El Quinto Elemento (elements I)

Capítulo 20 “Noche agitada”

Sus ojos me miran con detenimiento y asombro al mismo tiempo. A veces, soy un poco cortante. No es mi culpa, es de Nanneth McKenzie.

–Nunca la había visto por aquí.

–Mi nombre es Allison McKenzie –Extiendo mi mano y él cierra mi saludo con un apretón de manos.

–¿Me conoce usted? –Sonrió con sorna.

–Claro que le conozco –ironizo–. Su reputación le precede, señor Gray. –Su sonrisa se paralizó–. ¿Quiere hacerme un favor? –Me acerco con el mentón alto. Gracias a los zapatos, nuestras miradas están bastante parejas–. Desaparezca de mi vista. –Carraspeó un poco, estiró su traje, dio una pequeña inclinación con la cabeza, y se retiró. Solté todo el aire que no sabía que contenía y toco con la punta de mis dedos el colgante. Después de reponerme de aquel encuentro tan drástico y escueto, me dirijo hacia una de las ventanas por un poco de aire–. ¡Qué noche más agitada! Y eso que no ha comenzado de verdad. –Una sonrisa muy “sutil” interrumpió mi pequeño momento de tranquilidad–. Genial. –Pensaba irme pero escuché el nombre de Javier. En este colegio no hay muchos con ese nombre. Con disimulo, me acerco a la columna para escuchar un poco mejor.

–Por favor, chicas, Javier aún no lo ha superado –dijo una chica extremadamente alta que me daba la espalda. Su cabello negro cae en cascada. Un vestido azul cielo se ajusta a su silueta hasta el suelo–. Es verdad que solo han pasado unos meses pero puedo decirles que Javier León, aún sigue siendo mío.

–Ten cuidado, Alice. Hay varios rumores en los pasillos –comenta otra.

«Así que esta es la famosa Alice», pienso intentando acercarme más

–¿A qué te refieres, Violet? –pregunta Alice.

–Dicen que salvó a una chica el primer día de bienvenida –explicó la tal Violet

–Pero eso no es nada –añade otra haciendo gestos con la mano como si no tuviera importancia

–Dicen que el espejo encantado se rompió cuando le llegó el turno a esa chica y Javier se metió en el medio –añade Violet.

–¿Una elegido rompió el espejo? –pregunta otra asombrada.

–Eso es lo que escuché en los pasillos –agrega Violet–. Además, dicen que ella ha presenciado varios ataques de cold y que Javier siempre corre en su ayuda. –Algunas hicieron un gesto de horror, otras de asombro, pero a la que necesito verle la expresión, me da la espalda.

–Estoy segura que son solo rumores –dijo ella con naturalidad.

–Lo dudo, Alice. Mi prima Eliza, presenció uno de ellos, y me dio la seguridad de eso

«¡Qué bien! Tenemos una rata entre nosotros», pensé por lo bajo.

–Dudo grandemente que una chica nueva borre mi historia con Javier –se regodeó Alice.

«Es suficiente por ahora. Mejor me voy. Tengo un papel que tomar esta noche», pienso mientras me retiro con una sonrisa en la boca.

Al llegar, los chicos me esperan en la puerta y una persona de 1.80 me da la espalda. Ese cabello negro y esos brazos son inconfundibles. Me cuadro de hombros y camino en su dirección.

Brenda está hablando con él, y al verme me señala con el mentón. Javier se giró y el tiempo se paralizó a mi alrededor. Mi pulso va a millón y el corazón quiere salir de mi pecho al verme bajo el escrutinio de Javier León. Su corbata combina perfectamente con el color de mi vestido. Miré a Brenda y ella sonrió con malicia. Eso es obra de ella.

–Buenas noches, Javier.

–Buenas noches, McKenzie. –Brinda su brazo y yo lo entrelazo con el mío. Se acercó a mi oído y susurró–. Estás preciosa.

–Tú estás muy guapo.

–Ugh, por favor, dejen el dulce para otro momento –interviene Brenda y sus ojos se abrieron al mirar detrás de mí.

–Oh, Oh. Alice a las 6 en punto –añade Lilith en susurros.

–Deja que venga. –Javier y yo nos miramos y sonreímos.

–Buenas noches –dijo una voz irritante y conocida a mis espaldas. Javier y yo nos colocamos a un lado pero no nos soltamos–. Brenda, mi prima querida. –Se acerca y le da dos besos en el aire a Brenda en cada mejilla–. Estás hermosa. Hace mucho tiempo que no te veo.

«Eso pasa por irte a otro colegio, idiota», pienso mientras la observo con disimulo. Labios finos, nariz respingada, cejas y pómulos perfectos y un maquillaje de modelo. Eso me hizo llorar. Esperaba verla con al menos una arruga o alguna imperfección nasal.

–Yo tampoco –respondió mi amiga con los dientes apretados.

–Javier –dijo ella con voz melosa–, tan guapo como siempre. –Le da varias miradas de arriba abajo. La lujuria es palpable en sus ojos.

–Tú estás igual que siempre, Alice –habló Javier con voz grave–. Déjame que te presente a una persona especial. Esta es Allison McKenzie, mi acompañante.

–Un gusto conocerte, Alice –dije su nombre y la bilis subió por mi garganta aunque el comentario de Javier me tranquilizó un poco. «¿Persona especial? Me gusta», pienso mientras doy saltos en mi interior.

–El placer es mío, Allison –responde con sorna–. Javier, ¿podemos tomar el primer baile? –Cierro el puño en ese momento y una brisa fresca cruzó mi rostro.

–Lo siento, Alice. Le prometí a Allison que sería de ella la noche entera –contesta con galantería.

«Mira que bien. El señor León haciéndose el fuerte», pienso y una sonrisa se forma en mis labios.

–Es una lástima –dijo ella en tono fingido.

–No te preocupes, Alice. Seguro que muchos chicos querrán bailar contigo –intervengo con sorna–. Oh, mira –Señalo con el mentón–. Creo que ese es Christopher Gray. Deberías preguntarle si está disponible. –Alice sonrió fingidamente ante mi proposición y el brazo de Javier se tensa.

–Seguro. Un placer verte, Javier –añade ella escrutándolo nuevamente.

–El placer es nuestro –intercedo y ella se retira con los hombros un poco tensos.

–¿En serio, McKenzie? –dijo Javier una vez que ella se había alejado–. ¿Christopher? ¿No podías decirle otro?



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 12.12.2021

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