Toda la vida había sido juzgada por cada una de las decisiones que tomaba, hasta llegué a sentirme cohibida de mi propia vida, por mas que trate de buscar alguna respuesta a todas las acciones de aquellas personas que me rodeaban, se me hacía imposible encontrar una respuesta válida para tales acciones.
Muchas veces llegue a considerar que estaba equivocada en todo lo que hacia, que en algun lugar existia una especie de manual con las respuestas correctas hacia todo lo que debía de hacer en lo que me restaba de vida, y que había sido tan despistada que había ignorado la existencia de este; al menos así fue hasta que la conocí.
Su sonrisa iluminaba el lugar, estaba tan llena de alegría que parecía irreal el hecho de que estuviera muriendo de una manera tan lenta y dolorosa; porque admitamoslo, el cáncer es la manera más lenta y dolorosa en la que una persona pueda morir, es cierto lo que Cesar dijo: “el cáncer le tiene miedo a las ganas de vivir”..., es por eso que se esfuerza en matar a las personas, pero tu; tu siempre llevabas esa hermosa sonrisa y me abriste los ojos aquel dia cuando me dijiste: “Cuando creas que todo está perdido, que tus decisiones son un pecado…, demuestrales que se equivocan y que no temes a las consecuencias de tus errores, que esos sueños rotos…, siguen siendo sueños.”.