El rame de dos corazones inexpertos

Capitulo 6

Luego de las clases de baile (las cuales no fueron muy entretenidas, más que nada por el tipo de baile que me enseñaron) Cedric me guio hacia un cuarto. Debía cambiar mi apariencia, no tenía idea de cómo va a ser, solo sé que lo hicieron amoldándose a los gustos del chico. Entre al cuarto sola, mi compañero me esperaba afuera. Dos chicas exactamente iguales me recibieron, ambas tenían el cabello corto y de color castaño, ropa roja ajustada, ambas tenían un ojo de color café y otro de color celeste. Eran una mescla demasiado exótica, pero tenía un encanto casi inexplicable. Lo que sí, viniendo de ellas no podía esperar un cambio discreto y sencillo. La sala era bastante grande, había peines, pelucas, ropa y maquillaje por todas partes, era el lugar más desordenado de todo el cuartel y ambas parecían orgullosas de ello.

-Buenos días querida Harriet. – Hablaron al unísono.

-Buenos días, chicas. – Respondí esperando a que se presenten, no hubo caso.

Me incomodaban un poco, tal vez por su piel casi inhumana, sin defecto alguno, o por la manera que tenían de mirarte, como si supieran todo de ti. Me limite a sonreírles, las dos me guiaron a un cuarto más pequeño.

-Sácate la ropa. – Ordenó una de las dos.

-Ren, no seas así de brusca que la asustaras. – Interviene la otra. – Por favor, quédate en ropa interior, necesitamos que tomes una ducha, al costado esta una bata. –.

-Ron, lo haces aburrido. – Interfiere Ren. – Hazlo rápido que tenemos muchos cambios que hacer.

Sin decir nada más las dos chicas de retiraron, hice exactamente lo que me pidieron y al salir de la ducha me coloque una bata roja. Fuera las dos gemelas me guiaron a una de las sillas. Comenzaron a colocarme algunos tratamientos para el cabello, para el rostro, para el resto de la piel, sin contar la depilación. Luego de que terminaron me enviaron a cambiarme en un vestidor. Para mi sorpresa tenía que ponerme un brasier de color negro con encaje a juego con la parte de abajo, ambos de color negro. Como si no fuera poco incluía unas medias finas que llegaban hasta un poco más arriba de mi rodilla, con transparencia y encaje al final. Luego me coloque unos zapatos de tacón tipo aguja, también negros. Al voltear vi un abrigo de cuero sintético. Me lo coloque y lo ajuste con unas tiras de que la que tenía a los costados. Con toda la vergüenza del mundo salí del vestidor, las chicas me indicaron volver a sentarme y me recogieron el cabello, seguido de esto me colocaron una peluca larga hasta los hombros y en color blanco.

-Te aseguramos que esta peluca no se caerá con nada. – Afirma una de ellas, era imposible saber cuál de las dos.

Seguido de esto las dos comenzaron a pintarme con una coordinación increíble, acabaron antes de que me dé cuenta. En cuanto me levante me dirigí a un espejo de gran tamaño. No podía reconocerme, era una persona totalmente distinta y la idea no me terminaba de gustar del todo, pero una parte de mí, estaba encantada con el cambio. Al lugar entro Cedric, quien tan solo se limitó a mirarme por unos segundos.

-¿Qué opinas de nuestro trabajo Ruru? –Preguntan al unísono.

Él les dedico una mirada con desprecio para después observarme de manera normal.

-¿Es permanente? –Pregunta.

Negué con la cabeza a lo que él sonrió.

-No te queda mal, pero prefiero tu apariencia normal. – Comenta.

-Ahora tienes que saber el perfil de la chica que debes ser. – Cambia el tema la chica que tengo a mi izquierda. Debes ser misteriosa, responde preguntas con otras preguntas, o por la mitad.

-Dile las cosas hablando un poco grave, pero lento que siga siendo femenino. – Me mira. – Menea tus caderas al caminar, puedes acariciar su mano con sutileza y luego irte. También ama a las mujeres que fuman, tírale humo en la cara si tienes la oportunidad.

-Están hablando como si fuera a estar sola con él. – Respondí.

-El club es bastante pequeño, cuando termines de bailar, míralo directamente a los ojos y camina a tu derecha, allí veras unas escaleras que dan a una azotea. Seguramente te ira a buscar, hicimos de ti su fantasía a molde a todas las modelos que sigue, conversaciones con sus amigos, chicas que le han gustado y su perfil.

-Eso asusta un poco. – Respondí.

Me aterra la idea de cuánto pueden o no conocerme las personas que están aquí, puede hacerme creer lo que quieran. ¿Sabían cómo convencerme de unirme aquí? Ahora no tengo dudas de ello, pero sui ser parte de su juego implicaba vengar a mi hermano, no me importaba ser ninguna delas piezas del tablero, incluso si no fuera más que un peón.

-Pero ella no fuma. – Suelta Cedric. – Es absurdo que haga eso, ¿y si se vuelve adicta? Tiene que entrenar, le hará fatal.



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En el texto hay: espias, trianglo amoroso, armas de fuego

Editado: 08.09.2019

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