El raro descubrimiento y otros relatos

El origen del pirata

  En la solitaria costa de una de las setecientas islas que
conforman las Bahamas, fue anclado un mediano barco.
Era la madrugada del año 1716, en esta época la piratería en
América estaba en descenso, los hombres quienes portaban
filosas espadas se bajaron de la embarcación cargando
muchas palas, algunos de ellos usaban parches en los ojos,
otros andaban grandes pañuelos amarrados en la cabeza,
además portaban varios aretes en cada una de las orejas,
este grupo de siete hombres eran liderados por un británico
llamado Edward Teach, dicho líder era alto y fuerte, sus ojos
eran extremadamente feroces, cargaba tres pistolas también
muchas dagas y alfanjes alrededor del cinturón, le gustaba
presumir su enorme barba desaliñada y un extraño sombrero
negro de forma triangular.

  Al muchacho más joven de la tripulación lo dejaron
arrancando las muchas tiñuelas (moluscos blancos con
caparazón) que dañaban la madera del casco de aquel barco,
mientras tanto los otros sujetos alumbraban sus pasos con
antorchas para atravesar un conjunto de altos manglares,
luego cruzaron un extenso pastizal en donde centenares de
luciérnagas brillaban sin cesar, caminaron por un sendero
bastante lodoso debido a la lluvia de la noche anterior,
siguieron marchando hasta llegar al pie de una montaña, ahí
abajo era un lugar muy peñascoso. Así que Edward con su
brazo derecho medio extendido y el dedo índice apuntando
hacia abajo dijo a sus marinos:

  -señores aquí es nuestro sitio, hay que levantar cada roca
para poder escarbar.


Inmediatamente uno de los marineros replicó:


- Escuche capitán Teach, eso tomará mucho tiempo y
esfuerzo, son demasiadas, cada una pesa como un caballo y
pues nosotros somos pocos.


-entonces empiecen ahora, si no quieren trabajar hasta el día
de mañana.


  Los hombres dando fuertes murmuraciones comenzaron a
limpiar aquella zona, en el transcurso de aproximadamente
dos horas el cielo se volvió naranja y las aves de la región
cantaron con diferentes tonos y ritmos, el amanecer se
terminó cuando el sol salió alumbrando con todo su
esplendor, los marineros seguían quitando sin descansar
todas las piedras, hasta que uno de ellos halló una equis
pintada de color rojo debajo de una roca, la cual era de tres
pies de alto y de base circular, entonces empezaron a
escarbar debajo de allí, seguidamente una de las palas golpeó
algo duro, poco a poco se fue descubriendo que se trataba de
un enorme y pesado baúl de madera, con la fuerza de cuatro
hombres lograron llevarlo a la superficie, Edward muy
entusiasmado disparó sobre el sucio candado, cuando
abrieron el baúl las miradas alegres se convirtieron
rápidamente en miradas furiosas, el señor Teach mientras
secaba el sudor de su frente gritó:

– ¿qué diablos es esto?

Uno de los ayudantes, de dientes muy amarillos respondió:

-se llaman libros capitán.


- ¿cómo dices? ¿Y qué son?


-son varias hojas hechas de un material llamado papel, están
unidas entre sí y ellas contienen muchas letras por ambos
lados.


-pero… estas docenas de cosas no son valiosas como el oro
que me dijeron que aquí encontraría, ¡maldición! tanto trabajo
para nada, mejor arrojen estos desgraciados objetos al mar.


Luego Edward se sentó debajo de una palmera mascullando
todo tipo de malas palabras, y después llamó a su hombre de
más confianza, una vez que el marino llegó al sitio, esto fue
lo que conversaron:


-sabes James que tanta decepción me ha causado enormes
ganas de beber un barril lleno de vino, es inútil andar
buscando tesoros perdidos, mejor tomemos el oro donde está
perfectamente a nuestro alcance.


- ¿qué me quieres decir?


- se me ha ocurrido que tenemos que navegar hasta La
Habana para comenzar nuestras propias incursiones contra
los españoles.


-¿te refieres a que seamos piratas?

-más que simples piratas, seremos el terror del océano
entero, tendremos tantas riquezas y gloria como los reyes de
España e Inglaterra.


-¡Ja, ja, ja! Cielos Edward tú siempre tienes varios trucos en
la manga, te mereces un brindis.


- muy bien, sabes que no soy un cobarde que huye en medio
de la batalla, pues soy un verdadero demonio marítimo.


- cierto, y serás conocido como el temible Barbanegra.


  Así fue el origen del famoso pirata Barbanegra, sin duda
uno de los personajes más sanguinarios de su tiempo. A
bordo de su barco más imponente el cual armó con cuarenta
cañones y lo llamó: The Queen Anne’s Revenge (La venganza
de la Reina Ana) surcó las costas estadounidenses, y atacó
varias ciudades del Caribe, destruyó y capturó a otros barcos
de diversas nacionalidades, su flota llegó a contar con cuatro
barcos grandes y otros menores, en ellos tripularon unos
cuatrocientos hombres infames. Las muchas batallas que llevó
a cabo fueron tan intensas que marcaron para siempre la
historia de la piratería, durante dichas guerras Barbanegra
acumuló una inmensa fortuna de oro, la cual nadie sabe hasta
hoy en día en donde quedó escondida, ya que su muerte fue
de manera trágica e inesperada, después de enfrentarse con
el teniente Robert Maynard y su tropa, el pirata murió
sufriendo veinticinco heridas, algunas de ellas fueron por
disparos. Robert y sus victoriosos tripulantes llegaron a la
localidad de Hampton, Virginia, en la nave llevaron como
trofeo la cabeza de Barbanegra colgada en el bauprés.




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