El Quinto Elemento (elements 2)

Capítulo 46 “Acertijos y trabalenguas”

Chris…

–No puedo más –protesto desquiciado–. Hay que hacer algo. Allison lleva desaparecida 20 horas.

–Tranquilo, Chris –dice Lilith dulcemente.

–¡Cómo quieres que me tranquilice! –espeto enloquecido. Lilith da un salto y trastabilla hacia atrás–, Lo siento, enana. Estoy muy alterado y todo esto de la desaparición de Allison me tiene fuera de sí.

–Y si a eso le sumamos el cansancio corporal…  –añade Brenda mientras me entrega una taza de café y Lilith me da un pequeño abrazo por la cintura.

–Ella tiene razón, Chris –acentúa Austin abrazando a su chica–. No dormiste nada anoche y estás de mal humor.

–Gray, todos estamos preocupados por Allison, pero que estés en estas condiciones no va a servir de nada.

–Talia, no me ayudes, por favor –digo gruñendo y atravesándola con la mirada.

La pelirroja enarca una ceja y se cruza de brazos en el pecho. Doy un largo suspiro y niego con la cabeza. Las ojeras llegan hasta mis mejillas pero no pude pegar el ojo anoche. Mis amigos están tan demacrados y cansados como yo

–Anne apenas durmió en la noche. La mayor parte del tiempo estuvo llorando sin consuelo –explica Javier–. Tuve que darle un calmante y Steve se quedó con ella.

–Esto se está saliendo de control –añade mi hermano con la cabeza entre las manos sentado en la cama de Allie.

–Buenos días –interviene Alice mientras se acerca a nosotros–. ¿Ya saben algo ella? –Niego con la cabeza apesadumbrado.

–Aún seguimos esperando noticias –contesta Tony atravesándola con sus redondos ojos negros

–Yo… voy a clases. Si saben algo, ¿me avisarían? –Asiento con lentitud.

Alice se acerca para tocar mi mejilla pero me alejo un poco. Cierra su mano expendida en el aire y la baja con lentitud.

–Es una chica fuerte. Van a encontrarla –murmura y se retira de la habitación con los hombros caídos.

–Ella no me gusta –murmura Tony mirando hacia la puerta desde la cama.

–Solo está preocupada por Allie. ¿Cómo te sientes? –pregunta Lilith y se agacha hasta su altura acariciando su cabeza rojiza.

–Mucho mejor –murmura cerrando los ojitos por la suave caricia–. ¿Alguien ha visto a Ginger?

–Ahora que lo dices, no la he visto desde hace rato –contesta Talia–. ¿Dónde se habrá metido?

–Es muy extraño –añade la ardilla abriendo sus ojos y olfatea el aire–. Su rastro no está. Como si se hubiera ido hace mucho tiempo.

–Primero Allison y ahora Ginger –protesta Brenda y se sienta en el suelo–. ¿Quién sigue?

–Tenemos que tranquilizarnos –interviene Tommy–. Chris, tienes que ir a clases

–No. De aquí no me muevo hasta que sepa algo de Allison.

–Pero…

–Pero nada –interrumpo y muevo mis hombros para quitarles la tensión–. De aquí no me muevo hasta saber de ella. Al diablo el colegio y las notas. Mi novia está desaparecida desde ayer. No voy a concentrarme hasta que no la tenga delante y… –doy una larga bocanada de aire– vea que esté bien. No puedo perderla, León.

El nudo en la garganta se amplió cuando mi amigo me abrazó con fuerza. Saber que ella está ahí fuera sola y débil, me tiene con el corazón apretado.

–Va a estar bien –recalca Javier. Palmea mi espalda y se separó–. Vamos a encontrarla.

–Chris, ¿puedo hablar contigo? –pregunta Karen desde la puerta y salimos de la habitación–. Estoy muy preocupada por ti, jovencito.

–Karen –cierro los ojos y aprieto el puente de mi nariz–, yo estoy preocupado por mí. –Abro los ojos y respiro profundamente una vez más–. Llevo demasiado tiempo sin saber de ella. La incertidumbre me está matando como si piedra roja recorriera mis venas.

–Allison es una chica fuerte, muchacho. –Comienza a caminar hacia las escaleras y le sigo.

–Ya lo sé, pero hasta el más fuerte puede debilitarse y quedarse sin fuerzas. Ambos sabemos la condición de Allison.

–Ella es excepcional, Chris. Aún con todo lo que ha pasado, nunca se ha quejado de ser el último elemento. Siempre está para quién le necesite, y justamente eso es lo que siempre le trae problemas. –Sonrío por lo bajo con estas palabras al notar que ella aceptó su destino sin protestar.

–Que ella no lo diga, no significa que no se haya replanteado todo esto de ser el elemento vida. Puede llegar el momento donde se canse de todo. El peso del mundo entero está sobre sus hombros. Es una carga muy pesada para una chica de solo diecisiete años.

–Fue elegida por algo, joven Gray. Los elemento vida, son seres especiales y únicos con la capacidad de soportar y aguantar la más dolorosa de las penas.

–No entiendo.

–Chris, ¿sabes cuál es el dolor más grande de cualquier ser vivo en el planeta?

–Karen, me estás asustando. –Ella sonríe y se detiene en el último escalón

–El amor.

–Ahora si te perdimos –digo frunciendo el ceño y ella deja escapar una carcajada ruidosa.

–Este sentimiento puedo provocar la más grande de las desdichas, jovencito. Guerras han comenzado por ese sentimiento y han terminado por ella.

–¿Por qué me estás diciendo todo esto? No comprendo. –Sigue su camino por el iluminado corredor.

–¿Sabes lo que decía una persona muy querida para mí? –Aunque ella no me vea, niego con la cabeza intentando comprender a dónde quiere llegar, con un ligero trote, logro alcanzarla–. Si en un momento de debilidad y desesperanza, recordarlo te hace sonreír, mira hacia el cielo agarrándolo sin dejarlo ir.

–Estás como el profesor de Historia. ¿Qué quieres decir?

–Allison no abandona porque tiene un propósito, alguien o algo por lo que luchar. Y si eso le hace sonreír, pues simplemente, no lo deja ir. –Asiento no muy convencido por su respuesta–. Ahí es donde radica su fuerza.

–Eso no hace que me preocupe menos por ella, Karen. Ginger y Tony casi se rompen a la mitad ayer. Eso significa que el dolor físico que estaban sintiendo en ese momento, lo estaba sufriendo Allison en cualquier parte del mundo



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En el texto hay: romance, aventura, amor

Editado: 18.07.2022

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