El Rebelde Con Corazon de Leon

Buscando un Lugar para La Rebelión

Para Santiago Villanueva no le complicaba el hecho de que no tuviese lugar para sentar las bases de una rebelión en contra del gobierno de Pinochet, esto como venganza por haber inculpado injustamente a su padre de ser comunista, y que además que estaba en contra del gobierno, y del hecho de que lo encarcelaran por esas razones pasaron tres meses, y para el encargo de buscar un lugar para poner una base de operaciones para organizar la rebelión se lo ha dejado encargado a su amigo de confianza Juan Villalobos, y para Santiago Villanueva sabía que su amigo encontraría un buen lugar para que no encontraran los militares y en especial de la gente que quisiera derrocan al actual dictador de chile, y sabia Santiago que no faltaría quien quisiera unirse a él y su causa y ayudado por su amigo Juan sabía que no le faltaría ninguna de las dos cosas, y una vez que hubieran pasado dos semanas desde que Santiago le propusiera la idea a Juan sobre su rebelión hacia Pinochet, cuando Juan va hacia la casa de Santiago y una vez que entro a la casa y hubiera preguntado por Santiago y que este se juntara con él, y finalmente cuando se sentaron en la cocina, Juan dijo en un susurro:

-Amigo, ya he encontrado un lugar y a varias personas que están dispuestos a arriesgar sus vidas con tal de ver a su país libre de la tiranía de Augusto Pinochet, podría decirse que son unos verdaderos patriotas por hacer esto.

-Excelente –susurro Santiago, para que no se enteraran el resto de su familia lo que planeaba, y luego pregunto- ¿A dónde se encuentra el lugar?

-Al sur de Copiapó, y además en cuando tú quieras nos juntamos con los rebeldes para planear la rebelión –contesto Juan.

-Bien, y además, ¿Cuántos son los que se unieron para intentar derrocar al bastardo de Pinochet? –pregunto en un susurro Santiago.

-No lo sé, no los conté, quizá cien o ciento cincuenta –contesto Juan también en un susurro.

-Bien, con eso será suficiente como para empezar a expulsar a los militares que se encuentran en la región, y sin contar que estamos seguros de que una vez que vean que están libres de los militares estoy seguro de que el resto de los atacameños se nos unirán para seguir con la rebelión, y quizá no logremos derrocar a Pinochet, pero al menos le demostraremos que no nos puede intimidar el muy desgraciado –dijo Santiago, y tras una pausa siguió hablando- júntalos a todos los que están a mi lado esta noche después del toque de queda, y diles que tengan cuidado de que no los descubran los militares una vez que haya pasado el toque de queda, y también diles que se den prisa para poder planear con todos lo que vamos a hacer, y ven a mi casa para que me guíes en donde se encuentra el lugar en el cual vamos a planear todo, y te encargo otra cosa, avísale a todos que vamos a hacer.

Y tras lo dicho por Santiago, Juan se fue a hacer lo cometido




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