El reflejo de tu alma

Capítulo 17

Camila: tienes razón. Porque ahora que terminamos de cenar me debes de llevar a mi casa, porque mañana seguramente tendremos demasiado trabajo.

Alejandro: el trabajo es lo que menos me importa. Además, yo soy tu jefe y gracias a eso puedo verte el tiempo que quiera en la empresa.

Camila: solamente que adentro de ella existen reglas que se tienen que respetar. Aunque ya rompiste todas al convertirme en tu prometida.

Alejandro: estoy haciendo lo que me dice mi corazón y no voy a dejar de hacerlo. El día de mañana te pienso dar un hermoso obsequio y debemos de irnos.

El se levanta de su asiento para ayudarla. Ellos salen de la casa tomados de la mano para poder dirigirse a su auto. Alejandro ayuda a su futura esposa a subirse y de esa manera ellos siguen su camino. Nada más que lo único que no se imaginaron era que el padre de Camila la estuviera esperando afuera de su casa. Ellos tiempo después llegan y ella se queda sorprendida al verlo, él se da cuenta de eso y tenía que respetar lo que ella decidiera.

Camila: después de tantos años mi padre vino a buscarme. No puedo imaginarme a que se debe su presencia, si me dejo demasiado claro que yo no pertenezco a su familia.

Alejandro: debes de hablar con él para saber qué es lo que quiere. Recuerda que estaré a tu lado para apoyarte y si no quieres hacerlo estará bien.

Camila: necesito enfrentar mi pasado que me hace tanto daño para ser feliz a tu lado y de esa manera voy a poder olvidar esa etapa triste de mi vida.

Alejandro: no te pienso dejar sola. Porque enfrentaremos a toda tu familia si fuera necesario y para hacerlo debemos de bajar del auto.

Él se baja para ayudarla hacerlo, ellos empiezan a caminar y su padre la reconoció a simple vista. Él sabía que era su niña de mirada triste, sabía que no podía confundirla y ellos se acercan a él.

Leonardo: no puedo creer que seas tú, mi niña. Necesito que me perdones por no haber hecho nada por ti, pero sé que todavía estoy a tiempo de corregir mi error.

Camila: hace años que te perdone y entendí que nunca iba a formar parte de su familia. Será mejor que se olviden de mi como siempre lo hicieron.

Leonardo: yo nunca te olvide. Siempre estuviste presente en mis pensamientos y pienso que deberíamos hablar a solas sin la compañía de nadie más.

Alejandro: por supuesto que eso no pasara, señor Johnson. No me diga que no me reconoce y si es así debo de presentarme nuevamente con usted, mi nombre es Alejandro Silverman Andersen.

Leonardo: no entiendo que es lo que haces con mi hija y hasta que escuche su nombre se quién eres. Necesito saber la razón de todo esto.

Alejandro: la única explicación de esto es que soy el futuro esposo de su hija, así que usted será mi suegro y nunca me imaginé casarme con una de sus hijas. Esto más bien parece un acuerdo entre nuestras familias y con la única diferencia es que yo la elegí a ella.

Leonardo: en verdad te vas a casar con el Camila. Porque una unión entre ustedes sería imposible y nunca deben de olvidar sus diferencias.

Camila: me casare con él y pensé que habías cambiado al venir a pedirme perdón. Además, me doy cuenta de que sigues siendo el mismo de siempre.

Leonardo: me refiero a que la sociedad no va a respetar su matrimonio como ustedes le gustaría y no quiero que vuelvas a sufrir por nadie más.

Camila: si quieres ser parte de mi vida debes de aceptar mi matrimonio, por favor. Pero la razón de nuestra boda es que será por amor verdadero.

Leonardo: entonces te pido que regreses a casa conmigo. Precisamente he venido a eso y toda la familia sabe de tu existencia, así que no me pienso irme sin ti.

Camila: eso no será posible. No quiero volver a ese lugar que me traen muy malos recuerdos, ya que mi madre nunca me quiso y mucho menos usted, recuerde que decidió quedarse con su familia perfecta.

Leonardo: eres mi hija también y te devolveré todo lo que se te fue negado. Solamente que no puedes vivir en este lugar sabiendo que tienes una posición privilegiada gracias a nuestra familia.

Camila: nunca he necesitado nada material. El dinero jamás me hizo falta y por esa razón trabajo y soy feliz de no depender de ustedes, pero mucho menos de una fortuna que no me corresponde.

Leonardo: cómo es posible que trabajes si tú eres una princesa. No tienes ninguna necesidad de seguir haciéndolo, porque yo te daré todo lo que tú quieras.

Camila: trabajo como asiente personal en la empresa Silverman. Nadie sabe que soy su hija y no estoy interesada en que se enteren de nuestro parentesco.

Leonardo: jamás he negado que lo eres y tu madre lo sabe. Necesito que regreses a ocupar el lugar que te corresponde como mi hija mayor.




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