El Oficial y Antonio entran con Chantal a la oficina, mientras ella, está imprimiendo el documento, el observa los planos que estan en la mesa, es el mismo diseño que le envío Harold al correo.
Fueron hechos por un ingeniero profesional, mira hacia la parte inferior: la firma C&C, Chantal es la ingeniera al frente de esa firma, nunca pasó por su mente, es que ni siquiera supo, si realmente se habia graduado, en fin no quiso saber nada de ella, era un capitulo cerrado en la historia de su vida que quería borrar. Su exprometida.
Su padre le contó que cuando el tenía tres años, y ella tenia un año, consintieron en comprometerlos.
Sus recuerdos vagaron cuando el tenia dieciocho años, quiso presentarle su novia a su padre y él no estuvo de acuerdo, le dijo que respetara a su prometida, una mujer que no conocía, y que no estaba dispuesto a aceptar, decidió rebeldizarse en ese año, pero luego se recuperó, para seguir con su vida.
—¡Aquí está el error!— grita ella —la escritura anterior que ellos enviaron fue la que utilizamos para medir la superficie, pero en ésta nueva escritura, las medidas son completamente diferentes ¡Por eso, es que no concuerdan con la diseñada!— dice ella con las dos hojas en la mano haciendo comparaciones.
—Toca volver a sacar las especificaciones para los nuevos planos.— lo mira como si hubiera perdido el tiempo con la anterior, y un poco decepcionada por repetir el procedimiento.
«¿Quien no ? Hasta a mi, me daria coraje, volver hacer algo que en principio estaba bien y que el error no fue mio, sino de otro» Pensó el.
Chantal toma los documentos, le hace seña al oficial y se dirigen a la puerta, Antonio los sigue también.
—Señores y señoras, disculpen las molestias que les hemos causado, pero no se preocupen, el camino por el que todos los días transitan, no se lo vamos a cerrar, el edificio quedara en toda una esquina y para nada les impedirá el paso, lamentamos haberles causado mucha molestia y espero que nos dejen realizar nuestro trabajo.
Muchas gracias.
—Harold, cobrale una multa a sotovento por habernos entregado una escritura falsa— Antonio le habla a Harold por telefono, mientras escucha las palabras de Chantal, parece toda una profesional en lo que hace.
«La veo y no me lo creo: en botas, sin tacones, con la cara roja del sol, sin maquillaje, en ropa informal, sin presumir su vestido de moda, "simplemente bellísima". se limpia las gotas de sudor que caen en su rostro y sonrie amablemente con la gente».
—porfavor ya se pueden ir, manaña le despejaremos el camino, hoy no se lo puedo hacer porque como pueden ver los obreros se fueron— le hace una indirecta con los ojos. —hasta luego señores!.
Cada persona se va poco a poco, quedando solo los policías y ellos.
—Gracias señor oficial por prestarnos su servicio—dice ella dándole la mano.
—Muchas gracias Oficial— dice él también
Ellos se despiden y se marchan. Chantal entra a la oficina, está sacando una hoja nueva y la pone sobre la mesa, se pasa la mano por el cuello como si estuviera agotada, coloca una hebra de su cabello detras de la oreja, toma un lapiz y una regla y el metro.
—¿Que haces? ¿Porque no dejas eso para mañana?—. Inquiere Antonio
—No puedo, mañana vienen los obreros temprano y quiero que este plano este listo antes que ellos lleguen.
— Pero estas agotada! mejor vete a tu casa a descansar.
—A diferencia de ti, yo si me preocupo por el trabajo. Soy muy responsable y si digo que voy a terminar este plano, lo termino! Capisci!—. Le dice enojada.
—Si, tienes razon somos diferentes, aunque eso que dices, que no soy responsable y que no me preocupo, no se de dónde lo sacas, porque creo que no me conoces, en cambio ¡tú! apenas te veas en el espejo y veas lo desaliñada que estás! «bellissima» puedo apostar que dejas todo el trabajo tirado y te vas corriendo al salon de belleza!—grita con satira.
Ella lo mira perpleja, no se inmuta, la ve que respira profundo, toma el metro, un cuaderno, un lapiz y sale afuera para tomar las medidas.
—si no tienes mas nada que decir, te puedes ir y me dejas trabajar— dice deteniéndose en la entrada, luego se va.
—¡¡Maldicion!! me hace enojar!—. grita en su interior. —Esto me pasa por preocuparme sin razón.
Sale de la oficina y se dirije a la salida, caminando apresurado con el casco en la mano, llega donde esta su motocicleta se sube en ella y arranca a toda velocidad.
Chantal
Afuera acomodando el instrumento de medida, ve que Antonio se sube a su motocicleta y se va, ella suelta un momento lo que está haciendo y sale corriendo al baño para mirarse en el espejo.
—¡Que desastre!
Su cara roja por los rayos del sol, el maquillaje se le corrió quien sabe a que horas y tiene unas pequeñas ojeras marcadas por que estuve en la fiesta hasta las tres de la mañana, que decir de su cabello que se ha salido por partes. Una lágrima se le sale, la última persona que quería que la viera en esas fachas era Antonio.
—Es un patán, no mide sus palabras, y le hago creer que no me causa ningún efecto, pero siii! Si me afecta.
—¿Que piensa él de mi? sé que mi prioridad es mi apariencia física, pero en estos momentos mi trabajo también es importante.
«Soy decidida, perfeccionista y me gusta tener todo bajo control, aunque el dia de hoy ha sido fatal!»