El Rebelde Con Corazon de Leon

El Verdadero Plan del Dictador

Santiago Villanueva ya había salido de la tienda en donde intentaron sobornarlo para que parara la rebelión, y en esos instantes Santiago y Juan Villalobos miraban como la caravana de militares se iba del lugar en donde se había instalado, mientras lo hacían Juan pregunto a Santiago:

-Y dime compadre, ¿Qué quería la futura yerna de Augusto Pinochet?

Santiago le refirió todo lo que sucedió en la tienda, el intento de soborno y como era el punto de vista de Umut Yilmaz, y también sobre como lo miraba Santiago a lo que se refería al soborno que recibiría al aceptarlo, y tras relatarlo su amigo de la infancia comento:

-Que buen soborno, pero como te conozco desde niños, se perfectamente que no aceptarías nada a cambio de parar la rebelión, incluso que te dieran todos los diamantes del mundo entero.

-Sí, exacto, a estas alturas la rebelión ya no se puede echarse para atrás, incluso aunque quiera, la gente se unió, y no gracias a mí, sino los unió la idea de algo que no han tenido hace años, libertad y democracia –sentencio Santiago.

Y ambos amigos ingresaron a la ciudad sin decirse más nada.

Semanas después

Umut Yilmaz ingresaba al despacho del presidente de la republica chilena, en donde lo esperaba Augusto Pinochet padre, su hijo, con el que se iba a casar, una vez que acabara la rebelión, también estaba el general que había puesto por el mismo dictador, en cuando Umut Yilmaz entro al despacho se hizo un silencio sepulcral, y tras unos instantes, Augusto Pinochet padre le pregunto:

-Y bien querida futura yerna, ¿Santiago Villanueva ha aceptado el soborno?

-Por desgracia no –contesto Umut Yilmaz.

-Ya veo –dijo el dictador de Chile, y dirigiéndose al general- bueno general como le decía si envía las tropas que le indique y las dirige hacia Atacama, que es donde se origino la rebelión, acabaremos con esta tontería de una vez por todas y para siempre.

Umut Yilmaz estaba preocupada ante lo que estaba escuchando, pero no dijo nada.

-Bien, como guste presidente Pinochet, lo hare –comunico el general.

-Pero, presidente –comento su hijo Augusto, siempre había tenido la prudencia de llamarlo así ante cualquier persona que era ajena a la familia Pinochet- para algo así necesitaras semanas antes de que lleguen a la región.

-Los he despechado mucho antes de que enviara a tu futura esposa con el soborno –le explico su padre- Y cuando Santiago Villanueva regrese a su hogar, lo encontrara hecho cenizas.

Y sin saber por qué fue a escribir una carta y la mandaría con su amiga para Santiago Villanueva, para comunicarle lo que estaba pasando para que él hiciera algo al respecto, solo esperaba que su amiga llegara a tiempo antes de que fuera muy tarde.




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