Hoy es lunes dos de marzo y es el primer día de clases, lo que significaba es que había que levantarse temprano, tener cara de zombie y actuar como uno.
— Kate – la sacudí para que despertara. Como respuesta solo obtuve su gruñido. – Kate – le hablé más fuerte, pero obtuve el mismo resultado. – ¡Katherine! – ella se levantó de golpe de la cama, pero no duró mucho de pie. Se cayó.
— Auch. – se queja mientras se levanta del suelo. – ¿Qué tienes en la cabeza? – pregunta mientras se vuelve a acostar en la cama, tapándose con las frazadas hasta la cabeza.
— Intento de cerebro – contesto en un susurro. Ella al parecer iba a decir algo, pero otra voz aparece en la habitación.
—Chicas, Darwin ya llegó. –Sara dice sonriendo, pero al ver que aún estamos acostadas sin tener ganas de levantarnos, toma las frazadas y nos destapa. – ya, vayan a bañarse, cambiarse ropa y todo eso. Darwin está aquí listo para darles las clases.
— ¿Quién es Darwin? – pregunto. Jamás había escuchado ese nombre por aquí.
— Tu profesor. – dice con obviedad.
Kate y yo nos miramos con mucha confusión.
— ¿Y porque yo tengo que levantarme también si hace tres años salí del colegio?
— Mi profe se llama Raúl... – ambas damos distintas respuestas.
— Raúl renunció y Darwin es de confianza para tu padre. – mi papá sigue sin hablarme, sin hablar con alguien de la familia. – así que le ofreció el trabajo como su profesor. – asiento con la cabeza y ella empieza a aplaudir para apurarnos. – ya, vístanse rápido las dos. Katherine, tu estarás con ellos, te servirá de repaso y podrás acotar algo a la clase, así como asistente.
(...)
1) Sea f(x) = x2 – x – 2, calcula los siguientes valores de la función:
a. f (0)
b. f (–1) + f (5)
c. 3 · f (5) – 5 · f (3)
d. f (–3)
e. f (1) + f (4)
f. 3 · f (2) – 4 · f (7)
Agh me va a explotar la cabeza, más encima se supone que esto es repaso y no entiendo nada. ¿Para qué sirven estos ejercicios en la vida si solo se necesitan suma, resta, multiplicación y división? Ah y la hipotenusa por si quieres poner una escalera bien y no te caigas al subirla.
Levanto la mirada, Alex está allí resolviendo todo despreocupado, como si el ejercicio fuera uno más uno.
Pongo mi cuello de jirafa que tanto entrené el año pasado para pasar de curso en esta materia e intento ver si puedo copiarle algo. A mí me va bien en biología, lengua y literatura, historia, etc. pero mi pesadilla es matemáticas, física, química y todas las materias que necesiten fórmulas para descubrir algo. Alex es todo lo contrario.
Algo crea sombra en mi cuaderno, me tenso y lentamente miro hacia atrás.
— ¿Se le perdió algo, Alison? – escucho una carcajada. Busco de donde proviene el sonido y es Kate intentando aguantar la risa. Le pongo mala cara y eso aumenta su risa.
Cuando me dijeron que tendría un nuevo profesor y que mi papá confiaba en él, pensé que sería muy parecido a Raúl: pelo blanco, encorvado, algo ciego y lento. Darwin es alto, demasiado alto, como Nick. Y es joven, muy joven, incluso apostaría a que hace menos de un año salió de la universidad. Su pelo es negro y tiene unos ojos negros, demasiados profundos que dan miedo.
— Para de reírte. – y en ese momento se me ocurre una idea... – te apuesto a que no eres capaz de resolver estos ejercicios. – le desafío.
— No sabes con quien te estás metiendo. – dice ella con aires de superioridad fingida.
— Hay que comprobarlo. – le sigo el juego y ella asiente con la cabeza.
El señor de los ojos oscuros nos observa a las dos con una sonrisa de esas que dicen "Se lo que tramas" o "También quiero saber que pasará". Le pasa la misma hoja de ejercicios que la de nosotros. Tomo mi celular y coloco el cronómetro.
— Desde ahora... – aprieto el botón de empezar. – ¡Ya!
Ella comienza a resolver frunciendo el ceño y con la lengua afuera en el extremo derecho. El lápiz se movía muy rápido, no sacaba la vista de la hoja.
—Paren de mirarme. – dice ella quitando el silencio del momento. – me pongo nerviosa.
—¿Cómo sabes que te estamos mirando? – en ningún momento vi que levantara la vista del papel.
—Vista periférica. – dice como si fuera lo que uno dice todos los días. Escuché como alguien botaba un suspiro. Levanto la cabeza fijando mi vista en alguien.
—«¿Por qué suspiraste?»
—«Porque estaba tan concentrado en la tarea que había dejado de respirar» – no lo dice con toda la seguridad. Espero que no sea lo que estoy pensando porque sería demasiado incómodo.
—« ¿Pasa algo entre Kate y tú?»
—«¡¿Qué?! No» – hace una pausa, pensando tal vez. –«¿Por qué piensas eso?»
Por muchas razones... empezando con que han pasado demasiado tiempo juntos últimamente.
—«Nada, olvídalo.»
— ¡Listo! – paro el cronometro y no me lo creo.
—Treinta segundos ¿Cómo lo haces? ¿Acaso eres la versión femenina de Pietro? –¿Quién resuelve eso en veinte segundos? Ni siquiera Alex puede... creo.
— ¿Pietro? ¿Quién es Pietro? – me llevo una mano al corazón, viéndola sorprendida.
—¿Ha caso no lo viste venir? – hago una referencia, pero sigue viéndome con un rostro lleno de confusión. —¿Has visto Avengers: era de Ultrón? – ella niega con la cabeza. – esta semana veremos la saga del infinito entonces.
Ella suelta una risa. Observo a todos detenidamente.
El profe Dark está mirando demasiado a Kate... oh no, ella de seguro lo va a rechazar. Ella está con una sonrisa de victoria mirando su celular, lo más probable es que esté publicando un estado en WhatsApp. Alex... ¿Dónde está Alex?
— Fue al baño. – levanta la vista de su celular.