Despierto, el sol que entra por la ventana es demasiado perfecto.
Espera... no tengo ventanas en mi habitación. Me siento rápidamente en mi cama y miro a mi alrededor. Esta no es mi habitación ¿Dónde estoy?
—Hola Alison – escucho la voz de una niña pequeña, miro hacia la puerta y encuentro a Sophie, la hermana de Alex.
—Hola pequeña – me levanto de la cama y me agacho para quedar a su altura –¿Me ayudas? ¿En dónde estoy?
—En mi casa, obvio. – observo su ropa, es un vestido elegante, rosado claro, muy hermoso – ¿Por qué no te has puesto tu vestido?
—¿De qué vestido hablas, Soph? – le pregunto con confusión.
Da unos pasos a un closet que había ahí y lo abre.
—Este vestido – era un vestido de novia estilo princesa demasiado precioso, pero ¿Qué?
Parpadeo y ya no estoy en mi habitación, sino que, caminando por una alfombra roja y larga, afirmada del brazo de mi papá. Tengo el vestido puesto, hay muchas personas sonriendo y grabando. La mamá de Alex incluso está llorando mientras sonríe. El lugar es como un patio grande con árboles y mucho verde, obviamente estoy soñando, además ¿Con quién me casaría?
Adelante hay un hombre vestido con un traje blanco dándome la espalda, supongo que es el novio. Toco su hombro y se voltea
— Alex – digo en un susurro.
—Al fin – dice sonriendo.
Vuelvo a parpadear y todos están gritando "Que vivan los novios" mientras aplauden y algunos silban.
Me siento en mi cama, ahora si en mi pieza.
— ¿Qué fue eso? – me pregunto mientras intento controlar mi respiración.
Mi celular comienza a vibrar y en la pantalla dice: "hermano de otra madre". Él se colocó ese apodo cuando me regalaron el celular. Fue toda una sorpresa en ese momento. Pero ahora no entiendo porque llama, si podemos hablar telepáticamente.
Contesto la llamada.
— Oye loca, tuve un sueño demasiado extraño.
— Yo también, pero tu cuenta primero.
—No, hazlo tu.
— Al mismo tiempo, uno, dos y tres.
— Soñé que nos casábamos – decimos al mismo tiempo.
Nos quedamos en un silencio incómodo. Esto es extraño, jamás hemos estado en un silencio incómodo.
— Olvidemos este sueño – digo para eliminar el silencio.
— Bien, debo irme. – su voz cambió de tono.
— ¿Estas bien?
— Si, no pasa nada, pero debo irme. – y cuelga.
¿Qué fue eso? ¿Y si...?
Mis pensamientos fueron apagados por el sonido de la puerta.
Toc toc toc
— ¿Quién es?
—Soy Sara, ¿Puedo pasar?
—Si, claro. – la puerta se abre y allí entra ella con una sonrisa muy contagiosa, común en ella. Pero aún sigo pensando en ese estúpido sueño mirando a la nada, seria.
—¿Qué pasa Ali? – la miro y me sorprende ver esa preocupación en su rostro. Le sonrío y parpadeo varias veces, intentando que el recuerdo se vaya de mi mente.
—Nada, solo pensaba en algo.
—Mi niña ¿Estás bien? ¿En qué piensas? Porque no creo que sea muy normal que estés muy sola últimamente y que hayas adelgazado demasiado rápido. ¿Es por Alexander?
La miro frunciendo el ceño con mi cara que expresaba una gran confusión.
— ¿No será Alex? – le corrijo junto a una sonrisa. Ella me sonríe como diciendo "eso quería decir". – no es por Alex, solamente tuve un sueño demasiado raro.
— Cuéntamelo cuando te comas todo tu desayuno, ya casi estás en los huesos, pequeña. – recién me fijo en la bandeja que hay frente a mí. Esta completamente llena. Hay una manzana, huevo a la copa, una taza con un té y muchas cosas saludables, excepto:
—¿Chaparritas? –hace mucho que no como una.
—Sé que te gustan y hace rato que no te veo o que tenemos una conversación normal, así que ¿Sorpresa? – el sonrío y comienzo a atacar lo que hay en la bandeja. – entonces ¿Qué pasó?
—Alex y yo tuvimos el mismo sueño sobre que nos casábamos... – comienzo a contarle la historia.
—Ah, ese niño está enamorado de ti desde hace rato y como le pediste que lo olvidarán, se sintió dolido. – dice de lo más normal y yo comienzo a reír como una loca.
— Es una broma ¿No? – le pregunto al ver su rostro serio. – ay vamos, debe ser una especie de mala broma, no puedo gustarle a mi mejor amigo.
— Ali ¿Por qué crees que se va a enojar?
— No se enojó, solo fue cortante.
— ¿Y porque fue "cortante"? – hace comillas con sus dedos.
Fue cortante porque quería terminar pronto la llamada para poder investigar la razón de eso. Es imposible que él este enamorado de mí. Digo para mí misma.
— Tal vez, él no esté enamorado de ti, pero siente algo – sigue diciendo y yo me tiro hacia atrás, volviendo a acostarme. Niego la cabeza. – y tú también sientes algo por él. – me siento rápidamente.
—Sara, yo no siento nada más allá de una amistad y él tampoco. No porque somos mejores amigos desde los siete años y seamos inseparables significa que nos gustamos. Estamos en el siglo veintiuno.
—Si tú lo dices. – ella se levanta de mi cama y se encoje de hombros caminando a la salida.
Alex es mi hermano prácticamente, no puedo sentir nada por él. Lo admito, no es feo, pero no es mi tipo.
Tomo mi celular que está a mi lado y lo desbloqueo para ver alguna notificación importante. Ningún mensaje, repito, ningún mensaje. Ni siquiera de Alex. Sentí mi corazón achicarse en una forma de presión.
¿Y si siento algo por Alex y no me había dado cuenta?
No, no, no, no. Es solo mi imaginación, no es real, no puede ser real.
Ay Sara ¿Qué me hiciste?
Dos golpes en mi puerta. Digo un simple "Pase".
Una chica de cabello negro con sonrisa simpática hace presencia en mi habitación. Nunca en mi vida la había visto pero su cara tiene algo que se me hace familiar.
— Em... ¿Hola?
— Hola, soy Kate, bueno Katherine, pero me gusta más Kate, hija de Sara. Vengo de Valparaíso, donde vivía con mi papá, pero ya era hora de venir a visitar a mi mamá. Espero que podamos ser amigas o por lo menos llevarnos bien. Por cierto, tengo veintiún años. La verdad es que estoy nerviosa y podría hablar por horas y horas ya que no puedo parar sola – dice todo demasiado rápido y antes de que continúe con su vomito verbal, la interrumpo.