El Reflejo de tu Belleza Libro 2

Cap 10 No eres mi tipo

Chantal se sube a su auto, buscando las llaves, las manos le tiemblan de la rabia contenida y jadeaba en su respiración antes de conducir se queda un momento quieta esperando que baje la histeria que lleva.

—¡Este niño malcriado, siempre hace lo que quiere! Pero conmigo se está equivocando, si él piensa que me voy a dejar amedrantar no me conoce, por muy humillante que sean sus palabras me tengo que aguantar— sus ojos se humedecen.

Ella sabía que al llegar a esta empresa se iba a topar con esto, en realidad ninguno de los dos se llevó bien en ningún momento, pero a ella le vale cuando se trata de trabajo y conveniencia.

—¡Estoy metida en la cueva del lobo!— respiró agitada y resopla abriendo los orificios de su nariz.

—Tengo que soportar, porque sé la clase de hombre que él es. Me está humillando, como una vez lo hizo en aquel restaurante, pero los Colunga, no nos rendimos fácilmente y cuando yo quiero algo, lo consigo.

Vuelve a mantener la calma, se baja del auto y camina de nuevo a la pequeña oficina construida cerca del terreno de construcción.

Observa que él esta recostado en la silla, con las manos detrás de la cabeza, tiene los ojos cerrados. También observa su chaqueta puesta en la mesa, sus ojos bajan a sus pectorales y a su abdomen plano ajustados en su camiseta, un hormigueo siente en su interior, al quedar anonada por la posición en la que está sentado. Sintió unas ganas de subirse a horcajadas de él y besar esos labios sensuales. 

Ladea la cabeza, ¡no es momento de pensar en eso! ¡Tú eres una niña modesta! Se regaña así misma.

—¡Antonio! — Le grita y el joven abre los ojos sorprendidos, mueve su cabeza, pensando que es un sueño. No es un sueño la chica está frente a él.

—¡tengo un compromiso con este proyecto! Es mi responsabilidad entregar esta obra, después de terminada, se acaba toda la relación laboral entre C&C y Construcciones Cobalti. «trago mi orgullo»

—¿Te interesa la construcción o las acciones? —inquiere intrigado levantándose de la silla y poniéndose frente a ella.

—¿De qué hablas? — cuestiona confundida.

—Las acciones que tu padre le cedió a mi padre a cambio del compromiso, ¿viniste por ellas cierto?

«¿Cómo lo sabes?  ¿también eres brujo?»

 —¡No!, ¿cómo crees? Piensas que vine a tu empresa a seducirte, pero si no eres mi tipo.

—Entonces ¿cuál es tu tipo? — se acerca, ella da unos pasos atrás, chocando con la pared, él se pega más a ella, sus labios están a pocos centímetros, sienten su aliento en sus rostros, Antonio la mira con intensidad, ella observa sus ojos dilatados y brillantes, mueve su  cabeza a un lado. 

La tiene aprisionada con sus manos en cada lado de la pared, alza una de sus manos tocando su rostro, una corriente recibe él en su cuerpo al tocar su suave piel, hace que ella vuelva a verlo.

Para ella sentir su mano varonil y tibia al tacto, hace que su corazón lata fuerte, su respiración es agitada, traga saliva, se muerde el labio. Siente miedo.

 ¡¿siento miedo?! se pregunta incrédula.

—¿Dime cuál es tu tipo? — cuestiona nuevamente muy cerca de sus labios, ella siente el roce de su piel, sintiendo una electricidad y un estremecimiento en su cuerpo. Sus ojos son intimidantes, y la confunden.

¿porque mi cuerpo está reaccionando así?

Es la primera vez que alguien del sexo opuesto se me acerca de esa manera, los hombres decentes siempre me respetan y mantiene la distancia. 

Pero este hombre ha cruzado más allá de los límites, y ha provocado en mí una sensación placentera que jamás había sentido, no le respondo porque estoy envuelta en un sinfín de emociones.

—¡Tú tampoco eres mi tipo! — me susurra, separándose de mí—. Dejándola anonada y temblorosa.

—Listo, entonces ya sabemos que entre nosotros dos, ¡nunca va a haber nada! — declara con la respiración acelerada y las mejillas ruborizadas.

—¡terminas el proyecto, y luego desapareces!—Concluye, cogiendo su chaqueta de la mesa, el casco de la encimera y sale sin despedirse.

¿Que fue eso? No podía moverse, sus piernas le fallaban para dar un paso. 

Llegó a la silla con dificultad, siente el corazón bombeando como si se fuera a salir, al principio sintió pánico, pero después no lo era.

—¡Oh que fue eso! ¿Porque este hombre hace que me sienta de esta manera? En la universidad tenía fama de mujeriego y desvergonzado, yo soy una mujer decente, no como aquellas con las que está acostumbrado a tratar. ¡una cercanía suya no voy a permitir  que se repita! 

Sale de esa catarsis y termina sus diseños que ya llevaba adelantado.

 

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Han pasado casi un año, ya el edificio está construido, solo faltan las instalaciones eléctricas, y terminar el parqueadero.

La comunidad en Getafe, los felicitaron por haberles cumplido con la calle que dobla al edificio para llegar a la vía principal.

 Sotovento quedó complacido con la construcción, y le envío a Chantal una invitación de celebración para la inauguración del edificio.

—Chantal, felicidades por su maravillosa obra— le halaga Harold por teléfono, la verdad es que Harold ha sido la persona con la que se ha comunicado en la compañía.

Después de aquel episodio tan bochornoso con Antonio, no lo volvió a ver más, pero si se enteró que él se regresó para Bélgica a terminar un megaproyecto que había comenzado allá.

Con Daniel, se ha estado escribiendo por casi un año, donde ha surgido una gran amistad, pero Daniel está sintiendo algo por ella y los mensajes que se han escrito por tanto tiempo lo alienta a que puede suceder algo entre ellos, lo mismo piensa ella, posiblemente también le esté gustando Daniel.

—Chantal, te necesito en Venecia, quiero que hagas parte del proyecto Salvare Venecia y no acepto un ¡No! como respuesta—expresa Harold, dejándola pensativa.—terminamos el contrato laboral, pero entrarías como asociación C&C, una compañía independiente de Construcciones Cobalti. ¿qué te parece? 




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