El Quinto Elemento (elements 2)

Capítulo 33 “Descontrol”

A medida que camino, muchas personas me saludan y felicitan por la canción que había cantado. En el camino, nos encontramos con la directora Smith y Carlisle.

Ambas miraron a mi vestido y negaron con la cabeza. Nos quedamos con ellas y después se nos unieron los directores de las escuelas Elements esparcidas por todo el mundo.

La rabia que siento, poco a poco se esfumó hasta que solo quedó en mi mente la imagen de esa persona rajando mi vestido mientras pensaba en la canción que cantaría unos minutos después.

–¿Cómo pudiste hacerlo? –pregunta Celine chillando. Los directores de los colegios Elements se retiraron en silencio.

–¿De qué hablas, Celine? –pregunta Chris.

–Hablo que mis dos hermanos se fueron de la mesa para sentarse con sus amigos –responde ella ofendida.

–Creo que debes calmarte un poco, Celine –intercede Talia–. Muchas personas te están observando en este momento, y hacer una rabieta, justamente hoy, no es bueno para tu imagen.

–Nos fuimos de la mesa porque Allison no estaba en la lista de invitados –explica mi chico con tranquilidad.

–¿Dejaste a tu familia… por ella? –pregunta en tono despectivo.

Aprieto el puente de mi nariz con fuerza esperando rompérmela antes de desatar un caos ambiental aquí

–Celine, basta –le reprende Cameron.

La música del lugar subió en volumen. Nadie escucharía la discusión que se estaba formando en ese momento.

–No, hermano. Desde que ella entró en nuestras vidas, los dos dejaron de ser los mismos. –Abro los ojos asombradas–. A penas los veo o hablo con ustedes, o con Talia.

«¿Eso es lo que piensa ella de mí?», pienso estupefacta.

–Eso no es verdad –habla Talia.

–¡Es la verdad! Allison es una usurpadora –espeta la menor de los Gray señalándome. Aprieto los dientes y cierro mi mano libre en un puño con fuerza.

–¡Basta! –exclama Chris furioso. Su cuello se está tornando rojo y aprieta mi muñeca con fuerza. Tanto, que creí que la rompería

–Chris –habla ella en susurros acercándose lentamente a su hermano–. Nunca me has hablado así. ¡Esto es tú culpa, Allison!

–Dije… basta –dijo él en tono molesto pero muy cerca de su hermana

–No hables cuando no sabes nada, Celine –me defiende Cameron.

–Allison ha soportado suficiente humillación por esta noche –interviene Javier.

–Sácala de aquí, León. Tengo que hablar con mi hermana –ordena Chris.

Javier coloca su chaqueta por encima de mis hombros y salgo de allí. Para cuando llegué a la fuente, Javier me giró y me abrazó con fuerza

–Ya puedes llorar. –Las lágrimas salieron solas. Tanta humillación por parte de los Gray me ha llevado al borde, al punto de llorar. Cosa que casi nunca hago, y menos delante de la gente–. Llora y saca todo el dolor que tienes dentro.

–Esto es inaguantable, Javi –digo entre sollozos. Él negó con la cabeza–. ¿Cómo pueden ser tan crueles?

–Nunca han conocido alguien tan puro, sincero y fuerte como tú –murmura para calmarme

–No entiendo como Celine puede ser tan diferente de sus hermanos –comento entre sollozos. Un nudo se me formó en la garganta y las lágrimas siguen corriendo por mi rostro. Un fin de semana completamente arruinado–. ¿En verdad merezco esto?

–No. –Me aparta de su pecho. Coloca sus manos a ambos lados de mi rostro entre mis mejillas y el cuello–. Nunca digas eso. Si hay alguien en este lugar que no se merece el odio y envidia que desbordan muchos en esa fiesta, eres tú.

–¿Entonces por qué? –pregunta secando las lágrimas con el dorso de mi mano y me quito la molesta máscara–. He intentado controlarme para no arruinar todo ni con mi maldito carácter ni con mis poderes como usuario vida, pero ellos están intentando lo contrario. Y estoy a punto de quebrarme. Esto es peor que un ataque de cold imprevisto.

Él suspira y me atrae nuevamente hacia su pecho. Las lágrimas salieron nuevamente y los gemidos aumentaron en mi interior

–Llora hasta que no te quede nada por dentro.

Nos quedamos en esa posición en un silencio cómodo

–¿Estás mejor? –Asiento y me separo un poco.

–Gracias, Javi. 

–Para eso están los amigos.

Me siento en el borde de la fuente y con la punta de los dedos hago círculos en el agua como Austin me había enseñado hace un año. La tristeza que tenía en mi ser se esfumó completamente con el toque del agua y sonreí más tranquila.

–Me gusta cuando sonríes

–Cuando comencé en nuestro colegio, extrañaba mucho a mis padres, mi hermana, y el ambiente donde me habían educado. Austin me enseñó este truco. Lo había olvidado por completo. Me relaja bastante.

–Fue un error venir –insiste y ambos soltamos un suspiro–. Hemos tenido más problemas en un par de días en la mansión Gray que el libro de álgebras en el colegio.

–Eso es verdad. Oye, descubrí algo nuevo. ¿Recuerdas la chica que estaba en el podio antes de entrar a la fiesta?

–Imposible olvidarla. Tenía los nervios a flor de piel. Creo que este es su primer trabajo con los Gray.

–La pobre estaba tan nerviosa que se le puso rosada la nariz y sus ojos se cristalizaron por las lágrimas. La tomé de las manos y sentí como su tristeza pasó de su cuerpo al mío

–¿Eso se puede hacer?

–De los usuarios vida no hay mucha información real. Tengo que contarle esto a Austin.

–¿Cómo lo hiciste?

–Ni idea. La pobre estaba tan asustada y aterrada que yo solo quería desvanecer su miedo. Fue algo curioso, pero al menos esa chica se sintió mejor.

–No sabía que podías cantar, McKenzie.

–Cuando Ellie estaba triste, siempre íbamos a un karaoke. Después de hacer un par de locuras, cantar y divertirnos, la tristeza de ella se desvanecía y terminamos cantando las dos.

–Una vida divertida la de ustedes dos, ¿eh?

–Pasar tiempo con Ellie nunca es aburrido. Una vez fuimos a las playas de Ibiza. Casi provocamos un maremoto. Competíamos en hacer la ola más grande.



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En el texto hay: romance, aventura, amor

Editado: 18.07.2022

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