Cada día que pasaba nos acercábamos más al cumpleaños de Amelia y día de nuestra boda humana. A mi Luna la ponía un poco nerviosa la cantidad y clase de invitados, ya que, por nuestros tratos comerciales e importancia en el desarrollo industrial del país, habíamos invitado hasta al Presidente de la República del Perú. En la lista de invitados aparecía nombres de diferentes ministros, congresistas y altos funcionarios de diferentes instituciones peruanas. Como nunca había participado de una boda humana, le pedí a Patrick que me ayudara recabando toda la información necesaria para que me instruya en los protocolos de las ceremonias civil y religiosa; no quería cometer un error y avergonzar a mi Luna.
A solo dos días de la boda, Cassie y Ania nos preguntaron si cada una podía invitar a un amigo, ya que no querían estar solas durante la fiesta. Sabía que el mejor amigo de Ania era Pietro, e imaginaba que se refería a invitarlo a él, pero las hembras comenzaron a decir que se referían a sus mejores amigas, así que no comenté lo que yo suponía, y solo acepté junto a Amelia. Durante esos días me pregunté quiénes serían las amigas, ya que cuando fui a los funerales de la Hermana Cordelia ninguna niña se le acercó a Ania, solo Pietro. En el caso de Cassie no tenía ni idea, ya que no había visitado a mi hermana Marion y a su familia en Seúl en los últimos años, y no sabía mucho de mi sobrina.
Y sí que lo recordaba. Erik era un año mayor que Cassie, pero desde que se conocieron en la primaria congeniaron y se hicieron muy buenos amigos. Él era el capitán del equipo de futbol soccer y uno de los mejores alumnos de la escuela donde también estudiaba mi sobrina. Cuando eran niños, Erik pasaba desapercibido. Era pequeño, delgado y algo enfermizo, pero cuando la adolescencia llegó, aparecieron con ella la altura, los músculos y la notoria belleza que a sus dieciséis años llamaba la atención de todos. A Marion le preocupaba que, al ser humano, se interesara por su hija y quisiera cortejarla porque, ¿cómo se deshacía de él? A mi hermana le daba pánico que Erik llegara a descubrir la verdad de nuestra especie o la de Haldir. Su padre era un ingeniero mecánico alemán que trabajaba para una de las más reconocidas empresas automotrices en Corea del Sur y su madre era una ingeniera electrónica surcoreana que trabajaba en el más grande conglomerado empresarial dedicado a la venta y desarrollo de productos tecnológicos de ese país.
Cuando Ania llegó de la escuela y le preguntaron si era él o ella su invitado a la boda, me adelanté y les dije que de seguro era el buen Pietro.
Como mis sobrinas llevarían a un acompañante, le dijimos a Kiram que podía ir con alguien a la boda, pero él nos pidió llevar a un grupo de invitados.
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hombre lobo alpha y luna, huerfana hija de la divinidad, sobrenaturales entre los humanos
Editado: 01.01.2024