El reflejo de tu alma

Capítulo 21

Alejandro: cuando te enamores de la mujer indicada no te importara hacerlo. Además, sientes un interés especial en la amiga de Camila y de eso me di cuenta el día de ayer.

Michael: acaso estas ciego yo jamás me fijaría en alguien como ella. Porque siempre he esperado a una persona especial que no tenga nada que ver con nuestro mundo.

Alejandro: entonces sería un alivio. Mi primo está interesado en la señorita Victoria y se ve que le gusta mucho, pero también parecen la pareja perfecta.

Michael: como se atrevió a poner los ojos sobre ella. Nada más que Martín es un hijo ilegitimo y no puedo evitar molestarme al saber que es su chofer.

Alejandro: mi tío al fin reconocerá a su familia y el tendrá los mismos derechos que yo por ser los primogénitos de nuestros padres. Será mejor que te acostumbres al verlos juntos.

Michael: no pienso permitir que ellos estén juntos. Ella muy pronto será mía y esto lo hiciste a propósito para saber mis verdaderos sentimientos.

Alejandro: soy más inteligente que tú y si ellos se gustan por supuesto que apoyare su relación. Solamente que eso no es verdad y ahora no voy a poder verla. Seguramente el señor Johnson ya llego a la empresa y debes de retirarte.

Él se levanta de su asiento y se despide de Alejandro. El padre de su prometida es pasado a su oficina y lo saluda para después tomar asiento.

Leonardo: al fin podemos hablar claramente sobre el futuro de mi hija. Ella podrá disponer de su herencia antes de tiempo, ya que nunca tuvo los privilegios que le correspondía.  

Alejandro: eso no le hará falta. Porque yo tengo mi propia fortuna, así que será mejor que se la dé a sus otras hijas que seguramente la necesitaran.

Leonardo: nosotros no somos nadie para tomar esa decisión. Ella es la indicada para hacerlo y si no me la acepta no se la daré a nadie más, pero entonces la herencia les corresponderá a mis nietos.

Alejandro: tiene razón, suegro. Ahora debemos de hablar sobre la boda y necesito advertirle que nadie de su familia la hará sufrir nuevamente.

Leonardo: me encargare que no vuelva a derramar ninguna lagrima. Camila es una niña que tiene mucha tristeza en el alma y nosotros la ayudaremos a que sea feliz y la boda será en un mes.

Alejandro: será en dos semanas y es mi última palabra. Solamente que ese día se presentara como su padre para entregármela en la iglesia.

Leonardo: no pienso ser un padre ausente. Recuerda que seremos familia y no estoy de acuerdo, ella es la primera de mis hijas que se casara y merece tener una boda bien organizada.

Alejandro: solo nos bastara que estemos nosotros ese día. Nada más que mis padres se opondrían si lo hiciera así, pero en sus planes es tener un recuerdo de mi felicidad al lado de ella.

Leonardo: deberán tener recuerdos de su vida juntos. Precisamente de esa manera empezaran como una pareja casada que se amaron desde siempre y necesitaran conservar sus sentimientos para que el amor los siga uniendo cada vez que estén juntos.

Alejandro: el amor que siento por ella será eterno. No quiero que nadie pensé que no la amo y seguramente eso es lo que pasa con usted.

Leonardo: tengo demasiadas dudas sobre su matrimonio. Pero debo de apoyar a mi hija, además las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ella.

Alejandro: no creo que Camila regrese al lado de su familia. Porque tiene presente todo lo que sufrió cuando vivía al lado de ustedes y no permitiré que nadie la vuelva a ser sufrir.

Leonardo: el principal culpable de su sufrimiento seria yo. Jamás me di cuenta del rechazo de su madre, ahora entiendo tantas cosas y yo nunca pude darle su lugar.

Alejandro: el pasado de mi futura esposa es triste y mandarla al internado fue lo mejor para ella. Nada más quisiera saber cuál fue el verdadero motivo de dejarla en ese lugar.

Leonardo: mi esposa me insistió en que lo hiciera para que tuviera una buena educación y por eso acepte que se fuera.  Solamente que yo era el único que la visitaba y después vinieron el nacimiento de mis otras hijas, así que ella no podía hacerse cargo de Camila y fue un error que creciera lejos de nosotros. Siempre la visitaba cada fin de semana, pero los últimos años ya no puede hacerlo, porque no tenía tiempo. Seguramente pensó que yo la olvide y el día que decidí que estuviera con su familia ella ya no estaba en el colegio de monjas.

Alejandro: tarde o temprano iba a salir de ese lugar y no podía seguir esperándolo. Ahora es una persona que no depende de nadie para salir adelante y será difícil que se vuelva a ganar su cariño nuevamente.

Leonardo: sé que mi niña de mirada triste me quiere. Además, los bienes materiales nunca le interesaron y en eso es diferente a mis otras hijas que lo tuvieron todo.




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