Me quito los zapatos y los lanzo hacia algún lado cuando comienzo a correr hacia ellos. Regresar al colegio me tomaría mucho tiempo y la vida de Talia está en juego.
Ráfagas de viento baten con fuerza las ramas de los árboles y las flores en el campo. Raíces comenzaron a correr a mi lado hacia ellos y los rayos surcan el cielo oscuro mientras comienza a formarse una tormenta.
—No ahora, no en mi guarda.
Lanzo un chorro de agua tan fría que se congeló, impactando contra el cuerpo que la aprisionaba al muro, lanzándolo a unos metros de ella. El grito de dolor fue opacado por los relámpagos y truenos. Me acerco a la pelirroja y reviso sus brazos.
—¿Estás bien? —Ella asiente, pero gruño al ver varios cardenales en los brazos y un corte en su cuello.
—¡Cuidado! —grita y nos lanzamos hacia la tierra. El individuo choca con el muro y ambas nos levantamos lo más rápido que nuestras fuerzas nos dejan.
—Corre y busca ayuda. —Su labio inferior tiembla y sus ojos negros me miran con nerviosismo. Está aterrada—. ¡Ve, Talia! Avísale a cualquiera.
Ella corre en dirección hacia el colegio y trago en seco al ver el problema en el que me metí yo sola.
—Keith —grito hacia el chico de tercero de fuego—, ven aquí y dame lo que tienes –espeto intentando controlar mis nervios. «Eso, Allison. Que te maten por metiche y querer salvar a todo el mundo», pienso mientras escucho el retumbar de los truenos cada vez más fuertes.
Cuando creí que había terminado con él, algo duro impacta en mi columna. Miro a mi alrededor y esta vez es Amara, de Tierra. A ella se le sumaron dos más. Justo ahora que no veo nada por la fuerte lluvia y el viento recio. Minutos después, derrumbo a dos pero unas ramas me siguen aprisionando a la tierra. El cuerpo entero me duele y el agotamiento me está pasando factura.
«¿Dónde están todos? ¿Se fueron a Disneyland de fiesta?», pienso mientras esquivo los ataques. Lilian lanzó hacia mí una flecha de hielo, pero no llegó a impactarme. rente a mí, cayó un cuerpo. Era Austin.
El grito de horror que brota de mi garganta me lastimó. Las ramas que me agarran, se rompen como si fueran hilos de coser y tomo el cuerpo de Austin en mi regazo.
—No, por favor, no. Austin. —Mis lágrimas saladas se combinan con el agua que cae del cielo.
—Debo terminar la misión —recalca Lilian con voz robótica. La rabia comienza a hervir en mis venas. Esto no es justo.
—Vas a pagarlo, Lilian, o quien quiera que esté haciendo esto. —Dejo a Austin en la tierra mojada y me levanto—. Tú y todos los tuyos van a pagar por esto.
Aprovecho la lluvia y la lanzo con mucha presión en su dirección, pero ella la detiene con una cortina de agua. La tierra bajo mis pies empieza a retumbar, el aire se vuelve más violento a medida que el calor dentro de mí aumenta
—Esto es por Mat. —Una saeta de fuego sale detrás de mí en su dirección—. Esto es por Lissa. —Ramas salen de la tierra y la agarran por la cintura mientras una ráfaga de aire la golpea con fuerza—. Esto es por Jenna y Amy. —Con mis manos formo cúpula de agua alrededor de ella. Todos los elementos la golpeaban en su interior—. Esto es por Austin.
Un rayo cae del cielo directamente sobre ella. Es horrible lo que mis ojos ven, pero el dolor y la rabia que siento por los cold y por la persona que los está formando, es mucho mayor de lo que pensé. Los gritos de dolor de Lilian perforan mis oídos, pero no puedo. No quiero parar. Quería que pagara. Una voz en mi cabeza habla:
«Recuerda que ella fue elegida una vez, Allison. No es culpable de nada», con esas palabras me detuve.
La estaba matando y no se lo merecía. El cielo comenzó a despejarse, el aire cesó y las ramas que la agarraban fueron desapareciendo hasta dejar su cuerpo inmóvil sobre la tierra.
—Austin —murmuro y corro a su lado. Sus ojos están abiertos por el asombro.
—Eres tú. —El terror me embarga cuando tose sangre.
—¿Qué? ¿De qué hablas? Olvídalo, no hables. Vas a recuperarte.
—Eres el elemento que falta, Allie. —Tose una vez más y cierra sus ojos con lentitud.
—¿Austin? Austin, no por favor. No me hagas esto.
Comienzo a llorar y la atmósfera a mi alrededor camba. El agua del campo se mueve hacia mí en finas líneas y nos rodeó en una burbuja de agua. Me concentro como mi padre me dijo y dejé que el agua a mi alrededor hiciera su magia. Solo espero que no sea demasiado tarde para él. Pequeñas partículas de luz se mueven bailando entre el agua y el cuerpo de Austin. Todo desapareció cuando la burbuja reventó.
—¿Austin? —Toco su pecho con miedo—. ¿Austin? —Sus ojos se abren y toma una bocanada de aire—. Gracias a Dios.
—Tranquila, Allie. Estoy bien. —La emoción que siento me hace abrazarle con fuerza.
—Allison, Austin —escucho a lo lejos la voz de Brenda.
—Austin —ahora es Lester el que nos llama.
—Allison —grita Javier con voz grave.
—Aquíííííí –grito lo más que puedo—. Estamos aquí.
—¿Cómo hiciste eso? —pregunta el bibliotecario señalando a Lilian.
—Ni idea —respondo aliviada al verlo curado.
—No le digas de esto a nadie. —Coloca sus manos a cada lado de mi rostro—. Creo que sé lo que pasa contigo, e incluso una teoría de lo ocurrido en la capilla. Encuéntrame en la biblioteca mañana cuando tengas una oportunidad.
—Gracias al cielo que están bien —interrumpe Brenda con tono aliviado y me abraza por la espalda.
—¿Qué ocurrió aquí? —pregunta Lester.
—–Cold —respondimos Austin y yo al unísono. Todos se paralizan.
—Allison —habla Javier casi sin aliento. Intenta acercarse, pero lo detengo al levantar la mano. La confusión se posa en su mirada esmeralda.
—Estoy bien, Javier. ¿Puedes levantarte? —Austin asiente y con lentitud nos levantamos de la tierra mojada—. Brenda, dile a Clarissa que siento mucho lo del vestido. Ni se por dónde están tus zapatos.
—¡Ay, boba! —Me abraza con fuerza y trastabillo por la efusividad de la asiática—. Lo importante es que estás bien.
Editado: 04.10.2024