El reflejo de tu alma

Capítulo 16

Alejandro: nunca serás religiosa. Porque estabas destinada a convertirte en mi amada esposa, nuestras vidas cambiaron cuando nos conocimos y lo nuestro será para siempre.

Camila: no debemos de seguir hablando de esto. Además, siento que si lo seguimos haciendo harás todo lo posible para que entienda que esto es verdadero.

Alejandro: en verdad lo es, pero al fin hemos llegado y te traje hasta aquí para celebrar nuestro compromiso. Eso es precisamente lo que haremos en este momento.

Camila: no entiendo porque elegiste un lugar solitario para tener una casa. Aunque algunas veces es bueno tenerla si eres una persona solitaria.

Alejandro: siempre me ha gustado la soledad y tal vez por esa razón la elegí. Esta casa me sirve para pensar y escaparme de la ciudad, ahora este lugar es nuestro.

El se baja del auto para ayudarla hacerlo. Camila se sorprende al darse cuenta que había soñado con esta casa hace tiempo y era la única prueba que necesitaba para darse cuenta que el destino los quería juntos. Ellos tiempo después entran, Alejandro la lleva directamente al comedor y cuando llegan toman asiento.

Camila: seguramente preparaste una cena romántica para mí. Pero no entiendo como lo hiciste si tú siempre estabas adentro de tu oficina.

Alejandro: por supuesto que yo no la hice y la única explicación a esto es que en el transcurso del día le dije algunas de las sirvientas que prepararan una cena especial.

Camila: entonces donde están ellos. Porque desde el primer momento en que llegamos no he visto a nadie del personal de servicio de tu casa.

Alejandro: ellos están descansando. Nada más que yo serviré nuestra cena y quiero que te quedes sentada en tu silla mientras voy a la cocina a traerla.

Camila: está bien y te voy a esperar. No quiero estar mucho tiempo sola, serás mejor que te vayas para que regreses muy pronto a mi lado.

Alejandro: te prometo que no sentirás mi ausencia por mucho tiempo. Porque tardare unos cuantos minutos, también necesitaremos irnos temprano para que te pueda llevar a tu casa y no sabes cómo me gustaría que nos quedáramos esta noche.

Camila: tú y yo sabemos que eso no es posible. Siempre debes de recordar que tengo una educación que debo de respetar sobre todas las cosas.

Alejandro: siempre he sabido que eras diferente. Eso desde un principio lo he tenido demasiado claro y por eso tome la decisión de casarme contigo.

Camila: espero que mi educación no se ha un problema para ti, Alejandro. Nunca cambiare y siempre seré la misma que conociste en tu empresa.

Alejandro: tenemos una educación diferente y eso en vez de separarnos nos acercara más. Aunque mis padres son un ejemplo para mí, pero ellos también son diferentes de alguna manera. Ellos no tuvieron la opción de elegir con quien casarse y sé que mis padres se aman, solo que no quise seguir con la tradición familiar, porque yo quería tomar esa decisión por mí mismo sí que me impusieran una esposa.

Camila: no tenía idea de que eso pasara en tu familia. Estas seguro que ellos aprobaran nuestro futuro matrimonio, ya que me gustaría saberlo.

Alejandro: estoy seguro que el único problema serían mis abuelos. Ellos son unas personas demasiado conservadoras y no me interesa lo que piensen.

Camila: será algo complicado cuando me presentes con tus abuelos como tu futura esposa. Seguramente ellos tenían tu futuro planeado.

Alejandro: el único que tiene el control sobre mi destino soy yo. Además, eres la hija del señor Johnson y no tendrán ningún motivo para oponerse a nuestra unión.

Camila: te recuerdo que lo único que conservo de mis padres son sus apellidos y cuando salí del colegio tuve que trabajar para poder mantenerme.

Alejandro: no entiendo cómo pueden existir padres así. Porque prácticamente te dejaron sin nada y te quitaron todos tus derechos, nada más que ahora tienes toda mi fortuna a tu disposición.

Camila: nunca he necesitado el dinero de nadie y lo que más quería en esta vida era el cariño de mi familia, pero gracias a ellos aprendí que el dinero no era la felicidad y nunca olvidare que me apartaron del mundo. Ellos se avergonzaban de presentarme como su hija, eso lo tuve que aceptar desde hace años, mi madre siempre me decía que era fea y que no podía ser su hija. Recuerdo perfectamente que mi padre me llevo al colegio y me dijo que solo estaría un tiempo y que el vendría por mi para llevarme a casa. El jamás cumplió su promesa y todo este tiempo estuve sola hasta que conocí a mi mejor amiga.

Alejandro: me duelen demasiado tus palabras. No quiero que recuerdes lo que te hace daño y ahora que estamos juntos lo menos te faltara será amor.

Camila: muchas gracias y siento que mi vida a tu lado puede ser demasiado hermosa. Necesito prometerte que ya no recordare más mi pasado triste.




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