Ciudad de Venecia
Se acomoda en la góndola, para tener una mejor vista desde el agua, cada lugar de Venecia es precioso, sus monumentos, sus canales, su valor arquitectónico, la forma en que fue construida en medio de una laguna, toda ella es hermosa.
—Me encanta Venecia! — dice sonriéndole a un abuelito que está sentado al lado de ella. Había llegado a Venecia en la mañana, se hospedó en un hotel cerca la plaza de San Marcos, y no quiso quedarse encerrada, aprovecharía ese día completo para recorrer la ciudad.
Estando dentro de la góndola, iba hablando de lo fabulosa que es la ciudad y como no tenía compañía, se dirigió al abuelito, un anciano como de 80 años que disfrutaba de su compañía, la escuchaba atento y asentía con cada comentario.
—Ésta es mi segunda vez que llego a Venecia, la primera vez fue cuando estudiaba la ingeniería, me tocó presentar un proyecto de grado, y este hermoso lugar me llamó la atención. ¿Usted sabe por qué está aumentando el nivel del mar? — el anciano la mira con atención.
—Cuando el nivel del mar sube en ciertas estaciones del año, la plaza de San Marcos y otros lugares se inunda— el anciano se asombra.
—Pero no se asuste! Para eso hay muchos proyectos que están trabajando para salvar la ciudad, entre esos está el proyecto Mose. ¿Ha escuchado hablar del proyecto Mose? El abuelito se distrajo con su acompañante y no le respondió. Por lo que ella a mitad del recorrido guardó silencio.
Cuando la góndola dobla a la esquina Pasan por callejuelas y puentes, para regresar al gran canal, donde las maravillas arquitectónicas toman su poderío, mostrando los majestuosos palacios renacentistas a su paso, pasando el puente Rialto, que es el más famoso y muy transitado, se puede ver el palacio ca'D Oro conocido como la casa dorada. Ella junto las otras tres personas escuchaban a un guía turístico, que les mostraba cada monumento.
—Este lugar no ha cambiado nada; pero cada visita es un momento nuevo y fascinante.
Terminado el recorrido camina directo al hotel, agotada de todos los lugares que visitó, se dispuso a revisar la documentación que debía mostrar mañana en la entrevista, ya tenía listo el portafolio con sus diseños. Mira a través de la ventana el sol desapareciendo en la línea del mar Adriático.
—Son las 6: 00 de la tarde, tomaré un café en la terraza del hotel, ver la ciudad encendida, es algo espectacular, que no me puedo perder—. Se coloca un vestido dolce & gabbana estampado, unas zapatillas, un maquillaje suave y un peinado a medio lado, coge su abrigo y se dispone a bajar.
Sentada en la parte de afuera del restaurante, Chantal está disfrutando de su suave café espumoso, se toma una selfi y escribe en su Instagram.
"Lo maravilloso de la vida solo se vive una vez, porqué dejarla pasar, si quizás no se vuelva a repetir" #felizenvenecia. #ciudadmistica. #ciudaddelencanto.
Luego de tomarse el café camina un poco por la plaza de San Marcos, de noche la ciudad es maravillosa, Chantal contemplaba cada obra, como un tesoro invaluable, observó con detenimiento la torre del reloj de San Marcos y el campanario de la basílica, que tiene un cubo en la parte superior con unas figuras de Leones, y en la corona una aguja piramidal.
—Hermosa estructura ¿cierto? — le pregunta un hombre que se acerca a su lado, haciéndola salir de su observación.
—Creo que está un poco inclinada! — le responde ella.
—debe ser por el pasar de los tiempos, este campanile es una reconstrucción de la anterior que colapsó en el 1900. ¿Sabías que se usaba para avisar la llegada de los barcos y cualquier emergencia de la ciudad?
—¿Eres guía turístico? — el hombre sonríe, y le responde
—Soy diseñador gráfico, vivo aquí en Venecia y conozco su historia desde que era un niño, déjame presentarme, mi nombre es Daniel Martonne—, dándole la mano, la cual Chantal sostiene y se presenta también
—mucho gusto, Chantal Colunga, Ingeniera Civil.
—¡El gusto es mío ingeniera! ¡Y que la trae por la serenísima Venecia! ¿está de paseo?
—No!, ¡Pero la estoy disfrutando! — le responde sonriendo, mirándolo a los ojos. Daniel observa su dulce rostro, una rubia con unos ojos marrones llenos de brillo, una nariz pequeña y recta, unos labios gruesos rosados, cuando sonrió mostró sus dientes blancos, y sus hoyuelos en las mejillas, con algunas pecas salteadas... Una preciosidad natural.
—Vine por trabajo, he escuchado que Venecia necesita Ingenieros para ayudar a que no se hunda la ciudad, apenas tenga la oportunidad me gustaría unirme al proyecto Salvare Venecia.
—¿De verdad? ¡Ese es el proyecto que lidera mi jefe en la empresa donde trabajo, Me gustaría presentárselo ingeniera! Pero él está de viaje.
—Será en otra ocasión, mañana me regreso.
Caminaron por el museo de Pantaleón, y el teatro de ópera, hablando de la cultura de la ciudad y como ha sido escenario para eventos importantes de cine.
Chantal mira su reloj 9:00 pm. —Disculpa tengo que regresar al hotel, ha sido un gusto haberte conocido.
—el gusto es mío, si la vuelvo a ver prometo hacerle un tour, por toda la ciudad!... Te acompaño.
La llevó hasta la entrada del hotel entre conversaciones divertidas, que la hacían reír a ella, pareciera que fueran amigos de antaño, Daniel, es organizado, riguroso, detallista, tienen muchas cosas en común.
En su habitación después de una ducha y de acomodarse en el sofá, ella pensaba en ese chico divertido que conoció, le pareció muy gracioso que ambos tuvieran los mismos gustos por la música y el arte escénico. Buscó en su móvil el número de su madre y la llamó antes de acostarse.
EMPRESA COBALTI CONSTRUCCIONES
Chantal llega a las instalaciones Cobalti a la hora indicada, el guardia, un hombre muy amable le permite el paso en la entrada, indicándole que las oficinas Cobalti se encuentran en el tercer piso, mientras sube piensa en Antonio Cobalti, se pregunta si Antonio permitirá que ella trabaje en su empresa, la ultima vez que se vieron fue para terminar el compromiso, él no quiso seguir el matrimonio y ella tampoco estaba de acuerdo.