El Quinto Elemento (elements 2)

Capítulo 41 “Hechizos”

Suspiro apesadumbrada. Esto se está saliendo de control. Tomo mi teléfono y me dirijo al invernadero.

Hola, Allison –habla Amelia al otro lado–. ¿Cómo está todo por allá?

–Mal.

–¿Qué pasó?

¿Sabes lo que pasó en la fiesta de los Gray?

Pero claro. No se habla de otro tema en este lado del hemisferio. Pero yo no me creo nada. Lo que dicen es mentira, ¿verdad?

–A medias. Emma besó a Chris y como me estuvo picando todo el fin de semana, me la cobré

–¿En mitad de la fiesta, Allison?

–Ay, ya. No me pelees. Esa vieja se lo merecía. Estaba al borde y exploté. Te llamé para otra cosa. ¿Es posible que yo pueda quitar los sentimientos a una persona?

No entiendo tu pregunta.

–En la fiesta había una chica que estaba muy nerviosa. La toqué con las manos y su pánico pasó de su cuerpo al mío.

Yo ayudé varias veces a Syryna utilizando mi poder de esa forma. E incluso, nosotras como usuario vida, somos capaces de sentir los de la naturaleza si estás lo suficientemente concentrada.

–Hoy matamos otra bestia. Bueno, en sí, lo maté yo. Le lancé una flama y pasó por todos los colores hasta tornarse púrpura.

–¿Ya llegaste a ese nivel? Yo me demoré años en lograrlo. Bien hecho, Allison. Mi niña se está haciendo grande.

–Concéntrate, Ra… Amelia. ¿De verdad estoy tan adelantada?

Allison, como usuario vida, somos muy… peculiares.  Tenemos talentos y dones que yo aún, 3000 años después, estoy descubriendo. ¿Sabías que podemos cambiar el pensamiento  de las personas o si uno de los usuarios está controlado,  podemos romper la conexión?  Lo probé con Syryna y funciona por unos instantes.  Luego vuelven a su letargo de hechizo.

–Hay un chico, Thiago da Silva. Creo que está bajo un hechizo controlador

–¿Cómo lo sabes?

–Hoy… mataron a Ginger y Tony.

–¡¿Cómo?! –chilló tan fuerte que tuve que separar el teléfono de mi oído–. Por Dios, ¿cómo estás? ¿Por qué no te escucho llorando? No juegues conmigo, Allison McKenzie.

–Estaba tan triste que… los reviví.

–¿Hiciste qué? Te lo advertí, Allison. Sabes lo que puede pasar si…

–Ya lo sé, Amelia. Ver a mis dos ardillas bañadas de sangre me quebró por dentro y no pensé en más nada. Yo solo lloré y los abracé a mí. Todo pasó muy rápido.

–Repite eso

–¿Todo pasó muy rápido? No llegó ni a tres minutos.

Allison, eso es imposible. Traer una vida requiere exceso de poder y dura más de 10 minutos. Y trajiste dos Varázs. El alma de un Varázs equivale a dos vidas humanas porque es una parte tuya más la de ellos.

–No entiendo nada

Sencillo. Estás por encima de lo que calculé. Evolucionas más rápido como usuario y tú poder está cambiando.

–Y para colmo casi mato al idiota que hizo ese desastre.

–¿Qué hiciste, Allison? ¿Alguien más lo sabe?

–Prácticamente, lo supiera el colegio entero pero Karen se encargó. A lo que iba. Saqué a Thiago de su asiento con una mano de aire y le amenacé de que casi había matado a Ginger y a Tony. Él fue a verme después y me pidió perdón. Ahí fue cuando vi que sus iris cambiaron de color.

Su gruñido y protesta al otro lado seguido de varios improperios poco decentes para una señorita me hicieron sonreír. De todos ellos, el más claro era cabezota

–¿Cómo cambiaron? ¿De un color a otro? ¿Mismo color en diferentes tonalidades?

–Diferentes tonalidades del mismo color

–¿No tuvo algún matiz? ¿Púrpura? ¿Dorado?

–No. Simplemente se movían entre claros y oscuros. ¿Qué significa?

Thiago está siendo controlado pero es posible que no recuerde las acciones una vez que estén realizadas. Generalmente, las persona que están bajo este efecto, tienen un motor impulsor. Odio, amor, envidia, celos. Pero lo hacen de forma involuntaria. Un momento. ¿Salvaste a las ardillas y me dices que agarraste a ese chico con un brazo de aire?

–Sí. ¿Por qué?

–Eso es mucho poder, Allison.

–Dímelo a mí. Cuando llegué a mi habitación, casi me desmayo. Mis amigos me ayudaron a renovar las fuerzas. ¿Cómo puedo romper el hechizo de Thiago?

–Ni idea. Mi hermano era la única persona que conocía a fondo ese tema.

–Ya encontré a Dorian. –El silencio al otro lado de la línea me apretó el pecho–. ¿Amelia? ¿Estás ahí?

–Sí, discúlpame. No sabía que lo encontrarías tan rápido. ¿Cómo está?

–Muy bien y con ganas de verte. Y le dije que tú también.

Estuvo en silencio unos segundos. Probablemente aguantando la respiración y las ganas de llorar.

Por lo que me cuentas, estás mejorando mucho.

Cambió de tema muy rápido. Está esquivando el asunto. Tendré que seguirle la corriente.

–Pero no porque quiera. Me sale de forma natural.

–Sabía que no me había equivocado contigo.

–Hablamos luego, Amelia.

Cuídate mucho y ten cuidado. Llámame si necesitas algo.

Miro la pantalla de mi celular un tiempo al terminar la llamada y doy un largo suspiro.

–Necesito ver a Isaac.

Bajo hasta el laboratorio y el profesor mira desde su silla hacia las pantallas en la pared.

–Necesito de su ayuda.

–Ahora no puedo, Allison.

–¿Cómo se rompe un hechizo controlador?

–No lo sé.

–Hablé con Raquel hace unos minutos y me dijo que su hermano era la única persona con conocimientos en esto. Ahora –Doy una palmada en la mesa con un sonoro golpe y me mira fijamente–, ¿cómo se rompe un hechizo controlador? Le expliqué a Raquel y ella dice que al cambiar solamente la tonalidad del mismo color puede afectar la parte de los recuerdos.

–Lo sé. –Suspira y se gira hacia mí–. Yo fui la persona que inventó el hechizo “Recuerdos”.



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En el texto hay: romance, aventura, amor

Editado: 18.07.2022

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