Chris…
—¿De verdad, Cam? —Asiente sonriendo, y al abrazarle, palmeo su espalda—. Felicidades, hermano.
—Gracias, Chris. Quería que fueras el segundo en saberlo. —Me separo de él al instante.
—¿El segundo? ¿Cómo que el segundo? Soy tu hermano, Cameron.
—Ya lo sé, pero teníamos que avisarle a nuestra organizadora de bodas. —Enarco una ceja con escepticismo—. Allison prepara unas fiestas espectaculares.
—Espera. ¿Allison?
—Ella preparó tu fiesta de los 18 años y todos se quedaron asombrados, incluyendo nuestra madre. —Sacudo mi cabeza ante su explicación—. No me digas que olvidaste tu propia fiesta de cumpleaños, Chris.
—No es eso. Yo lo que recuerdo es a Emma planificándola.
—Oh, no, de eso nada. Yo te puedo asegurar que no es cierto. Dos días antes, todos nuestros contratos fueron cancelados y aún no sabemos quién fue, aunque Allison siempre sospechó de nuestra madre y la lagarta de tu prometida.
A mi mente llega la conversación que Thiago y yo escuchamos a escondidas en el torneo.
—¿Qué es lo que sabes, McKenzie?
—Estuviste detrás de todo desde el principio. El que Alice insistiera en regresar a Elements porque habías escuchado de mi historia con Chris, la pérdida de memoria de ella y Thiago, poner a Celine en mi contra, arruinar la fiesta de cumpleaños de Christopher al robar la lista y cancelar nuestros pedidos, también aliarte con Alexa Gray para arruinar mi vestido en el cumpleaños de la menor de los Gray y que Emily perdiera a propósito en la arenera.
—No me hagas reír.
—¿Por qué no me asombra que ni siquiera lo niegues? ¿Sabes lo bueno de todo eso? Te salió mal la jugada, querida. Alice y Thiago están libre de tus garras, la fiesta de Christopher fue un éxito, gracias a Dios. Celine está de mi lado y Emily está feliz.
—Chris, ¿estás bien?
—No es nada. Solo un poco de dolor de cabeza. Cuando mamá se entere que no va a preparar tu fiesta de compromiso…
—Nuestra madre debe aprender que ya soy bastante grande. No soy mayor de edad, pero ella me conoce demasiado bien. Ese es el deseo de Talia y pienso cumplirlo sin importarme su opinión.
—¿Para cuándo tienen fecha?
—Queremos que sea el mismo día de tu boda.
—Pues… felicidades. ¿Cuándo tienen la fiesta de compromiso?
—Este domingo.
—¿El domingo? ¿Allison va a preparar una fiesta en un día? Cameron, eso es imposible.
—Hermano, preparamos la tuya en un día y medio. Esa enana es tan cabezota que puede hacer lo que sea con tal de ver a sus amigos felices.
—Cameron, voy a preguntarte algo y necesito que seas sincero conmigo
—Si está en mis posibilidades, te respondo sin dudar.
—¿Qué se trae Allison entre manos?
—¿A qué te refieres? —Cruza los brazos en el pecho y frunce el ceño.
—Escuché una conversación en la que ella decía que debía irse, y el día que Allison rescató a nuestra hermana, escuché a Javier hablar sobre una cura. ¿Ella está enferma?
La mirada de Cam se oscurece, y eso turba mi corazón. Aprieta los labios durante unos segundos antes de añadir:
—Chris, no puedo responder a eso.
—Sabes que si no me lo dices, encontraré respuestas en otro lado, ¿verdad?
—Lo sé, pero no vas a encontrar lo que buscas. Solo puedo decir que es por tu bien. Voy a llamar a papá y a mamá para darles la noticia. —Mi hermano se despide con un abrazo y me deja con miles de dudas en la cabeza.
A la mañana siguiente, todo el colegio está de fiesta por la victoria en los Juegos Elements. Las felicitaciones no se hicieron esperar tanto para Allison como para mí. Sus labios no dejan de sonreír, mientras yo le miro confundido, y creo, que hasta estoy molesto.
—¿Puedo preguntarte algo? —Ella asiente—. ¿Sobre qué eran las preguntas?
—Conocimientos adquiridos en el colegio en este semestre —responde con naturalidad—. ¿Por qué la pregunta?
—Por nada, tranquila.
—¡Eliza! —exclama ella cuando ve a pelirroja—. Chris, necesito dejarte dos minutos. ¡Eliza! —Corre hasta la joven y comienzan a hablar a mitad del pasillo.
—¿Por qué mientes, Allison? —murmuro, y a mi mente llegan sus palabras con voz quebrada el día de ayer cuando estaba cerca de la jaula.
«Sí. Por más que le diga lo contrario, por más que quiera aparentar normalidad y amistad llevadera, por más que quiera negarlo y decirle que ya no siento nada, aún amo a Chris y nunca dejaré de amarle».
Tuve que hacerme el inconsciente en cuanto la jaula desapareció para que no notara mi confusión ante su confesión cuando, justamente el día antes, declaró delante de Emma que su corazón estaba sellado y que ya no sentía nada por mí. Que curar a mi prometida era un simple favor de amigos.
«¿Qué ocultas, Allison McKenzie?», me pregunto mentalmente cuando la veo acercarse a mí una vez más.
—Me dijo Cameron que te comentó sobre su fiesta de compromiso
—Lo comentó en la noche. ¿Ya estás en función de los preparativos? — pregunto con curiosidad.
—Ya tengo todo ajustado. —Enarco una ceja ante la rapidez de preparación para un evento tan complicado como ese—. Soy una persona eficiente, Christopher Gray. Deberías sab… —Deja las palabras en el aire y suspira—. Nada. Olvídalo.
—Allison, te buscan en la verja del colegio —interviene Thiago.
—¿A mí? ¿Te dijeron un nombre o algo?
—El más joven se llama Kane y el señor mayor creo que se llama John.
—¿Kane y John? —Sus labios se amplían con una enorme sonrisa como si le hubieran puesto en frente una caja de dedos de pollo. Un momento. ¿Cómo sé que le gustan los dedos de pollo? —. No puedo creer que Kane haya venido. Muchas gracias, Thiago. Adiós, Chris.
—Pero… —Sale corriendo dejándome con la palabra en la boca—. ¿Quiénes son Kane y John para que se fuera ed esa forma? —Mi primo se encoge de hombros y sigue su camino—. ¡Cameron!
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Editado: 09.02.2023