Chris…
La desesperación que siento no tiene igual. Allison lleva desaparecida tres horas y aún no tenemos rastro de quién pudo haber hecho esto, salvo el pendiente encontrado por Lilith. Mi padre siempre me lo enseñó y nunca lo entendí Escucho su voz en mi mente ahora mismo: “Nunca cruces la puerta estando enojado con alguien que amas”. ¡Cuánta razón tiene mi viejo!
–¿Dónde está? –se escucha la voz angustiada de una mujer al otro lado de la puerta–. ¿Dónde está mi hija, Karen?
Abro la puerta al reconocer la voz de Anne, la madre de Allison. Ella me mira con sus ojos verdes cristalizados y se derrumba entre mis brazos.
–Esto no puede estar pasando –añade entre lágrimas.
–Lo siento mucho, Anne. Estamos haciendo todo lo que podamos para encontrarla –murmura la directora Karen entristecida.
–¿Avisaste a los sabuesos? –pregunta Steve, el papá de Allison.
–Uno de nuestros profesores está en eso –contesta la directora y señala por el pasillo con el mentón–. Ahí viene.
–Perdóname la demora, Karen. –Anne se separa de mis brazos y miró al profesor Isaac con desespero–. Ya avisé al… –deja la frase en el aire cuando su vista recae en Anne. Los papeles que tiene en la mano caen el suelo y parpadea varias veces como si no creyera lo que ve. Sus ojos comienza a humedecerse por las lágrimas y sus labios tiemblan angustiados.
–¿Profesor? –pregunta Anne con voz queda–. ¿Todo está bien?
Isaac tragó en seco y niega la cabeza con insistencia. Un nombre casi ininteligible salió de sus labios:
–Marina. –Corre por el pasillo como si su vida dependiera de ello.
–¡Isaac! –grita Karen.
–¿Qué le pasó? –pregunta Steve.
–Yo tampoco entiendo –añade Karen. Recoge los papeles del suelo y les da un vistazo–. Los sabuesos no han encontrado nada por ahora. Maldición.
–¿Cómo puede ser? –pregunta Steve sobresaltado–. Esos son los mejores rastreadores del mundo Elements.
–Tengo una teoría –interviene Lilith, con voz queda e insegura de sus propias palabras.
–Lo que sea. Debemos encontrarla, por favor –insiste Anne entre lágrimas.
–Existen seis llaves transportadoras. Cada director de un colegio Elements tiene una en su poder, pero una de ellas está desaparecida desde hace mucho tiempo.
–Esa debe ser la razón de que los sabuesos no la encuentren –comenta Talia respirando profundamente–. Puede estar en cualquier lado del mundo.
–¿No hay alguna forma de localizarla? –pregunta Steve esperanzado. La negativa de la pelirroja comprime mi corazón con violencia.
–¿Han encontrado algo? –pregunta Alice y negamos con la cabeza.
–Steve, llevemos a Anne a mi oficina.
Intentando consolar a una angustiada Anne, la directora y Steve se la llevan. Nosotros entramos a la habitación de las chicas.
–Estoy preocupada. ¿Quién sería capaz de hacerle algo a ella? Esa chica no le hizo mal a nadie.
–Yo tampoco entiendo, Alice –añade Ginger preocupada–. ¿Saben de Thiago?
–Aún no ha llegado al colegio –responde Javier con los dientes apretados.
–¿Thiago? ¿Qué pasa con él? –insiste Alice con el ceño fruncido.
–Cuando Allison le seguía, fue cuando desapareció –contesta Cameron angustiado.
–Thiago estuvo toda la tarde conmigo y con Emma –declara ella–. Es imposible que él haya sido. ¿Allison no se habrá confundido?
–Lo dudo. Ella estaba muy segura –insiste León cruzándose de brazos.
–Lo siento mucho, Chris. De verdad. Justo cuando tienes tu cumpleaños tan cerca.
–No me lo recuerdes, Alice. –Pongo las manos en mi cabeza–. Dos días después la conocí. Siento que el mundo se está derrumbando. No puedo perderla, Brenda
–Y no lo harás –afirma la aludida y me abraza con fuerza–. Allison es fuerte.
–Pero… –me detengo y miro a Alice.
–¿Pasa algo con ella? –insiste Alice y nos mira buscando respuestas–. ¡Hablen de una vez!- exclamó preocupada
–Allison… está muriendo –responde Lilith con voz quebrada. A penas Tommy la abraza, nuestra pequeña rubia comienza a llorar desconsolada.
–Espera. ¿Qué? –Alice cae en la cama con un sonoro puf–. Eso no puede ser posible. ¿Ella no es…?
–Y eso es lo que más nos preocupa –interrumpe Austin–. Es un usuario vida, y si el curso de la historia se rompe, todos están en peligro.
–Ya estábamos en peligro desde que Ellie nació.
–¿Quién es Ellie, Javier? –pregunta Alice entre lágrimas
–La hermana menor de Allison. No quiero ni imaginarme cuando se entere que su hermana desapareció –añade León cabizbajo.
–Chicos, miren esto –habla Brenda desde el balcón.
Al acercarnos a ella, mi corazón se detiene al ver el desastre frente a mis ojos. Los árboles no tienen hojas. Todas están esparcidas en el suelo. La hierba alrededor del colegio, y más allá a los que mis ojos ve, está completamente marchita. Algunos pájaros caen sin vida al suelo desde el cielo ennegrecido mientras los rayos surcan las oscuras nubes.
–Esto es horrible –murmura Austin–. Chicos, esto es grave. Allison es resistente, pero ver esto, solo indica lo peor. Tenemos que encontrarla rápido. Un pequeño desequilibrio, y todo lo que conocemos…
–Desaparecerá –dice Alice terminando la frase.
–Voy a ver cómo sigue Anne.
–Voy contigo, Javier –insisto.
–Encuéntrenla, por favor –ruega Tony. Aprieto los labios al ver los ojos negros de la ardilla cristalizados por las lágrimas.
–Lo haremos, compañero –contesto.
Al salir de la habitación junto a Cameron y Javier, algo se adhiere a mi pierna antes de cerrar la puerta. Frunzo el ceño al notar que el mapache de Javier me agarra con fuerza
–¿Qué ocurre? –Extiende sus patas hacia mí y le abrazo. Miro a Javier y en ese entonces comprendí. Transmite los sentimientos de preocupación de su dueño. Me levanto del suelo con él entre mis brazos.
Editado: 18.07.2022