredores en los que andábamos.

Nos detuvimos por completo y observamos alrededor lentamente, algo o alguien nos estuvo siguiendo y escuchando todo el tiempo. Desde la primer puerta que estaba cerca de la esquina de donde habíamos venido después de subir las escaleras, hasta la última del corredor en el que nos encontrábamos, nada se veía extraño a excepción de una cosa. Los espectros circulares de fuego de bajo nivel se agrupan en una de las puertas. Finalmente apareció él, un sujeto de una altura aproximada de 1.80 mts, una mirada que se sentía más fría que el hielo, una sonrisa que causaba escalofríos y su sola presencia nos hacía temblar de miedo. Solo con verlo enfrente, me hacía sentir como un ratón atrapado en una habitación con una enorme águila hambrienta. Mis ojos no dejaban de mirarlo, en mis manos se sentía el sudor, mis piernas no dejaban de tambalearse y sentía ganas inmensas de vomitar, era una presión increíble pero, Jonathan parecía tranquilo, como si ya hubiera visto algo así antes aunque aún así parecía preparado para correr de ser necesario.

— ¿Qué hace aquí alguien tan poderoso como tú?—Jonathan alzó la mirada y le preguntó sin dudar a ese individuo.

El sujeto le contestó con un tono burlón — únicamente cuido el hogar de un amigo.




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