El que alguna vez vivió conmigo

Cap 9: La promesa parte uno.

Cap 9: La promesa parte uno.

 

Al día siguiente me despierto y cuando veo mi ropa recuerdo que ayer no dormí con mi pijama, me levanto, me baño y me visto, no me da tiempo de desayunar ya que me desperté tarde.

 

—Adios Liam. 

 

Salgo prácticamente corriendo y cuando llegó al salón veo que Keira no fue así que mi día será muy solitario. Me pasó el resto del día centrada en los estudios para no notar mi soledad, pero es imposible no notar que me hacen falta esas dos…

 

Cuando llegó a casa estoy exhausta, tengo muchas tareas y estoy preocupada por Carolina así que ni noto a Liam cuando prendo el celular y él está detrás mío leyendo la conversación.

 

Madrastra.

 

Papá.

 

Oliver.

 

Isa.

 

Keira.

 

Me meto en su chat y le escribo.

 

—Hola Keira, ¿estás bien?

 

—Si… ¿me puedes enviar copia? y perdón por ser tan fría es q no he dormido nada pase toda la noche con Carolina.

 

—No pasa nada, yo no iré a visitarla ya que dejaron bastante tarea, pero iré mañana viernes.

 

—Bueno nos vemos.

 

Luego de eso le envíe la copia y me acordé de la visita de mi padre.

 

—Liam.

 

—Si?

 

—Como sabes el fin de semana viene mi papá así que necesito que no aparezcas.

 

—¿Tan  malo es? —Comentó divertido.

 

—Liam esto es serio mi padre no puede saber que vivo con un fantasma… hombre. —Dije luego de mirarlo de arriba a abajo.

 

—¿Qué tiene de malo mi género?

 

—Mi papá no quiere que tenga novio así qué ¿cómo crees que reaccionaría si se llegase a enterar que vivo con un hombre?

 

—Cierto. —Comentó entendiendo.

 

—Oye hablando de un hombre y todo eso… no me has visto desnuda ¿cierto?

 

Por favor que respondiera que no, por favor.

 

—No, no lo he hecho ni lo haré, no soy ese tipo de hombre.

 

El se acerca a mí y yo siento mis mejillas arder así que bajo la mirada.

 

—Eh… yo tengo tarea.

 

Cuando dije eso me separé de él agarre mi maleta y me metí en mi escritorio para hacer tareas.

 

El día siguiente viernes acabé clases y me estaba alistando para ir al hospital hoy en la mañana Keira me avisó a que hora ya se iba entonces para acompañarla. Mi ropa de hoy consiste en una camisa de tirantes, una falda media y unas botas blancas, me peine con una media coleta y salí de mi habitación.

 

—Si fuera mujer ya te habría pedido consejos de moda. —Comentó divertido.

 

—Gracias, bueno tengo que irme al hospital, nos vemos en la noche Liam.

 

—Adiós.

 

Cuando llegó Keira está terminando de alistar todo mientras Carolina está sentada en un mueble de brazos cruzados y una expresión de enojo.

 

—Hola chicas.

 

—Emma.

 

La expresión de Carolina cambia completamente al verme por una de agrado.

 

—Dile que no me regañe. —Señala a Keira.

 

—No te regañe, te dije que debes estar en reposo.

 

—Lo mismo. 

—¿Ya compraste los medicamentos de Carolina?

 

—Los compraré de ida a casa de ella.

 

—¿Ya pagaste el colegio?, ¿ya le revisaste los cuadernos? o ¿cómo está la niña? soy una adulta se cuidarme sola. —Argumento subiendo la voz Carolina. — Parecen mis padres.

 

Yo sonrío de forma cálida, pero al contrario para Keira su mirada se volvió dura. Algo me dice que va a buscar pelea.

 

—Pues si eres tan madura y tan adulta por que no nos contaste esto antes.

 

Y tenía razón, espera ¿que?

 

—¿Carolina sabias de tu enfermedad?

 

—Bueno yo…

 

—¿Cuando te enteraste Keira?

 

—Cuando Carolina despertó parecía muy tranquila para ser alguien que se acaba de desmayar por primera vez así que con un poco de ayuda me enteré que hace tres meses y medio entró aquí casi muerta, y ahí fue donde le avisaron de su estado. No me dijo nada ni a mi su amiga de hace 4 años.

 

Los ojos de Keira se cristalizaron.

 

—¿Por qué no dijiste nada?

 

—Escuchame Carolina puede que tu tengas muchos amigos y todo, pero yo así esté con muchas personas tu sabes bien que mis únicas verdaderas amigas son Abigail y tu. Perdón no te menciono aquí Emma, pero nos conocemos desde hace muy poco. Mira si a ti te llegara a pasar algo no sería la misma.

 

Keira ya estaba llorando y estaba apunto de salir del cuarto cuando Carolina se defendió.

 

—No os dije por qué no quería preocuparlos.

 

—¿Qué? ¿Preocuparme?

 

—De pequeña también sufrí una enfermedad grave y toda mi familia se preocupó por mí, mi madre renunció a su vida para cuidarme… solo no quiero ser la razón por la cual termines como ella.

 

—Carolina yo no… no sabía.

 

—Solo promete algo, tú también Emma ven aquí ya deja de ver el chisme.

 

Me acerqué al igual que Keira y Caro.

 

—La promesa es…

 

Luego de comprar los medicamentos, dejarlas en casa de Caro y de llegar a casa estaba exhausta.

 

—Hola Liam.

 

Cuando volteo a ver a la sala Liam está… organizando. Vaya.

 

—Hola. —Dice sin prestarme atención.

 

—¿Por qué estás haciendo eso?

 

—El aburrimiento hace cosas maravillosas. 

 

Deja de organizar y se gira hacia mí.

 

—Es tarde y ¿mañana no es la visita de tus padres?

 

—Tienes razón lo había olvidado, me iré a dormir gracias.

 




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