El que alguna vez vivió conmigo

Cap 2: ¿Esto es real?

Cap 2: ¿Esto es real?

 

Ella se va y me quedo sola así que me pongo a organizar cosas, mientras pongo mi canción favorita “día tras día” de Andres Cepeda, cuando acabó salgo a hacer las compras. De regreso a casa:

 

—¿¡QUE PASO AQUI!? 

 

Toda absolutamente toda mi casa estaba desordenada, pero no me habían robado nada, de hecho estaba incluso peor que antes. 

 

—!MALDITO FANTASMA SI FUISTE TÚ TUS DÍAS ESTÁN CONTADOS!

 

Deje de gritar porque luego me tomaban por loca. Los días pasaban igual me levantaba, organizaba todo, desayunaba, iba a la universidad, luego al trabajo y cuando llegaba a casa todo hecho una nada, días después llegando del trabajo todo estaba como lo había dejado.

 

—Vaya hasta que has dejado de molestarme. 

 

—No, solo que esto está muy bueno.

 

Cuando volví a MI SALA estaba un chico sentado con mi hermoso “Sigue mi voz” en sus manos.

 

—AAAAAAAA ¿QUI… ¿QUIÉN ERES TÚ?

 

El ser que estaba ahí prácticamente soltó el libro y atravesó el sofá y quedó al frente mío.

 

—Mucho gusto soy el fantasma, y no es que haya dejado de molestarte es que me dio por leer uno de tus libros y está muy bueno.

 

Lo primero que note es que era alto, mucho más alto que yo pero, tengamos en cuenta que yo soy un minion, su cabello era de un color negro azabache y unos hermosos ojos verdes.

 

—Creo que eso no era azúcar.

 

—¿Qué estás diciendo?

 

—¿Estoy drogada? o ¿estoy muerta?

 

—No lo sé y no, no estás muerta.

 

—Entonces cómo te estoy viendo.

 

—Pues yo decido por quien me dejó ver y por quien no.

 

—Y por que estabas leyendo mi libro?

 

—Estaba aburrido y esto es muy bueno.

 

—¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?

 

—Sabes ya me aburriste con tus preguntas, y si me disculpas voy a leer. 

 

Floto hacia el mueble y se volvió a sentar a leer lo más tranquilo mientras yo me iba a morir del susto, me puse a hacer la cena tratando de ignorar mi notorio miedo y luego de cenar me acerque lentamente al sofá a ver si en realidad estaba ahí o era yo que estaba loca.

 

–Bu.

 

Dijo él atravesando el sofá y me caí hacia atrás cayendo sentada, luego se inclinó hacia mí.

 

—¿Qué intentabas hacer eh?

 

—Eh eh na…nada —no lo negaré me estaba muriendo del miedo y mi corazón latía como si se fuera a salir de mi pecho.—

 

De la nada el se empieza a reír y me quedo atontada en su risa.

 

—Vaya que nunca me canso de esto.

 

—¿A qué te refieres? —le pregunto dejando de concentrar me en su risa.

 

—Cada persona que ha vivido aquí lo he asustado. 

 

Suspiro.

 

—Necesito dormir y asimilar que vivo con un fantasma así que no me molestes. —dije eso mientras me levantaba del suelo  cuando levanté la mirada él ya no estaba. -- Eh do…dónde estás. —suspiro— Seguramente si estoy drogada o loca.

 

Me alisto para dormir y me acuesto. Al día siguiente empiezo a escuchar unas ollas golpeándose.

 

—Eh ¿qué está pasando?. —dije mientras me rascaba los ojos medio dormida cuando lo vi parado frente a mi cama con una olla en una mano y en la otra una cuchara con la que le estaba pegando a la olla..— genial no estoy loca pero… ¿que estas haciendo?

 

—Ayer decidí desactivar tu alarma para despertarte yo mismo. 

 

—¿Cómo desbloquear mi celular? —le pregunté mientras me paraba de la cama.—

 

—Use tu huella dactilar, sabes que tienes un sueño muy profundo.

 

Tenía que aprovechar al máximo este sábado para hacerle las preguntas necesarias, después de todo aún estaba asimilando un poco que vivía con un fantasma.

 

—Bueno, ya cumplí con mi misión es hora de leer. 

 

Luego de decir eso se fue de la habitación a leer en la sala y yo me cepille los dientes y me bañe para hacer oficio. Me puse a hacer oficio mientras escuchaba diferentes canciones como: “Uptown Funk” de Mark Ronson.

 

—Quita eso. —comentó él con desagrado— no me concentró por tu culpa y estoy a muy poco de acabarlo.

 

-—Si vives aquí más bien ayuda a hacer oficio. —me defendí mientras lo apuntaba con la escoba.

 

—No mejor paso.

 

Pasó como una hora hasta que acabó de hacer el oficio.

 

—Oye tú —dije señalando— Tenemos que hablar.

 

—¿Sobre? —pregunto sin despegar la mirada de MI libro.—

 

—Tengo algunas preguntas.

 

—Bueno, dilas. 

 

Cerró el libro marcando la página y yo me senté a su lado.

 

—Primero: ¿cómo te llamas?

 

—Liam… Liam Johnson.

 

—Bueno Liam ¿cuántos años tenías cuando falleciste?

 

—20. 

 

—¿Causa de muerte? —luego de preguntar eso su semblante cambió de divertido a sombrío de inmediato note que no debí de preguntar eso. -- Perdon no era mi intención.

 

—Bueno ahora yo te preguntaré ¿nombre?

 

—Emma Smith.


—¿Edad?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.