❄️Capítulo 11❄️

Ya ha pasado una semana desde que quedé hospitalizada. Una semana desde que perdoné a Alex, pero aún no le tengo mucha confianza. Una semana desde que compartimos fuerzas y ambos estamos como si nada hubiera pasado. Por precaución Alex y yo no nos hemos tocado, porque si no, podríamos dejar como una cuadra sin luz... otra vez. No he vuelto a ver a Nick, es como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra.

Rachel y papá están igual que siempre, ignorando el hecho de que ambos están enamorados solo porque Alex no me deja decirles. Kate y yo hemos estado mas unidas que nunca... en todo el día, el único momento en que nos separamos es cuando vamos al baño o nos vamos a nuestras habitaciones.

— Hija ¿Quieres venir una semana conmigo a otra ciudad? Tengo una reunión en la Quinta región y no quiero dejarte sola. – me comenta mi papá asomando la cabeza por a puerta de mi habitación.

Viajar a otra ciudad y salir de este pueblo sería una muy buena opción... llevo siglos sin salir de esta casa y conocer esa ciudad suena interesante. Jamás he ido por esos lugares. Pero:

—Allá no llueve ¿Cierto? – y sucede lo que no quería que sucediera, mi voz sale con el típico tono de temor. Él saca su celular del bolsillo y busca algo.

—Según Google, estos días harán demasiado calor, no dice nada de lluvias o llovizna o días nublados.

—Está bien, iré. – le sonrío. - ¿A que ciudad iríamos?

—La reunión es en Valparaíso, pero nos quedaremos en un hotel de Viña del Mar, que si no me equivoco es cinco estrellas, así que estaremos bien. Hoy cuando vuelva de la empresas tienes que estar lista porque nos iremos al tiro.

Nos despedimos y cuando sale de la habitación, me paro rápidamente y me acerco a mi closet... no creo tener ropa para ir a reuniones o algo presentable.

Tomo mi celular para ver la hora:

11:30 AM.

12:15 PM.

12:45 PM

Y nada.

No se que ponerme, saque todo lo que había en mi closet y separe toda mi ropa desde la mas presentable, hasta la mas fea y no tengo que ponerme. Si llevo un short, capaz que haga frio y me congele, capaz que lleve ropa de polar y me muera de calor. Necesito ayuda.

Yo: "S.O.S."

Le escribo un mensaje y lo lee enseguida. Pronto su nombre aparecía llamando.

—Kate, no estas en casa ¿Cierto?

—No, estoy comprando ¿Qué sucede?

— Hoy cuando mi papá llegue del trabajo nos vamos de viaje a la Quinta región por una semana y no se que ropa llevar. Debes ayudarme.

—¿Irán a mi Valpo querido? Deben ir por lo menos de visita. – dice con demasiado entusiasmo. – espérame, cuando llegue arreglaremos juntas tu bolso. Todas las tipas te verán con envidia. – eso último lo dice en un susurro.

—¿Qué? – pregunto aunque haya escuchado a la perfección.

—Nada, ¡Nos vemos! – y cuelga.

Me tiro en mi cama, en el lado que deje vacío, sin ropa. Me coloco mis audífonos y escucho música, sin que nada me preocupe. Sé que con la ayuda de Kate todo será genial.

(...)

— ¡Llegué! – despierto por la voz de Kate. Me saco mis audífonos. – ¿Qué haces durmiendo? En unas horas estarás viajando a mi ciudad. – me siento en la cama, ella esta parada al lado de la puerta con tres bolsas en cada mano. – te compre ropa, lo necesario para estar una semana lejos de casa.

—Quiero ver. – me levanto de la cama y me acerco a Kate para quitarle las bolsas y ver su contenido. Admitiré que igual sentí miedo por la ropa que me compró... digamos que tenemos gustos similares, pero en ciertas cosas chocamos.

Saco de una bolsa un vestido azul rey, es precioso. En la parte de arriba es ajustado pero suelto en la falda.

—Para que cambies el negro. – dice con un tono entre advertencia y diversión. – ese es para las reuniones o algo así. – se acerca a mi closet y saca un par de zapatos color plata que usé una vez en la vida, ya que son de gala y el taco es demasiado alto. – y lo usarás con estos zapatos.

—Me caeré con esos. – le reclamo.

—Entonces usas estos otros. – saca otro par demasiado parecido, solo que era mas bajo.

—Esta bien. – no lo negaré, esa combinación se ve genial. De otra bolsa saca tres prendas: un jean blanco tiro alto junto a dos poleras del mismo modelo, distinto color, roja y negra.

—Si quieres llamar la atención de alguien usas la roja, pero si quieres estar tipo común y corriente, pero con estilo, usas la negra. – saca de otra bolsa una falda que lo mas probable es que me llegue mas arriba de la rodilla tipo campana de color calipso. – usas esta falda junto con... - mira la ropa en mi cama y del grupo de poleras presentables saca una blanca que casi no uso. – esta polera... - mira en dirección donde guardo todos mis zapatos y saca mis zapatillas blancas – y estas.

Luego de otra bolsa saca un... bikini. Automáticamente comienzo a negar con la cabeza.

—No pienso usar eso, ni siquiera iré a la playa, no, me niego a usarlo.

—Ay esta bien, entonces me lo quedaré yo.

Seguimos sacando ropa de la que compró y terminamos de arreglar mi bolso.

Cuando ya faltaba una hora para que mi papá llegará, fui a bañarme y arreglarme. Cuando estaba lista escuche tres golpes en mi puerta.

— Ya estoy aquí ¿Vamos? – asiento con la cabeza y él toma la maleta. Me acerco y lo miro a los ojos.

—Tenemos que hablar y no te salvarás esta vez.  – puede que si haya intentado buscar información por mi misma, sin que Alex se entere... - ¿Cuánto dura el viaje?

— En auto son como diez horas, así que Elías irá también con nosotros manejando. Así que andando.

(...)

No supe si llovió en el camino o si nos asaltaron. Solo se que me dormí profundamente en todo el camino. Ni siquiera los hoyos que habían en las calles malas me despertaron. Mi papá me despertó unos minutos antes de llegar al hotel y se lo agradecí, lo mas probable es que si me despertaba en el momento exacto en que íbamos a bajarnos del auto, tal vez me habría caido y pasado la mayor vergüenza.