Cap 2 Chantal Colunga

Chantal Colunga

Su nombre es Chantal Colunga tiene 26 años, es ingeniera Civil, actualmente tiene una Empresa bajo perfil que se llama C&C, conformada por una firma norteamericana. 

Es perfeccionista, le gusta tener todo bajo control, es amante del maquillaje, de la ropa de moda, de los tacones, los bolsos de último modelo, le fascinan los abrigos, la música clásica, los accesorios, las gafas de sol.

Para ella el glamour y la belleza son lo más importante, nadie la puede ver desaliñada eso sería una tortura.

Su padre es Benjamín Colunga un aglomerado magnate que construyó el imperio Colunga. 

Cuando el falleció, su herencia fue repartida entre todos sus hijos, a excepción de un 20 por ciento de las acciones que fueron entregadas a Rafael Cobalti a cambio de la anulación del matrimonio que ella tenía con su hijo Antonio Cobalti, un hippie malcriado y desvergonzado.

Conoció a Antonio en la universidad, era el típico desordenado y mujeriego, casi la mitad de las mujeres tuvieron su rollo con él, era un mismo patán cuando hablaba sin filtros sobre sus relaciones íntimas.

Chantal se enteró que le pagaba a los profesores para que lo exoneraran de los exámenes, y así logró graduarse, aprovechándose del dinero de su padre, lo que quería era el cartón de profesional para presumir delante de sus amigos.

Duda mucho que este vago haga algo bueno, —en estos momentos debe estar acostado y con sirvientes alrededor que lo alimentan llevándole la comida a la boca sin mover ningún dedo—. Se expresa con ironia

—Yo por mi parte tuve que posponer dos veces mi semestre y no porque lo haya perdido, si no porque mi madre colapsó y debía cuidarla durante muchos días, mi graduación fue un año después.

Cuando sus padres sin su consentimiento planearon ese encuentro, fue el día más horroroso de su vida, como era posible que el tipo más despreciable de la universidad, era el hijo del mejor amigo de su papá. 

Estaba sentada en ese restaurante, su mamá se levanta para ir al baño, cuando ve que la persona viene caminando, su pantalón roto, su camiseta ancha, la gorra a medio lado y caminando como un gánster, ni siquiera se le pasó por su mente que el iba directo hasta su mesa y se sienta frente a ella.

—Qué horror! 

¡Casi le da de todo!, ese hombre es insoportable para nada es su tipo y todo empeoró cuando llegaron esas dos mujeres a seducirlo.

Sintió miedo al ver sus ojos penetrantes, su respiración se aceleró y cuando la comenzó a insultar, cogió su bolso y salío corriendo de allí. 

—Mamá ¿dónde estás? — la llama por teléfono, para que ni se le ocurra acercarse a la mesa.

—Hija estoy en la tienda de joyas, cuando termines puedes acercarte te espero aquí.

Le cuelga y la busca donde ella se encuentra.

—Mamá, ¿Qué haces aquí? me dijiste que ibas para el baño! me dejaste sola con un tipo que casi me mata del susto! — grita desahogándose.

—y bien?

—¿bien qué? — le pregunta

—¿Como te fue?

—Maaal, no comí nada y tengo hambre—. Le dice abrazándola y apoyando su cabeza en ella, ni por ahí sospechaba que su madre tuviera que ver con ese encuentro desastroso.

Solo se entera el día que se lee el testamento de su padre, donde él menciona que se anula el compromiso a cambio de las acciones.

Después de pasar el duelo de la muerte de su padre y de acompañar a su madre a superarlo,  Ha enviado su currículum a diferentes Empresas, quiere trabajar, ampliar sus horizontes, buscar otros ingresos. 

Tiene todo el tiempo y disponibilidad de contratar con otras Empresas, en asesorías, diseños, implementaciones y proyectos en terrenos.

Hay una Empresa que llama su atención y es de Antonio Cobalti, está muy posicionada entre las mejores, pero todo es gracias a su padre. Independientemente si el trabaja allí o es el dueño, su  meta es conseguir una contratación con ellos. Ya envió su currículum está esperando que la llamén.

Siente que los rayos del sol entran por su ventana, reflejando el rayo de luz en su cama, ella se remueve varias veces, y escucha su telefono timbrar. Mira el reloj 7:30 am

—Buenos días! — contesta toda adormitada.

—Buenos días, señorita Chantal Colunga le hablo de Cobalti Construcciones, la estamos citando a una entrevista de trabajo para pasado mañana en Venecia.

—allá estaré, muchas gracias. — se levanta de prisa, abre su computadora y compra un tiquete aéreo directo a Venecia, para el día de mañana.

—Mamá, voy al centro de Spa tengo una entrevista y debo verme hermosa, ¿quieres acompañarme?

Su madre es su cómplice en todo, la acompaña al centro de spa, ella es una mujer muy elegante, la belleza y la moda lo aprendió de ella. Cuando era niña, si ella no estaba bien vestida no podía salir a la calle, debía salir impecable, peinada, encajada y con porte, nada de caminar encorvada o arrastrando los pies. 

Por eso el glamour es parte de su vida, y el hombre con el que se case también debe gustarle la moda, debe ser recatado, distinguido y elegante, así como era su amado y recordado padre.