El Puente [#1 Estructuras]

❄️Capitulo 9❄️

Estuve mucho tiempo debatiéndome si entrar o no, haciendo una pizarra mental de los pros y contras. Hubo un empate. Cierro mis ojos por un momento para intentar escuchar lo que dicen dentro de la sala, ignorando la conversación entre Katherine y mi mamá.

—Lo siento – ella estaba llorando – yo no estaba pensando en ese momento. Lo único que quería era entender algo y todo se me salió de las manos. –se echaba la culpa de todo, no podía dejar que hiciera eso. Entro a la habitación y abro la boca.

—Ali ¿Estás bien? ¿Te duele algo? –me ignora completamente, mirando a la ventana – por favor no me ignores – prácticamente le ruego. Cierro mis ojos con fuerza – Okey, me lo merezco.

Un ruido de un trueno se hace presente. Como si el rayo hubiera caído cerca, pero al lado contrario del hospital. Luego una luz se hace presente por la ventana y otro ruido le siguió. Mucha lluvia se veía caer por la ventana, pero lo que llamó mi atención, fue la rapidez de la máquina de las pulsaciones. ¿Esa velocidad es humana?

—¡Alex, cierra la maldita cortina! – me grita Richard y me doy cuenta de lo que sucede, corro hacia la ventana y cierro las cortinas, Alison se queda mirándome fijamente, da miedo. – ¡Rachel, Katherine, llamen al doctor o alguna enfermera ahora! Hija vas a estar bien, solo mírame – se acerca a ella y toma su mano y la coloca en su pecho para ayudarla a tranquilizar su respiración – respira conmigo, toma aire, ahora exhala – ella no le obedece, aún me mira y enfermeras entran a la habitación e inyectan algo a la bolsa de suero. Finalmente cae hacia atrás en la camilla, con los ojos cerrados. Volvió a desmayarse.

Llegan otras enfermeras y una de ellas se sube encima de ella y comienza a hacerle RCP y otra enfermera nos saca a ambos de la habitación. El sonido de la maquina es uno largo, de esos que te demuestran que el corazón dejó de latir.

Cierro mis ojos y mando el mensaje:

—«Alison, debes estar bien, sé que puedes, solo espero que me escuches»

ALISON

—«Alison, debes estar bien, sé que puedes, solo espero que me escuches»

No veo nada, no siento nada. Estoy como en una etapa de sueño, pero esa voz... ¿De quién trata? ¿Quién es el dueño de esa voz?

Pasan unos segundos, tal vez horas, días, años, no lo sé, pero vuelvo a escucharlo.

—«Alison, perdóname, si te pasa algo peor jamás en la vida me lo perdonaré, fue mi culpa, yo estaba investigando algo yo solo y no quería... – se queda callado. – Soy un estúpido. Solo necesitaba saber nuestro origen, nada más. Cada vez siento que tengo la respuesta aquí en mis manos, pero al mismo tiempo, siento que se me escapa. Y tengo algo más que decirte, pero no sé si en este momento me estás escuchando»

Quería preguntarle quien era y porque solo escucho su voz. Quería saber de qué origen estaba hablando. Tal vez estaba investigando de donde salían los bebés o como se creó el ser humano, quería responderle, pero... no pude.

Cuando logro abrir mis ojos, me encuentro en el mismo puente que en mi sueño anterior, pero Alex no está conmigo.

Espera... Alex, la voz que escuché era de Alex ¿Dónde está?

Al otro lado del puente, la gente estaba muy feliz, los niños jugaban muy entretenidos y los adultos los acompañaban a jugar. Todos se divertían, todos estaban juntos, excepto una mujer. Esa mujer estaba mirándome sonriendo, esa mujer que no veía desde los ocho años, esa mujer que ocupa gran parte de mis fotos de pequeña. Ella avanza hacia mí, en la mitad del puente. Yo automáticamente, como si mi cuerpo se mandara solo, avanza hasta la punta del puente, sin pisarlo aún.

—Mi niña – su voz me causa paz. En mi rostro, una gran sonrisa se crea.

—Mami. – queda frente a mí. – ¿Dónde estamos? ¿Qué es esto? ¿Cómo has estado?

— No te lo podría explicar, solo si vienes lo entenderías. La cosa es que a mí me encantaría que vinieras, pero tu padre te necesita. Ahora debes decidir: dejar todo y comenzar de nuevo o volver e intentar arreglar todo. – miro detrás de ella, al parecer todos son felices. Mi decisión está casi tomada, si solo pudiera comprobar algo...

Piso la orilla del puente y a mi espalda escucho:

—¡La perdemos! Alison, vamos, debes ser fuerte. ¡Uno, dos, tres, Despejen! – siento un pequeño empujón hacia atrás, sacando el pie del inicio del puente.

—Mamá, no puedo hacerlo, aún tengo una misión – ella me mira con una sonrisa más grande que la anterior.

—Estoy orgullosa de ti. Te amo. – se me llenan los ojos de lágrimas.

— Yo también te amo mamá. – me doy vuelta dándole la espalda y comienzo a correr. Una luz muy fuerte comienza a aparecer.

Ahora escucho el sonido de la máquina de las pulsaciones otra vez. Abro de a poco los ojos, los siento pesados, pero no mucho. Estoy en una habitación distinta.

— Despertaste – dice muy emocionada una enfermera, su voz es la misma que escuché en ese lugar.

—¿Dónde estoy? – es lo primero que pregunto, mi voz se escucha ronca. Tengo una mascarilla de oxígeno puesta.

— Estás en el hospital aún. Te cambiamos de habitación a una más segura para ti. Nos diste un gran susto. – la enfermera se ve como de unos treinta y cuatro años. – ¿Quieres que tu padre entre? – asiento y ella abre la puerta, entra mi papá. Tiene la cara roja y los ojos un poco hinchados. Ay.

—Mi niña ¿Cómo te sientes? – me pregunta y viene a sentarse al frente de mi en la camilla. Me saco un poco la mascarilla con dificultad ya que me duele demasiado el cuerpo.

— Estoy bien – susurro, me cuesta demasiado hablar.

— Me diste un susto muy grande – lleva su mano al corazón. – no sería capaz de seguir viviendo si algo te pasaba. – Iba a decirle que lo lamentaba, pero antes me interrumpió. – no intentes hablar, te va a costar y todo eso. Ah y Katherine está a fuera ¿Quieres que ella pase? – levanto el pulgar. Él se levanta y sale de la habitación, mientras Kate viene corriendo.



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En el texto hay: fobias, poderes, superacin

Editado: 06.08.2021

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