El Puente [#1 Estructuras]

❄️Capítulo 7❄️


Un extraño sueño, hace que abra los ojos de apoco, acostumbrándome a la iluminación.  El dolor de cabeza es lo primero que se hace presente. Me quejo del dolor y ahí dos personas se acercan al darse cuenta que ya desperté.

Bip, bip, bip

—¿Estás bien? Ay esto es mi culpa no debí traerte sabiendo que pronto iba a llover, soy una estúpida – comenta asustada y rápido. Sus ojos estaban un poco hinchados y rojos. 

— Kate, tranquila, estoy bien. No pienso morir aún. – le sonrío – pero ¿Dónde estoy y que me pasó? – antes de que ella contestara, otra persona hizo presencia en la habitación.

Bip, bip, bip

—Hija ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? – le sonrío para poder tranquilizarlo, en su cara se ve toda la preocupación.

—Papá, estoy bien, solo me duele la cabeza, nada más.

— hija, me alegra que no fue algo tan grave. – suelta un suspiro de alivio, pero luego su rostro se transforma a uno mucho más serio. – en cuanto lleguemos a casa, más te vale responder todas las preguntas que te haré y quiero la verdad. 

—Vamos Katherine, debemos dejarlos solos. – dice Rachel, saliendo de la habitación.

Bip, bip, bip

— ¿Hay alguna manera de callar eso? Mi cabeza me está matando – digo sonriendo, ocultando el dolor.  Mi papá se acerca a la máquina y aprieta un botón, logrando que el sonido disminuya.

Nos quedamos en silencio por un momento, tal vez pensando en distintas cosas o tal vez lo mismo. No era posible que muriera, pero tal vez pude haber tenido algún tipo de secuela o que se yo, no soy médico.

—Papá – lo llamo, pero él me mira serio.

—No Alison. – me corta, consiguiendo que sienta unas inmensas ganas de llorar – Tu sabías que estaba a menos de una hora para llover, te enseñé lo básico de climatología, pero aun así fuiste a arriesgar tu vida. ¿Por qué no esperaste al día siguiente? ¿Por qué ni siquiera me lo dijiste? ¿En qué momento dejaste de confiar en mí? – vuelve su voz a una tranquila, de esas que te hacen sentir culpable. – no puedo perderte a ti también, Alison. Eres la única que me queda, la única en quien confío que no se irá de mi lado estando en vida. No puedes arriesgarte así.

— Lo siento – ya comencé a llorar – yo no estaba pensando en ese momento.

Lo único que quería era entender algo y todo se me salió de las manos.

  
Él se me acerca y coloca una mano en mi mejilla para consolarme, pero no sirvió...

— ¿Puede decirme donde está Alison Muñoz? – dice mi papá muy alterado. Quise decirle "Aquí estoy" pero no me escuchó.

—¿Qué es usted de la paciente? – le contesta con la pregunta una mujer.

— Soy su padre. Mi hija llegó con mi esposa. – le responde aún con el mismo tono de alterado.

— La niña está esperando la donación para la operación. - hace una pequeña pausa. - Mariana, lleva al señor a la sala cuatro de donaciones.

La puerta se abre y con eso, la conversación que hubo cuando mi papá me toco también.

—Ali ¿Estás bien? ¿Te duele algo? – lo ignoro. 

Sinceramente había olvidado el olor a hospital y ¿Eso es una ventana? Que genial se ve. 

— Por favor no me ignores.  

Oh Wow ¿Cuántas líneas tiene la cerámica? Uno, dos, tres... 

— Okey, me lo merezco.

Escuche un ruido e inevitablemente mire por la ventana.

Oh no.

Un rayo ilumina la habitación y luego mucha lluvia. Comienzo a temblar y los síntomas que tuve antes de venir a hospital, se repiten, pero en una mayor intensidad.  Quisiera girar la vista hacia mi papá y decirle que estoy bien, que esto no me afecta, pero hay algo, una fuerza que me mantiene mirando hacia la ventana.

— Alison, mírame, toma mi mano. – escucho la voz de mi papá a lo lejos, pero no puedo hacer nada. – ¡Alex, cierra la maldita cortina! – escucho como grita, pero yo no puedo despegar mi vista. – ¡Rachel, Katherine, llamen al doctor o alguna enfermera ahora! Alison, vas a estar bien. – coloca mi mano en su pecho – vamos, respira conmigo. Toma aire, exhala. – por más que intento seguir el ritmo o mirarlo, no puedo. Ni siquiera puedo pensar. 

Mis ojos apuntan hacia la ventana que está tapada con la cortina. La máquina de las pulsaciones se vuelve loca. Al parecer, al detectar pulsaciones muy rápidas, el volumen vuelve a la normalidad, avisando a todo el mundo. Todo a mi alrededor da vueltas. En eso, varias enfermeras entraron corriendo y una le inyecta algo a la bolsa de suero. Mis ojos comienzan a pesar hasta que se cierran automáticamente, por más que intente tener los ojos abiertos, estos se cerraron.

ALEX

Estoy en mi habitación, intentando concentrarme en la información que está en la pantalla del computador.

Hace una semana y unos días que estoy investigando a full, buscando en todas partes algún indicio de respuesta para mis poderes.

— Creo que debes descansar un poco. Desde que descubriste que eres un mini fenómeno has estado investigando sin parar y vas a terminar teniendo una jaqueca horrible. Además, si duermes, despejaras tu mente y pensaras con claridad. – comenta Nick, acostado en mi cama, mientras juega a tirar una pelota de tenis hacia arriba y luego atraparla.

— Primero, no puedo tener jaqueca, tengo recuperación muy rápida. Segundo, siento que me acerco cada vez más a la respuesta y tercero, recuérdame porque te pedí ayuda.

—Primero, tienes suerte. Segundo, no sabes si estás cerca, porque estamos en territorio desconocido. Y tercero, me pediste ayuda porque soy el único en quien confías más, después de Ali, claro. Además, quieres tenerme cerca porque piensas que no te he dicho toda la verdad.

—Yo no he dicho eso. – le recuerdo.

— Pero si lo insinúas, hermanito.

Ruedo los ojos y cuando estuve a punto de seguir leyendo las páginas de internet, el timbre suena.

— Yo voy, pero algún día deberías decirle la verdad a tu amiga.

—Algún día lo haré, pero no necesito que te metas. – le sonrío falsamente.



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En el texto hay: fobias, poderes, superacin

Editado: 06.08.2021

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