El Quinto Elemento

IV-El chico de la piel blanca

No me tocó. Así mismo desapareció como aquella vez que en mi frente regresó de la muerte en menos de un segundo. Y no volvió aparecer.

-¿Qué rayos hizo para escaparse, cómo obtuvo esas habilidades? -Pregunté a los minutos. Pero ninguno de los dos me respondió.

-¡Rápido hay que ir al laboratorio en donde estaba Terrence! -Gritó Ignis y Luna salió corriendo detrás de él. No me quedó más opción que correr tras ellos. Cuando llegamos había un desastre por toda esa sala. Había tubos de ensayos vaciós por todo el suelo. Y unas botellas de cristal rotas en el. También papeles de apuntes todos rotos y exparsidos.

-¿Qué rayos pasó aquí? -Pregunté mientras le echaba un vistazo a la mesa de experimentaciones. Entonces fue cuando descubrí una jeringa automática con un tubo pero este estaba vacio. -¡No, no puede ser Ignis, Luna, vengan aquí! -Les grité al notar que esa jeringa tenía marcado las letras y números de los mismos genes negros "D-461". Definitivamente Terrence se inyectó más genes, pero...

-¡Se inyectó más genes, se los inyectó Ignis! -Volví a gritar y se acercó para ojear la heringa. Y Luna se dispuso a buscar en la computadora que había al mismo lado. Cuando miramos qué estaba escrito en la pantalla solo estaba maracado "Genes negros a un 100% porciento inyectados." Se repetía una y otra vez hasta que Luna pateó la computadora haciéndola caer y destrozarse en el suelo.

-¡Maldito, cómo el estúpido no se autodestruyó! -Escupió.

-No lo sé Luna no sabemos cómo no murió o los genes acabaron con sus células. Habíamos investigado que solo podría soportar un 90% porciento. -Le respondió Ignis.

-¡Pues nos equivicamos ah! -Gritó Luna. Ya se estaba alterando demasiado y estaba perdiendo el control de lo que estaba haciendo. -¡Sé escapó hay que avisar al personal!-Volvió a gritar.

-¡Luna ya basta tienes que tranquilizarte o saldrás perdiendo tú! -Le tuvé que gritar y solo causé que saliera corriendo de la sala. Ignis hiba a mover un pié para irse pero se detuvo.

-Megan, vamos a dejarla tranquila sí. Creo que yo también me voy, necesito porcesar todo esto, pensar razonar y también hiré avisar que se escapó.

-Ya estabien, vete, yo me voy al patio, avísenle ustedes. -Le interrumpí y luego asintiendo se fue. Yo salí de la sala y me dirigí al patio. Uno pequeño pero tenía muchas cosas. Me adentré a el caminando por la grama hasta llegar cerca de un árbol y una charca bastante honda que había. El agua salía de una piedras y la llenaba. Me senté cerca pero sin mojarme. Entonces sentí al poco rato una extraña briza que me solpló el rostro. Me estaba dando calor talvez por la preocupación. Lo único que hize fue introducir mi mano en el agua para tomar un poco y echármela en el rostro pero de un momento a otro el agua comenzó a ser succionada por mi mano al igual que aquella vez cuando ocurrió lo del fuego. La sorpresa fue tanta que me alejé de la pequeña charca. Comenzé a mirar cómo ahora todas mis venas se marcaban azules. Entonces me comenzé a sentir poderosa llena de una energía increíble pero todo despareció cuando escuché la voz de Luna.

-¿Megan?-

-Oh, losiento, ¿qué sucede Luna? -Dije con miedo, porque creí que me había visto.

-Losiento por lo de orita pero es que Terre...

-Darkar. -Le interrumpí.

-Ese mismo, ya sé, me tiene cansada y harta. Vamos al cuarto, mañana habrá clases de estrategia. -Cuando escuché eso me emocioné ahora podría probar si podía controlar el agua. Ya que después de lo sucedido de seguro era un nuevo elemento activado.

Cuando llegamos al cuarto entré al baño para ducharme. Cuandó salí y me miré en el espejo para recojerme el cabello quedé sorprendida ante lo que vi. Le clavé la mirada a mi insignia que ahora estaba diferente. Ahora tenía en la punta tres del pentágono grande una pequeña insignia de los de agua. Era increíble, me sucedió como aquella vez con el fuego. Luna ni siquiera se percató de eso cuando me vino a buscar en el patio, algo que en difinitiva me alivió. Tenía miedo de qué pudiese suceder, pero antes debía probar que el agua ahora sería parte de mi.

Prendí el grifo del lavamanos, respiré hondo e impuse mis manos al chorro de agua que brotaba. Apliqué las estrategias de los que controlan el agua y esta se comenzó a mover de lado a lado. Luego tape el drenaje del lavamanos y esperé que se llenara. Puse mis manos dentro del agua y de nuevo encendí las venas azules. Comenzé levantar bolas de agua para luego hacerlas regresar. Luego hize levantar una ola de agua, a los segundos se destruyó cuando la puerta del baño se abrió.

-Megan, qué estás... -Su voz quedó pausada mientras alejé mis manos del lavamanos y me aparté de el con un rostro de frustación. Era Luna, entró al baño y lo vió. Vió que controlaba el agua, de hecho estaba contemplando mis venas azules mientras se acercó hasta solo estar centímetros de mi para mirar la nueva diminuta insignia de agua.



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En el texto hay: romance humor terror

Editado: 12.11.2018

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