En la casa de la familia Johnson
Leonardo: no puedo creer que me hayas ocultado algo importante para mí. Precisamente a cabo de llamarle a la madre superiora para preguntarle por nuestra hija.
Isabela: tardaste demasiado tiempo en saberlo. Porque ya no vas a poder hacer absolutamente nada por ella y sobre todo nadie sabe en dónde está.
Leonardo: hare todo lo posible para encontrarla y cuando lo haga ella ocupara el lugar que le corresponde en nuestra familia. Ahora me pregunto qué pasó con el cheque que siempre mandaba al colegio y me puedo imaginar que la responsable de eso eres tú.
Isabela: si aparece de nuevo no la presentare a nuestras amistades. Además, les diremos a ellos que Camila es la hija de la sirvienta y yo me gaste el dinero porque es mío.
Leonardo: sabes que mi hija está pasando privaciones por tu culpa. Pero no sabes cómo me arrepiento de haberla mandado a ese lugar y tampoco voy a permitir que la niegues sabiendo que es una princesa.
Isabela: te recuerdo que estuvimos de acuerdo en hacerlo. Ella definitivamente no tiene nada de princesa para que la consideres de esa manera.
Leonardo: ella lo es por ser la mayor. Solamente que cuando Camilla vuelve a casa la trataras como una verdadera madre y si no es así quiero que te vayas olvidando de todos tus privilegios.
Isabela: no me puedes hacer esto y que explicaciones les daremos a las niñas si eso llegara pasar. Ellas se preguntarán en donde estuvo todos estos años.
Leonardo: les diremos la verdad por supuesto y más te vale que ella aparezca pronto. Esta vez pienso hacer las cosas bien y mi hija ya no será rechazada por nadie más.
Isabela: yo no estoy de acuerdo contigo. Deberíamos de dejar que ella haga su vida a parte, eso sería lo mejor para todos nosotros y así evitaríamos esa vergüenza.
Leonardo: sabes que mi hija no es una vergüenza para mí. Recuerda que mi paciencia tiene un límite y ya se me está agotando, además te pido que te retires de mi despacho.
Ella se levanta de su asiento demasiado molesta con su esposo y Leonardo no descansaría hasta ver a su familia completa. Aunque eso tardara más tiempo de lo que se lo imaginaba y sobre todo él quería a su niña de mirada triste, ella siempre sufrió por sentirse rechazada y eso era por su culpa por permitir que no estuviera al lado de su familia, pero eso se tenía que terminar.
En el restaurante
Camila: ahora que hemos terminado de comer quisiera que me dieras el beso que te pedí cuando estuvimos conversando. Porque eso es lo único que falta que hagas para que nos podamos ir.
Alejandro: se me olvido eso en el momento por escucharte. Además, te prometo nunca olvidar nada de lo que me pidas y si yo también quiero besarte lo hará cuando quiera.
Camila: está bien y dejare que lo hagas. Porque siento que si me niego no me harás caso y es mejor aceptar lo inevitable como el amor que sientes por mí.
Alejandro: entonces necesitare demostrártelo con el beso que te daré. Solo déjame mirarte unos minutos y después lo pienso hacer para que seas finalmente mi prometida.
Él se acerca un poco más a ella para empezar a besar sus labios, nada más que al hacerlo experimentaba sentimientos que él no estaba dispuesto a dejar de sentir. Él se separa de una manera lenta de ella cuando termina el beso, Alejandro pide la cuenta y ellos salen del restaurante tomados de la mano, pero cuando llegan a su auto el ayuda a su prometida a subirse para después hacerlo el también y de esa manera ellos se dirigen hacia su destino
Camila: este día será el más especial de mi vida. No puedo evitar sentirme feliz, porque tengo la posibilidad de tener lo que siempre soñé.
Alejandro: me encargare de que cumplas cada uno de tus sueños y para eso necesito saberlo. Será mejor que no me lo digas, ya que eso se lo dejaremos al destino que nos unió.
Camila: tienes razón. El destino es el único que tiene la última palabra y estoy dispuesta a compartir mi vida a tu lado como me lo has pedido.
Alejandro: te hare inmensamente feliz. Solamente necesito pedirte que me dejes amarte y lo que hizo que me enamorada de ti fue el reflejo de tu alma.
Camila: entonces ámame y sobre todo nunca me dejes ir. Porque ya no me quiero sentir sola y a pesar de que Victoria estaba a mi lado nunca pude evitar sentirme así.
Alejandro: te hizo demasiada falta tu familia. Nada más que después de que nos casemos formaremos la nuestra, aunque eso nunca va a superar la ausencia de tus padres en tu vida.
Camila: no quiero seguir recordando mi pasado. Necesito dejarlo ir para ser feliz y yo no les guardo rencor a ninguno de ellos, espero que sean felices en su mundo de perfección.
Ella se había dado cuenta de que habían llegado cuando el estaciona su auto. Solamente que este lugar era diferente, porque aquí se podría ver el hermoso atardecer de la ciudad y esto era realmente romántico Alejandro se baja del auto para ayudar a su prometida a hacerlo.