El Quinto Elemento (elements 3)

Epílogo

Chris (Un año y medio después)…

Mis padres se divorciaron por causa de la infidelidad de mi madre hace años atrás y Emma fue a juicio. Demasiadas acusasiones en su contra y ella negó cada una de ellas hasta el final. El veredicto fue internarla en el psiquiátrico “Monte Negro” por incapacidad mental. Le anularon los poderes colocándole el signo de los martillos cruzados por el cabo en el núcleo de sus células. Si ella sale algún día de ese lugar, su vida ya no será la misma porque será un humano común y corriente.

Cameron se casó unos meses después con Talia, pero en algo íntimo y pequeño preparado por la madre de Allison. Casi perdemos a la pequeña Ellie por tanto llorar. Se apartó del mundo completamente al escuchar de la muerte repentina de su hermana y de las ardillas. Javier tuvo que romper la puerta de su habitación para sacarla de su depresión. Necesitó de un psicólogo para que la ayudara a salir de esa horrible crisis.

Ha pasado demasiado tiempo y aún los Varázs lloran la pérdida de Ginger y Tony. ¡Qué clase de par con sus locuras, berrinches y peleas! Pero sus palabras amables y sonrisa chillona aún se encuentran en mi mente.

Una vez que todos se graduaron, decidieron irse al colegio Elements. Javier como profesor de Defensa, Brenda se casó con Austin y le ayuda en la biblioteca de los usuarios vida. Talia y Cameron pasaron a ser los guardianes de Austin. Rebeca Carlisle, la directora del colegio Elements, eligió a Tommy y Lilith como sus guardianes. Todos sabíamos que no era necesario, pero el Team Piña, como lo llama nuestra enana rubia Lilith, no quería ser separado.

¿Y qué fue de mí? Yo… yo soy un completo desastre en renovación. Todas las noches sueño con ese momento. El segundo en el que mi alma abandonó mi cuerpo y todo se volvió oscuridad. Ella no volverá, pero mi corazón aún no quiere reconocerlo.

El dolor va a pasar. Mentira. Verás que con el tiempo lo olvidarás. Otra forma en la que el mundo intenta engañarse a sí mismo cuando se trata de la muerte de un ser querido, y esa realidad golpea con tanta fuerza que nuestras ganas de vivir desaparecen de un plumazo, porque no sabemos como llenar el vacío que dejó.

Los recuerdos de esa persona se esconden entre los libros, las fotos, los aromas. El tiempo no borra la memoria, y mucho menos el dolor, solo aprendemos a vivir con eso. ¿Cómo olvidar las noches de desvelo, el corazón desgarrado y las lágrimas derramadas? Nunca sabremos la verdadera importancia de una persona en nuestras vidas hasta que ya no está entre nosotros.

Extraño que sus ojos verdes me miren con amor y sus labios susurren suavemente en mi oído las palabras que tanto ansío escuchar. Sentir su cálido abrazo rodeándome por la cintura y  escuchar la melodía sublime que tenía por sonrisa. El aroma y suavidad de su cabello así como sus respuestas rápidas pero ocurrentes. Ella juró que nos encontraríamos de nuevo pero han pasado casi dos años y mi cuerpo maltrecho refleja que ha pasado una eternidad sin el brillo de sus ojos.

El tiempo corre lento, y se apodera de mi cuerpo la tristeza y la angustia. Perdí el rumbo cuando la soledad pasó a ser mi compañera de viaje y extravié mi brújula especial por ser un tonto. La tristeza me está carcomiendo por dentro y en poco tiempo construirá su casa en mis tuétanos.

No tengo salida de este oscuro tormento porque la pequeña llama de luz que calentaba mi corazón se extinguió frente a mis ojos absorvida por la oscuridad del sacrificio. La desesperación comienza a abrumarme con oscuras dudas opacando el brillo del sol cuando sale en el horizonte.

Desde ese día, mi vida se volvió vacía, lúgubre y sin sentido. Pensar en su nombre hace que me duela el corazón y se rasgue mi alma haciéndola bolas de papel quemándose en la llama del tormento.

No fui a mi graduación y mi padre me obligó a viajar durante unos meses para cambiar el ambiente. Pero en cada lugar la veía, escuchaba su sonrisa en todas partes y sus ojos verdes se abrían paso en mi mente recordándome que ella ya no está. En cada mujer que veía pasar buscaba algo de mi pequeña, pero en este mundo es imposible que existan dos Allison McKenzie.

Al regresar a casa, de tanta tristeza, terminé buscándola en el fondo de la botella con el fin de olvidarla y pasar página, pero hacía el efecto contrario ya que la veía y la pensaba doble. Intentar olvidarla, es recordarla en cada instante y me di cuenta de eso muy tarde. Cuando logré salir del pozo de la deseperación y el alcohol, fui a terapia con el mismo psicólogo que atendió a Ellie.

—Es todo por hoy —culmina mi psicólogo y me levanto por inercia del cómodo asiento—. Espera, Christopher. —Me detiene a medio camino y escucho su fuerte suspiro cargado de preocupación—. ¿Por qué no te das otra oportunidad? Conoce otras personas. Puedes viajar de nuevo. Enamórate.

—¿Amor? —Sonrío con amargura—. El amor para mí lleva el nombre de mi pequeña Allison.

—Creo que deberías considerarlo, Chris. Ha pasado mucho tiempo. Ella no volverá. —Un nudo se forma en el estómago y las lágrimas amenazan con salir… otra vez. Asiento y nos damos un apretón de manos—. Ten un buen día. —Y con esas palabras abandono la oficina.

Quisiera tomarme otro año sabático pero no puedo. Para darle un norte a mi devastada vida, me decanté por dar Historia en Elements. La conozco de memoria, y gracias a Allison, hay detalles nuevos que añadir. Mi pequeña, con solo 17 años, salvó el mundo Elements en varias ocasiones. A ella le debo mi vida al igual que todos esos chicos que cumplen 18.

Ellie entró finalmente al colegio Elements y me dolió verla en la noche de bienvenida. Es la viva imagen de Allison pero con ciertos cambios en el tono de los ojos, el color del cabello, los labios o la nariz. Y aquí estoy otra vez comparando a una chica con el amor de mi vida. Su tatuaje es un delfín en el dorso de la mano izquierda. Ellie logró salir adelante y me ayudó a superar la depresión cuando ella estaba mucho peor que yo. Chica valiente.




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