El Rebelde Con Corazon de Leon

2 Semanas después del Robo en El Polvorin

Ya entrado mayo y Santiago decidió que sería el quince de mayo la fecha para comenzar la rebelión ya que era demasiado pronto lo último que se habían robado del regimiento militar y tanto Santiago como Juan opinaban en que no sería sospechoso ni mucho menos que lo relacionaran la rebelión con el robo de las armas y las municiones, y así pasaron los primeros quince días sin mayor relevancia, las armas y municiones que fueron robados se encontraban a salvo en el lugar de reunión que se tuvo las reuniones, y ya llegada la fecha todos los participantes de la rebelión se juntaron en el lugar en donde se encontraban las armas y municiones, como lo habían acordado previamente con Santiago y Juan y una vez que se reunieron con las armas y las municiones fueron directo al municipio para matar al alcalde que había asignado el mismo Pinochet, obviamente ocultaron las armas junto con las municiones por lo menos hasta llegar hasta el municipio y hay recién prender fuego ante cualquier militar que se les atravesara con la intención de salvarle la vida al alcalde actual, en cuando llegaron al municipio que se tardaron poco tiempo a gracias a los vehículos que habían llevado al punto de la reunión, y en cuando entraron los rebeldes al municipio, estos empezaron a disparar indiscriminadamente al principio, pero cuando empezaron a llegar los militares que estaban apostados como guardias en cualquier caso que ocurriese algo anormal, como lo que acababa de suceder, los rebeldes les dispararon en la cabeza con una certeza mortal para los militares que les hicieron frente, mientras tanto Santiago junto con Juan y otro grupo menor de unos seis rebeldes mas fueron directamente al despacho del alcalde que estaba ignorante a lo que le estaba pasando a su municipio, obviamente escucho los disparos, pero creyó que fueron producidos por un asaltante pero que no hubiera ocurrido a mayores, y en cuanto vio a Santiago y al grupo de rebeldes que lo secundaba, este les exigió a gritos:

-¿Qué están haciendo aquí y armados?

-Mátenlo, ahora –ordeno a su vez Santiago, ignorando la exigencia del alcalde.

Todos los rebeldes, incluyendo Santiago dispararon a la vez, pero la mayoría de los disparos no fueron letales, a excepción de uno, el de Santiago, que fue directo al corazón, ese fue letal, y el alcalde murió en cosa de minutos en su despacho a manos de un vengativo Santiago Villanueva, que ya tenía planes para lo que seguiría para la región de Atacama.




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