El Puzzle del Corazón

Capitulo 2

Capítulo 2

      

       –Se sentó detrás de mí justo después de presentarse ante todo el salón. La chica quien me había tomado por sorpresa durante tres ocasiones, pasó caminando a mi lado con sus brazos en su espalda, mirando hacia en frente como si no me hubiese notado. Me di cuenta que simplemente estaba actuando y que claramente sabía que yo me encontraba frente a ella. Numerosas dudas se presentaban en mi cabeza al sentir que se sentó justo detrás de mí y para no echarle leña al fuego a las raras coincidencias de nuestros encuentros, me abstuve de voltear mi cabeza para mirarla. Así que simplemente decidí continuar copiando lo que estaba escrito en mi pizarrón. Mientras copiaba, escuche un ligero silbido que provenía detrás de mí, confundido, vi como un pequeña bola de papel había caído en mi mesa, lentamente la tomé y la desenrollé, al ver su contenido pude ver como se encontraba dibujado en todo lo alto y ancho de la página una especie de dibujo de chat de Messenger, donde había un único mensaje que decía “Hola”. Levantando una ceja, negué con mi cabeza y lance el papel por la ventana del salón. No era momento para iniciar una conversación con pedazos de papel, simplemente lo podíamos hacer por los celulares si ella quisiese pero al parecer se negaba hacerlo. Luego de varios minutos, hizo lo mismo arrojándome un pedazo de papel con el mismo dibujo y el mismo mensaje.

–¿Qué querrá ahora? – Pregunté mientras observaba el mensaje.

–Después de ver el papel, volteé mi cabeza para mirarla y al hacerlo vi como ella parecía estar muy concentrada en la clase, miraba su cuaderno copiando lo que yacía en el pizarrón. Al mirar nuevamente el papel me preguntaba si en verdad era ella la que me arrojaba estos papeles o simplemente era alguien a mí alrededor, así que quise seguir el juego escribiendo un mensaje sobre el papel.

–¿Qué quieres? – Escribí en el papel.

–Al realizar la pregunta, envolví el papel y lo arroje hacia el pupitre que estaba detrás de mí. Segundos después, regresa a mí con un mensaje de respuesta.

–¡No sé qué copiar! – Dijo.

–Sabía se trataba de ella. Así que miré a mi espalda.

–¿Estás bromeando? – Pregunté, confundido.

–¿De qué hablas? – Preguntó la chica.

–¡No te hagas! ¡Sé qué eres tú la que está enviándome notas! – Dice con una voz susurrante.

–Creó que te equivocas. Yo no estoy envié ninguna nota – Dijo.

–Dudando de sus respuestas, regresé a mi pupitre para escribir un mensaje de respuestas y comprobar la identidad de la persona que me envía las notas. Al hacer la pregunta correcta escribiendo “¿Quién eres?” recibí un mensaje de respuesta escrito diciendo “¡Estoy detrás de ti, obvio!”. Esa chica estaba jugando conmigo, al voltear mi cabeza la única persona que estaba detrás de mí era Elizabeth por lo que me sentí enojado al saber que sea chica estaba jugando conmigo.

–¡Ya deja de hacer eso! – Susurré, enojado.

–Parece que te enojas muy fácil – Dijo Elizabeth con una voz casi susurrante.

–¿Qué sabes tú de mí? – Pregunté.

–No mucho. Pero es fácil para mí leer a las personas – Contestó.

–¿Cuál es el punto? – Pregunté.

–¡Qué eres un libro abierto! – Dijo mientras sonreía.

–En cuanto había sonado el timbre, todos cerraron sus libretas para continuar su próxima clase. Yo con mucho apuro introduje la libreta dentro de mi mochila y metí el brazo en la correa para retirarme, pero antes de hacerlo, me detuvo mi compañero Alex que con mucho intereses me preguntaba a qué establecimiento íbamos a almorzar hoy. Mis ganas de almorzar el día de hoy habían desaparecido de la misma forma como lo fue con el desayuno, la extraña sensación  y dolor en mi pecho me impedía poder disfrutar la comida.

–Recordado que me mi amada continuaba en aquella montaña, sepultada a las orillas del rio, le pedí a Alex un favor que debería hacerme en cuanto las clases hayan terminado.

–¡Necesito pedirte un favor! – Dije, mientras miraba a Elizabeth colocar sus cosas dentro de su bolso.

–¡Claro! ¡Tú dime! – Contestó.

–Necesito que me lleves a un sitio, pero tendrá que ser después de clases – Agregué.

–¿A dónde iremos? – Preguntó.

–Te lo diré más tarde – Contesté.

–Está bien. Solo déjame un mensaje por el chat cuando estés listo – Dijo Alexander antes de retirarse.

–En cuanto mi amigo se había retirado del salón. Elizabeth se acerca sosteniendo un libro frente a su pecho con sus brazos cruzados. En cuanto se coloca frente a mí, me realiza una pregunta, de tal manera que esperaba una respuesta a medida de que me seguía por el pasillo.

–¿Qué clase verás ahora? – Preguntó, mientras me seguía.

–Algebra – Dije.

–Bueno yo veré Arquitectura – Contestó.

–Mientras caminábamos por el pasillo, yo me encontraba en absoluto silencio notando como ella me miraba mientras estaba callado, intentando establecer comunicación conmigo realizando preguntas que me eran difíciles de responder.




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