Esa misma noche, Tomás y Lucía discutieron.
—Ese bebé no es tuyo… —dijo ella con firmeza—. No siento amor por vos, la verdad. Te dije que sí hace tres años solo porque no quería verte con alguien más.
—Lo sé, siempre lo supe —respondió tomas nada , sorprendido—.
—Te seguí el juego para no perder mi trabajo en la empresa de tu papá. Aguanté tres años tus malos tratos, tus infidelidades… todo eso solo para ver si realmente habías cambiado. Pero no fue así. Yo me equivoqué.Lucía, sola y derrotada, terminó la relación esa misma noche. Al día siguiente, se fue sin mirar atrás.