El Quinto Elemento (elements I)

Capítulo 27 “Frascos pequeños”

El asombro en el rostro de ambas es notable. Demasiadas coincidencias. Si mi hipótesis es correcta, yo estoy en el proceso de convertirme en uno, pero se ha ralentizado porque me he curado con agua todo este tiempo. La sed en mi garganta es inaguantable y el retumbar en mi sien es cada vez peor. Mis ojos se posan en una botella de agua.

—¿Puedo? —Rebeca asiente y al igual que la anterior, no dejo ni una gota en el envase.

—¿De qué estás hablando? —pregunta la directora Smith. El calor recorre mi cuerpo y la debilidad me ataca sin piedad.

—Está en el techo—respondo y me siento sin fuerza en el asiento más cercano—. Tienen que evacuar todas las habitaciones. —La lengua comienza a pesarme y no siento la punta de mis dedos.

—¿De qué está hablando, Javier? —pregunta Rebeca oscilando la mirada entre yo y mi compañero.

—En las lámparas encima de la cama de los chicos infectados, encontramos una antigua lengua. No sé si es árabe o arameo. —El sudor recorrer por mi cuerpo y escucho los latidos de mi corazón.

—Javier —digo sin mucha fuerza y él se acercó a mí—. Agua… rápido —suplico y no se hizo esperar.

Llenaron el balde de agua hasta la mitad. Ya no siento mis dedos y temblores recorren mi cuerpo.

—Mete mis dedos en el agua —susurro bien bajito. No tengo fuerzas para hablar.

La directora Smith se arrodilla frente a mí con el balde encima de sus piernas. Rebeca toma mis manos y las hunde en el agua. Javier me agarraba de los hombros y los aprieta con suavidad. Cierro mis ojos, y con la poca fuerza que tengo, lo intento. Poco a poco la magia del agua fluye a través de mi cuerpo. Las fuerzas aumentan en mi cuerpo y el frío en mi interior se disipa con demasiada lentitud. El agua del balde se agotó, pero mis fuerzas regresaron completamente.

—¿Te sientes mejor? —pregunta Javier y asiento mientras dejo escapar un suspiro.

—¿Qué acaba de pasar? —habla la directora Smith mirándome con sus ojos verdes muy abiertos—. Nosotros no podemos hacer eso.

Coloca el balde vacío en el suelo y da dos pasos hacia atrás.

—Karen, te presento un usuario del elemento vida —comenta la directora Carlisle con toda la naturalidad del mundo y giro mi rostro hacia ella.

—¿Usted lo sabía? —pregunto anonadada y ella asiente.

—Desde que rompiste el espejo en tu primera noche, tuve mis sospechas.

—–¿Esta fue la joven de la que me contaste? —inquiere Karen, conmocionada.

—Unas semanas después, el colegio fue atacado y yo resulté gravemente herida. Creí que no lo lograría, pero esta jovencita entró en mi habitación, llenó un balde de agua y comenzó la curación completa de mi cuerpo.

—Interesante —susurra Karen, asombrada.

—Después de eso, lo siguiente fue el ataque de los cold a ella y Austin en la vieja capilla de Raquel. El aire estaba enrarecido. La lluvia caía con fuerza y las ramas cubrían toda la entrada. No había forma de entrar. En su interior solo estaban Jenna y Amy. La primera era usuario de agua y la segunda era de viento. La noche de la llegada de ustedes, una de mis estudiantes, Talia Sprouse, fue atacada. Allison la salvó, no sin antes acabar con cuatro cold. Esos chicos eran unos de los más fuertes de tercero. Austin me contó lo ocurrido con Lilian. Fuego, aire, tierra y viento. Todos a la merced de una chica de 16 años. —Los ojos de Javier quieren salirse de su cara.

—Esa es la razón de los chicos de tercero. El traidor está dentro y sabe que en este colegio está el siguiente usuario vida —añado, levantándome con torpeza—. Cuando me enfrenté con Amy y Lilian, ambas estaban en una misión. Buscaban la tumba de Raquel. Tenemos que encontrarla.

—No sabemos dónde está. Arthur Carrington la escondió y se llevó el secreto a la tumba —explica la directora Smith.

—¡Me lleva la que me trajo! —protesto y resoplo—. Javier, busca a Tommy y Brenda. Ella tiene una copia de la escritura encontrada. A estas alturas ya deben haberlo descifrado. ¿No tenemos alguna pista de donde pueda estar ese sarcófago? —Ambas niegan con la cabeza y resoplo.

—A Carrington le gustaban los acertijos. Según se dice, en ellos están las pistas para llegar hasta la tumba de Raquel —explica Javier.

—Con eso me vale. Si en tu camino te encuentras con Austin, mándalo para acá. Le necesito. No hay mejor persona que se conozca cada libro o rincón de este lugar que él. —Javier me envuelve en un caluroso abrazo y se retira en busca del bibliptecario.

—No recuerdo ningún McKenzie graduado en este colegio, Rebeca.

—Es la hija de Mía y Erick —responde nuestra directora.

—Eso lo explica todo. Un placer conocerte finalmente. Tus padres eran los mejores usuarios de agua que he conocido en la vida, y eso que he vivido mucho.

—Muchas gracias.

Minutos después, Austin atraviesa la puerta, y detrás de él le siguen Tommy, Javier, Brenda y Chris. Este último cierra la puerta.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto al mayor de los Gray. Este se acerca y me beso en la sien.

—Me encontré con ellos en el pasillo. Sabes que no me pierdo esto ni loco —dijo sonriente y muy emocionado.

—¿Confías en ellos? —pregunta Karen.

—Son mis amigos. Moriría por ellos —respondo—. Tommy, ¿averiguaste algo?

—Brenda llegó como vendaval a mi habitación, así que no tuve mucho remedio —protesta enarcando una ceja, mientras abre una pequeña laptop en la mesa de la directora—. Son seis palabras. Tres en arameo, dos en griego y una en árabe. Es un poco complicado cuando lo digo de esta forma. —Teclea con rapidez en el ordenador—. Al principio eran palabras dispersas. Pero, si las pones en el orden correcto se forma esto. —Con un click aparece la frase:

—¿Renace de lo profundo, hijo mío? —pregunto—. ¿Qué clase de broma es esta?

—Esa frase pertenece a Dorian —contesta Austin mirando con detenimiento—. Los cold son formados desde lo profundo de un ser humano: su corazón. Según los diarios de Raquel, los hombres de Dorian eran iniciados para ser convertidos en cold con la esperanza del aumento de poderes y habilidades en su elemento. Se insinúa que en su época mostraba la verdadera naturaleza de la persona. Estos eran encerrados en un círculo con esas palabras. No solo dependía de las palabras, sino de la pigmentación con la que se escribía, así que…



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 04.10.2024

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